- La detección temprana de este tipo de cáncer aumenta las probabilidades de curación. Foto: Pexels
Los sarcomas son un grupo de tumores malignos que se originan en los tejidos blandos y óseos del cuerpo. A diferencia de otros tipos de cáncer, como el carcinoma que surge en las células epiteliales, el sarcoma se desarrolla a partir de las células mesenquimales, que son las precursoras de los tejidos conectivos del organismo.
“El sarcoma es un término general que engloba los tumores malignos que se originan en los músculos, huesos, cartílagos, grasa, vasos sanguíneos, linfáticos y nervios. Sus síntomas son tan variados que se convierte en un enemigo silencioso para los pacientes”, explicó el médico internista Ennyel Rodríguez para El Diario.
De acuerdo con la Clínica Mayo de Estados Unidos, existen más de 70 subtipos de sarcoma, cada uno con características, comportamientos y tratamientos específicos. Estos son los más comunes:
– Osteosarcoma: en los huesos.
– Condrosarcoma: en el cartílago.
– Angiosarcoma: en los vasos sanguíneos.
– Leiomiosarcoma: en los músculos lisos.
– Rabdomiosarcoma: en los músculos estriados.
– Glioma: en el sistema nervioso central.
– Liposarcoma: en el tejido graso.
“Lamentablemente, no existe una causa única para el sarcoma. Sin embargo, algunos factores de riesgo, como la edad, el sexo, la genética, la exposición a la radiación y ciertos químicos, pueden aumentar la probabilidad de desarrollarlo”, indicó el especialista.
Síntomas del sarcoma
De acuerdo con el médico internista, los síntomas varían según el tipo de sarcoma, la ubicación y el tamaño del tumor.
“La aparición de un bulto, hinchazón o protuberancia en ciertas partes del cuerpo es el síntoma más común del sarcoma, puede ser doloroso o no y puede crecer en tamaño con el tiempo”, agregó el doctor Rodríguez.
El dolor óseo o muscular es otra señal de la enfermedad, que puede ser constante o intermitente y suele empeorar por la noche o con la actividad física.
Otros síntomas del sarcoma son:
– Problemas de movilidad
– Dolor abdominal, náuseas y vómitos
– Dificultad para respirar y dolor en el pecho
– Fiebre
– Fatiga
– Pérdida de peso
– Sudoración nocturna
“El sarcoma es silencioso en muchos casos, algunas personas solo presentan uno o dos síntomas, mientras que otras tienen muchos, eso hace que un gran porcentaje de casos no sean detectados a tiempo”, señaló el especialista.
Pruebas para el diagnóstico de este tipo de cáncer
Rodríguez señaló que para realizar un diagnóstico preciso es fundamental realizar una evaluación médica, primero con un internista quien dependiendo de los exámenes lo refiere a un oncólogo.
“Lo primero es revisar la historia clínica del paciente, los antecedentes familiares y un examen físico para detectar anomalías en el cuerpo”, destacó el médico.
Si se sospecha la presencia de un sarcoma se le indica al paciente la realización de radiografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas para visualizar si existe un tumor y su extensión.
Posteriormente, se ordena una biopsia, que es la extracción de una muestra del tejido tumoral para su análisis en laboratorio, lo que permite confirmar el diagnóstico de cáncer y determinar el tipo de sarcoma.
En algunos casos, el médico puede solicitar otras pruebas para ayudar a diagnosticar el sarcoma o para determinar si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo, como por ejemplo, análisis de sangre para detectar sustancias en la sangre asociadas con el sarcoma y pruebas de la médula ósea.
“La detección temprana del sarcoma es importante porque aumenta las posibilidades de un tratamiento exitoso. Si se descubre a tiempo, cuando el tumor es pequeño y aún no se ha extendido a otras partes del cuerpo, es más probable que se pueda curar con cirugía, radiación o quimioterapia”, explicó el internista.
Tratamiento del sarcoma
El doctor Rodríguez resaltó que el tratamiento del sarcoma depende de varios factores, como el tipo y estadio del tumor, así como la edad y salud general del paciente.
“Las opciones para tratar el sarcoma son una combinación de cirugía, radioterapia y quimioterapia, igual que en los otros tipos de cáncer. En estos casos, la cirugía tiene el objetivo de extirpar todo el tumor y un margen de tejido sano circundante, incluso puede ser necesaria la amputación de un miembro para eliminar completamente la enfermedad”, señaló el experto.
La radioterapia y quimioterapia se aplica para destruir las células cancerosas, antes o después de la cirugía, o como tratamiento único para tumores inoperables o metastásicos, es decir que se han propagado a otras partes del cuerpo.
Además, también existe una cuarta opción que es la terapia dirigida un tipo de tratamiento que utiliza fármacos que atacan específicamente las células cancerosas con mutaciones moleculares específicas.
Las células cancerosas con alteraciones se caracterizan por haber experimentado cambios en su ADN lo que les confiere señales anormales que las distinguen de las células sanas, sin embargo, no todos los sarcomas presentan este tipo de mutación celular por lo que la terapia dirigida no aplica para todos los pacientes.