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  • El equipo de El Diario conversó con un especialista para conocer las señales de este tipo de violencia y cómo se puede prevenir

El acoso escolar es un tipo de violencia que se presenta en los centros educativos y que puede llegar a comprometer la convivencia y el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. Por ello, diversas organizaciones defensoras de los derechos de esta población han reiterado la importancia de fomentar la prevención de estos casos. 

Carlos Trapani, abogado y coordinador general de Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), precisó en entrevista para El Diario que el acoso escolar es una violencia entre estudiantes que suele ser reiterada en el tiempo, sistemática y progresiva, que responde a una asimetría de poder y que se da en el contexto de las relaciones escolares de convivencia. 

El especialista comentó que en muchos casos este tipo de acciones son normalizadas por tratarse de jóvenes y en función de lo que en Venezuela se conoce como “chalequeo”. “Es muy distinto reírse con los demás que reírse a costa de los demás”, añadió. 

En este sentido, destacó que para identificar si un joven está siendo víctima de acoso escolar, los padres y representantes deben estar atentos a cambios físicos y emocionales.

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Ministerio Público contabilizó 371 casos de acoso escolar durante 2022 en Venezuela

¿Cómo identificar el acoso escolar?

Carlos Trapani sostuvo que reconocer las primeras señales de alarma son esenciales para poder hacer una intervención a tiempo. Estas principalmente están ligadas al comportamiento del niño o adolescente. 

“Hay que estar atento a cualquier comportamiento que salga de los patrones normales. Si no llega con todas sus pertenencias o si están rotas. También si tiene temor de ir a la escuela o tiene una conducta decaída o, por el contrario, mucho más violenta. Si no quiere comer o tiene terrores nocturnos, son señales con las que se tiene que estar alerta”, detalló. 

Además, mencionó que otro factor importante es la comunicación entre padres e hijos, debido a que tener un clima de confianza permite que el niño pueda relatar cómo es su rutina escolar y cuáles son las dificultades que se le presentan. 

Educar sobre el acoso escolar

Carlos Trapani precisó que, previo al regreso a clases, es necesario educar o reforzar la educación de los niños y adolescentes sobre el acoso escolar.  “Es importante hablar del tema, que no se convierta en un tabú o algo que no tenga importancia en las discusiones de la familia”, agregó. 

A su juicio, conversar con ellos sobre qué es el acoso escolar, los comportamientos esperables en la escuela y también respecto a sus miedos e inquietudes, puede permitir a los padres educar a sus hijos sobre lo que es correcto. 

“Los padres tienen que modelar y condenar cualquier expresión de violencia y cualquier manifestación de acoso. El acoso escolar es una forma de violencia que se da entre padres, entre estudiantes”, puntualizó. 

El especialista en derechos de la niñez indicó que desde Cecodap se hace énfasis en la prevención del acoso escolar con la promoción de la convivencia y que estos temas formen parte de la planificación escolar. 

Las intervenciones de los colegios no deben ser únicamente reactivas, coyunturales o para dar respuesta a alguna autoridad, sino que tienen que ser una estrategia pedagógica con la que toda la comunidad educativa desarrolle metodologías, espacios, oportunidades para poder promover la convivencia y prevenir no solo el acoso escolar, sino cualquier otra expresión de violencia”, resaltó. 

¿Qué hacer ante un caso de acoso escolar?

En Venezuela existen diferentes mecanismos para hacer frente a los casos de acoso escolar o bullying. No obstante, Carlos Trapani indicó que la primera instancia es abordar el hecho dentro de la misma institución. 

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En este sentido, reiteró que al momento de detectar un caso de acoso escolar no se debe ser indiferente ni minimizar los hechos. Consideró que es importante el reporte y la denuncia oportuna ante las autoridades de las instituciones educativas.

De acuerdo con la Ley Orgánica de Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopnna), la mediación debe ser el primer paso una vez se identifique un caso de violencia escolar, que no necesariamente se puede limitar a las aulas, ya que pueden existir casos de acoso escolar virtual.

Esa mediación incluye a los maestros, los padres y los niños en conjunto con los orientadores o psicólogos de las instituciones educativas. Con el fin de cesar el acoso, las partes deberán optar por convenios y medidas que permitan enmendar los daños y tener la orientación para evitar que esas acciones se repitan.

Sin embargo, cuando el caso “es extremadamente grave, complejo o se han agotado vías internas de los colegios”, es necesario que los involucrados acudan a alguna instancia de sistema de protección.  

Regreso a clases: ¿qué deben saber los niños y los padres sobre el acoso escolar?

La abogada y antropóloga Lourdes Pérez precisó que el acoso escolar se puede manifestar de diferentes maneras. En una entrevista previa para El Diario, explicó que en los casos en los que la mediación escolar no sea efectiva o la instancia no ofrezca ninguna respuesta, los representantes deben proceder con la acción de un amparo constitucional. 

Ante una situación de acoso escolar o bullying, Pérez recomendó acudir a las siguientes instituciones:

-Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente

-Defensoría del Niño

-Ministerio Público

-Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) 

De acuerdo con Pérez, procesar un caso de acoso escolar puede tardar entre 3 y 10 meses porque asegura que todo dependerá del “daño que haya causado el bullying en el sujeto”.

También recordó que se pueden hacer denuncias en las redes sociales y la sección de Atención al Ciudadano en la página web del Ministerio de Educación y del Ministerio Público.

Tener presentes las señales indicativas del acoso escolar puede ayudar a los padres, representantes y docentes a tomar medidas a tiempo. Por ello, los especialistas indican que es necesario que se promueva la educación al respecto y se empleen mecanismos que permitan a los niños, niñas y adolescentes hablar sobre este tipo de acciones y no sean partícipes de las mismas. 

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