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  • Pese a los avances de la medicina en las últimas décadas, la hepatitis C sigue siendo una amenaza que afecta a millones de personas en todo el mundo | Foto: iStock

*Este reportaje de El Diario se publicó originalmente el 7 de octubre de 2023 

La hepatitis C es una enfermedad viral que afecta el hígado y representa un problema de salud global, de acuerdo con informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

A pesar de los avances en la medicina en las últimas décadas, la hepatitis C sigue siendo una amenaza silenciosa que afecta a millones de personas en todo el mundo. 

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En El Diario repasamos su transmisión, los síntomas y sus tratamientos.

La hepatitis C se transmite principalmente a través del contacto directo con la sangre de una persona contagiada. Las vías más comunes de transmisión incluyen:

-Uso de agujas compartidas: su transmisión es especialmente común entre quienes consumen drogas intravenosas y comparten agujas contaminadas.

-Transfusión de sangre: antes de que se implementaran pruebas efectivas para detectar el virus en las donaciones de sangre, esta era una vía importante de transmisión. En la actualidad, los bancos de sangre realizan rigurosas pruebas para garantizar la seguridad de las transfusiones sanguíneas.

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Imagen referencial: Cortesía.

-Contacto sexual: aunque es menos común que otras vías, la hepatitis C también puede transmitirse a través de relaciones sexuales sin protección, especialmente en personas con múltiples parejas sexuales.

-De madre a hijo: la transmisión de madre a hijo durante el parto es poco común, pero es una de las posibilidades.

-Instrumentos médicos contaminados: en raras ocasiones, la hepatitis C puede transmitirse a través de instrumentos médicos contaminados como agujas o equipos quirúrgicos no esterilizados adecuadamente.

Síntomas

Una de las características más comunes de la hepatitis C es su capacidad para permanecer latente durante muchos años sin mostrar síntomas evidentes. Cuando estos aparecen, pueden variar en gravedad e incluir:

-Fatiga: sensación persistente de cansancio extremo.

-Dolor abdominal: malestar en la parte superior derecha del abdomen, donde se encuentra el hígado.

-Orina oscura: la orina puede volverse más oscura de lo normal.

-Ictericia: se le denomina así al aspecto de la piel y los ojos que pueden volverse amarillentos.

Hepatitis C: los tratamientos y avances de esta enfermedad silenciosa
Foto: referencial Pixabay.es

-Pérdida del apetito: disminución en el deseo de comer.

-Náuseas y vómitos: otro de los casos más comunes son problemas gastrointestinales.

-Dolor en las articulaciones: dolores musculares y en las articulaciones.

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-Sangrado inusual: en estos casos, especialistas indican que puede haber una tendencia a sangrar o moretones con facilidad con esta enfermedad.

Varios estudios señalan que muchas personas con esta enfermedad pueden permanecer asintomáticas durante años o décadas, lo que hace que el diagnóstico temprano sea crucial.

Tratamiento de la hepatitis C

En los últimos años se han desarrollado tratamientos altamente efectivos. 

Los medicamentos antivirales de acción directa (AAD) han revolucionado el tratamiento y han demostrado tasas de curación superiores al 95 %, según un análisis de la empresa española Elsevier, dedicada a los avances científicos.

Estos medicamentos atacan directamente el virus en el cuerpo y ayudan a prevenir daño adicional al hígado, según la investigación.

El tratamiento suele durar de 8 a 12 semanas y es importante recibir atención médica adecuada para determinar el mejor enfoque terapéutico. 

La detección temprana y el tratamiento oportuno son fundamentales para prevenir complicaciones graves, como cirrosis hepática o cáncer de hígado.

La transmisión puede ocurrir de diversas maneras, por lo que para los expertos es esencial tomar precauciones como no compartir agujas y practicar sexo seguro. 

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Foto: iStock

Recomendaciones de la OMS sobre la prevención de la hepatitis C:

-Promoción de la seguridad de las transfusiones de sangre: garantizar que los bancos de sangre y los sistemas de transfusión de sangre cumplan con las normas de seguridad para prevenir la transmisión de hepatitis C a través de transfusiones sanguíneas. 

Esto incluye realizar pruebas exhaustivas para detectar el virus en las donaciones de sangre.

-Uso seguro de agujas y suministros médicos: fomentar prácticas seguras en entornos de atención médica como la esterilización adecuada de instrumentos y la eliminación segura de agujas y suministros contaminados.

-Uso de preservativos: fomentar el uso de preservativos en las relaciones sexuales, especialmente en parejas con múltiples compañeros sexuales o en situaciones de riesgo. 

Aunque la transmisión sexual de la hepatitis C es menos común que la transmisión por contacto sanguíneo, el uso de preservativos sigue siendo una medida preventiva eficaz.

-Programas de detección y diagnóstico temprano: realizar pruebas de detección de hepatitis C en poblaciones de alto riesgo, como personas que han compartido agujas, han tenido relaciones sexuales sin protección con una persona infectada o han recibido transfusiones de sangre antes de que se implementaran pruebas efectivas.

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