• El dramaturgo y cineasta impregnó su filmografía con historias de fuerte carga social y denuncia durante el siglo XX, aunque en las últimas décadas se decantó más por el género histórico

El ministro de Cultura del régimen de Nicolás Maduro, Ernesto Villegas, informó el 12 de septiembre la muerte del cineasta Román Chalbaud, a los 91 años de edad. A través de su cuenta de X (antes Twitter), informaron que el director falleció en su casa en la urbanización San Bernardino de Caracas, luego de varios días bajo cuidados médicos.

“Con sobrados méritos entra al panteón de los más insignes hijos de esta patria, habiendo sido por décadas encarnación de lo afirmativo venezolano”, escribió Villegas.

De igual forma, agregó que hasta sus últimos días, Chalbaud estuvo trabajando en una película, titulada Muñequita linda, de la cual logró rodar algunas escenas con la ayuda de sus colaboradores y discípulos.

“Fue el cineasta más longevo en actividad de la historia del cine mundial, pues hasta hace poco, con 90 años, dirigió algunas escenas del rodaje de su última película”, aseguró el ministro, reconociendo los 63 años de trayectoria artística de Chalbaud. No obstante, ese título lo sigue ostentando el portugués Manoel de Oliveira, quien falleció en 2015 a los 106 años de edad, y tras más de ocho décadas de actividad.

Historias desde la calle

Murió Román Chalbaud, uno de los exponentes del nuevo cine venezolano
Foto: Cortesía

Román Chalbaud nació en la ciudad de Mérida, el 10 de octubre de 1931, mismo año en que Oliveira estrenó su primera cinta. De niño, ante el divorcio de sus padres, se mudó junto a su madre y su abuela a Caracas, donde vivió en sectores populares como San Agustín y Capuchinos. Ese encuentro con la pobreza y personajes marginados por la sociedad marcó su forma de ver el mundo, siendo un elemento importante dentro de sus historias.

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A los siete años de edad, Chalbaud entró por primera vez a una sala de cine en Mérida, donde vio Tiempos modernos, de Charles Chaplin. Esa película, junto a otras producciones como el Frankenstein (1931) protagonizado por Boris Karloff hicieron que el joven decidiera que su sueño era escribir historias. 

Ya en Caracas frecuentaba las salas de cine de su barrio con su abuela, quien era aficionada a las películas francesas e italianas. Ella también alimentó su gusto por la lectura, dándole precozmente libros como Crimen y castigo de Fiódor Dostoyevski; o Los miserables, de Víctor Hugo.

Entre 1947 y 1949 estudió en el Teatro Experimental de Caracas y a los 21 años de edad estrenó su primera obra titulada Los adolescentes, escrita por él mismo. No obstante, con el surgimiento de la televisión en Venezuela, entró como guionista a la Televisora Nacional, donde escribió programas culturales como Donde nace el recuerdo (1953), Teatro en el tiempo (1954) y El cuento venezolano televisado (1954). También adaptó novelas como su versión de Crimen y castigo (1956), Piel de zapa (1956) y Bodas de sangre (1957).

Nuevas caras

Murió Román Chalbaud, uno de los exponentes del nuevo cine venezolano
De izquerda a derecha: Isaac Chocrón, José Ignacio Cabrujas y Román Chalbaud, fundadores de El Nuevo Grupo. Foto: Cortesía

En 1955, Chalbaud estrenó Caín adolescente, obra en la que plasmó elementos como la corrupción de la ciudad, la vida en los bajos fondos y su experiencia como parte de esa migración interna del campo a la capital que experimentó el país tras la bonanza petrolera. La pieza resultó un éxito que lo impulsó como dramaturgo, aunque por esa época también pasó algunos días detenido debido a sus posturas contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

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Con la llegada de la democracia al país, Chalbaud formó parte de lo que se conoció como “la Santísima Trinidad” del teatro venezolano, con otros grandes exponentes como José Ignacio Cabrujas e Isaac Chocrón. Juntos fundaron en 1967 el El Nuevo Grupo, agrupación que operó en el Teatro Alberto de Paz y Mateos hasta su disolución en 1988. En ella figuraron también otros reconocidos dramaturgos como Elías Pérez Borjas, John Lange y Miriam Dembo.

El teatro se estrenó con la obra TRIC-TRAC, escrita por Chocrón y dirigida por Chalbaud. En los años siguientes, el merideño presentó allí varias de sus grandes creaciones como Los ángeles terribles (1967), la cual participó ese año en el I Festival de Teatro Iberoamericano de Nueva York, El pez que fuma (1968) o Réquiem para un eclipse (1970).

El séptimo arte

Murió Román Chalbaud, uno de los exponentes del nuevo cine venezolano
Foto: Cortesía

El sueño de Chalbaud siempre fue hacer cine. Antes de iniciarse en la televisión, trabajó como asistente de dirección del cineasta mexicano Víctor Urruchúa, quien filmó en Venezuela dos películas: Seis meses de vida (1951) y Luz de páramo (1953). En ese entonces también formaba parte del Círculo de Cronistas Cinematográficos de Caracas, llegando incluso a publicar algunas de sus críticas de cine en El Nacional.

Esa experiencia, sumada a su formación autodidacta, le hicieron dar años después el gran paso de aventurarse a dirigir una película. Decidió adaptar su obra teatral Caín adolescente, protagonizada por Carlota Ureta Zamorano y Edgar Jiménez. 

Con una fuerte influencia del cine de oro mexicano, coincidió en su estreno en 1959 con la galardonada Araya, de Margot Benacerraf. Ambas formaban parte de un movimiento que buscaba impregnar el aún joven cine venezolano de cuestionamientos sobre la acelerada modernización del país y el choque entre el medio rural y el urbano.

En los años siguientes siguió dirigiendo otras cintas como Cuentos para mayores (1963), Chévere o La victoria de Wellington (1971); además de adaptar el guion de Cuando quiero llorar no lloro (1973). Sin embargo, su primer éxito cinematográfico llegó en 1974 con La quema de Judas, protagonizada por Miguel Ángel Landa.

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Consagración

Murió Román Chalbaud, uno de los exponentes del nuevo cine venezolano
Foto: Cortesía Últimas Noticias

Durante la década de los setenta, Chalbaud llevó al cine varias de sus obras de teatro, como Sagrado y obsceno (1976) y  El rebaño de los ángeles (1979). En paralelo, mantuvo su faceta como director de la pantalla chica en RCTV, con telenovelas como La doña (1972), La trepadora (1973), Boves, el urogallo (1974) o La hija de Juana Crespo (1977).

Mantuvo una estrecha colaboración, tanto en cine como televisión, con sus amigos de El Nuevo Grupo, quienes participaron en varias de sus producciones. Por ejemplo, José Ignacio Cabrujas escribió los guiones de sus películas Carmen, la que contaba 16 años (1976) y Bodas de papel (1979), mientras Salvador Garmendia hizo lo propio en Gata borracha (1983).

En 1973, el mexicano Mauricio Walerstein estrenó Cuando quiero llorar no lloro, con la cual creó un boom artístico conocido como el nuevo cine venezolano. Este movimiento se alimentaba de la realidad urbana del país, con tramas mayormente policiales, y halló sus exponentes en cintas como Soy un delincuente (1976), de Clemente de la Cerda y El pez que fuma (1977), de Chalbaud. 

De hecho, el cineasta se mantuvo durante la década de los ochenta como un referente del nuevo cine venezolano, especialmente con su par de cintas Cangrejo (1982) y Cangrejo II (1984), que adaptan el libro Cuatro crímenes, cuatro poderes, de Fermín Mármol León. Precisamente en 1984 Chalbaud recibió el Premio Nacional de Teatro, y en 1990 fue reconocido también con el Premio Nacional de Cine. 

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Desde el poder

La obra de Chalbaud siempre estuvo marcada por una fuerte crítica social, la cual no ocultaba su propia oposición a los gobiernos democráticos del Pacto de Puntofijo. Aun así, eso no impidió que su trabajo fuera apoyado y galardonado por los organismos culturales de su época. Desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1998, el cineasta fue un férreo seguidor de la revolución bolivariana, a la cual incluso puso a cargo su carrera.

Entre el año 2000 y 2002 dirigió sus últimas novelas para el canal Venevisión: Amores de luna llena, escrita por Leonardo Padrón; Guerra de mujeres y Las González, escritas por César Miguel Rondón y Mónica Montañés. A partir de allí se dedicó a producir y dirigir películas para instituciones del Estado.

Durante este periodo, Chalbaud filmó El Caracazo (2005). Luego trabajó para la productora estatal Fundación Villa del Cine en Zamora, tierra y hombres libres (2009), Días de poder (2011) y La planta insolente (2014). Todas estas cintas ponen a un lado la denuncia de la realidad social para centrarse en dramas históricos.

Chalbaud solo retomó el análisis de la actualidad en 2004 con Amores de barrio adentro, una telenovela emitida en el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV). Sin embargo, esta fue fuertemente criticada en su momento y acusada de ser propaganda oficialista, al promover la Misión Barrio Adentro del entonces presidente Chávez justamente durante la campaña por el referéndum revocatorio de ese año.

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