- Ser una marca sostenible se está convirtiendo en requisito para la exportación a países europeos, por lo que los empresarios están evaluando reformar sus procesos de producción | Foto: Pixabay
La economía circular busca pasar del modelo de producción tradicional lineal a uno de prácticas circulares, en el que se limiten y reduzcan los derechos, se aprovechen recursos ya disponibles, se reutilicen materiales y se minimice el uso de agua y combustible de la mejor forma posible.
De acuerdo con Estela Hidalgo, gerente de proyectos especiales de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), estas prácticas en la producción nacional permiten aprovechar de mejor forma los recursos y contribuir a la conservación del medio ambiente. Agregó que ser sostenible se está volviendo un requisito para muchas empresas transaccionales, por lo que si una marca venezolana busca internacionalizarse, estas prácticas pueden darle cierto beneficio en el mercado.
El proyecto busca capacitar y brindar a varias empresas las herramientas para transformar sus sistemas de producción lineales en circulares. Esto comprende charlas, clases magistrales, diagnósticos de las empresas, acompañamiento y un diseño del método a seguir para lograr los objetivos.
Recientemente comenzó la capacitación del primer grupo de empresas en economía circular de la mano de Conindustria. Esta fase es el resultado de un proceso de planificación y desarrollo del proyecto que inició en diciembre de 2023, cuando la institución recibió la notificación de que su proyecto fue elegido entre las 60 iniciativas que apoyará la UE en Latinoamérica.
El esfuerzo de los emprendedores
Para Gabriel Santana, emprendedor y fundador de Taller Neo, la economía circular se traduce en lo que él llama el ciclo de la tapita.
“Si tú eres un ciudadanos consciente en lugar de tirar la tapita de lo que tomas, la llevas un punto de reciclaje, ahí hay una empresa de reciclaje que limpia lo que recolecta, lo clasifica y procesa, luego llega Taller Neo y compra ese plástico reciclado a la empresa, lo que le genera un ingreso a esa recicladora, y después nosotro procesamos ese plástico y lo convertimos en unos lentes o un matero y a lo mejor tú vuelves a comprar ese producto que fue hecho con la tapita de lo que ya te tomaste”, detalló Santana en entrevista para El Diario.
Explicó que el tener un negocio consciente con el ambiente no implica que producirlo sea más barato, sino que se generan menos desperdicios en su fabricación y uso.
“Usar ese plástico reciclado no es más barato, porque el esfuerzo de esa empresa de reciclaje tiene un costo y hace que limpiar y procesar sea más caro que comprar un plástico virgen. Por ahora el tema del reciclaje es un lujo en Venezuela y falta mucho para hacerlo más accesible para todos”, señaló.
El Taller Neo comenzó a trabajar en abril de 2023 de la mano de Gabriel Santana y sus dos socios Alberto Alfonso y Sebastián Álamo. Inicialmente se gestó como un emprendimiento para hacer materos con materiales reciclables, pero se dieron cuenta de que sería poco rentable, por lo que optaron por la alternativa de hacer lentes como un producto con mayor venta.
Otra iniciativa que han tomado es la de dar charlas sobre reciclaje en instituciones educativas. Santana explicó que en esos eventos se busca cambiar la perspectiva de quienes reciben los conversatorios.
El emprendedor cree firmemente en que una visión más amigable con el planeta puede cambiar la vida de las personas. Explicó que cuando comenzó su emprendimiento con Taller Neo pasaba por un mal momento personal y el negocio le permitió salir adelante.
En el corto plazo espera sacar de forma definitiva la línea de lentes a partir de plástico reciclado, pero más a futuro se proyecta la posibilidad de abrir una tienda en la que puedan vender sus productos y apoyar a marcas aliadas con objetivos sustentables similares a los de Taller Neo.
“Mi mensaje a los emprendedores que ven el reciclaje y ven la sostenibilidad como una opción es que el mundo va para allá. Solo hace falta voltear a Colombia, México, España y ni hablar de los países más desarrollados con todas las iniciativas, las empresas y las organizaciones enfilando sus esfuerzos hacia un mundo más sostenible. Como negocio hay una oportunidad, pero igualmente está lleno de grandes dificultades”, expresó.
Cada pequeño esfuerzo cuenta
Astrid Suárez se unió a su amiga de la infancia Emiliana Torrero en el año 2020 para emprender en la producción de un snack saludable que en el camino utilizó métodos de la economía circular para mejorar sus procesos. “Teníamos la idea de hacer un producto que fuera saludable, pero a la vez divino, porque nosotras somos muy dulceras”.
Así surgió Ñam, una propuesta de 18 suspiros envasados con una caloría por cada suspiro. El producto tiene una variedad amplia de sabores sin azúcar con la intención de brindar a sus clientes opciones y experiencia distintas en cada compra.
Pero además de buscar un producto bueno para la salud, también pensaron en la posibilidad de que su comercialización fuera amigable con el planeta. Debido a que la conservación de los suspiros es compleja porque son productos a base de clara de huevo, decidieron que los envases plásticos podrían reutilizarse con apoyo de sus clientes.
“Era imposible ponerlo en algo de papel ya que transpira demasiado y por la humedad no dura ni un día, entonces tuvimos que utilizar plástico, pero quisimos darle la vuelta e impulsamos esta campaña de reciclaje donde los clientes que tengan seis potes nos escriben, nosotros vamos a la casa de esa persona, retiramos los seis potes y le damos un premio de dos bolsas grandes del sabor que esa persona quiera”, expresó Suarez en entrevista para El Diario.
Aunque también plantearon una alternativa para quienes no pudieran reunir los seis envases, pero igualmente quisieran retornarlos, por lo que en algunos puntos de venta les permitieron poner papeleras con el símbolo de reciclaje para los envases vacíos de Ñam.
La emprendedora explicó que como los suspiros solo requieren la clara del huevo, decidieron donar las yemas a los comedores de la organización no gubernamental Alimenta la Solidaridad.
Suárez comentó que Ñam también ha colaborado con Taller Neo aportando los envases plásticos que retornan a la marca, pero tienen daños y no pueden reutilizarse para los suspiros.
Recientemente la marca también lanzó un nuevo producto llamado quinoa bites, que son turrones de quinoa con chocolate y distintos sabores. Este nuevo snack también se distribuye en los mismos envases que los suspiros, por lo que el sistema de reciclaje se mantiene.
“La verdad es que el reciclaje es responsabilidad de todos, el poder darle la vuelta es algo que es beneficioso tanto para nosotros como para el futuro del planeta y que la verdad todos desde donde estamos desde el proyecto que tengamos siempre podemos hacernos esa pregunta de cómo mejorar y tener un impacto positivo en nuestro ambiente”, aseveró.
Un apoyo para los empresarios que incursionan en la economía circular
La certificación que está ofreciendo Conindustria consiste en un diagnóstico para detectar el estatus del proceso productivo de cada empresa, posteriormente se identifican las oportunidades de mejora que tiene la marca en función de la economía circular.
“Estas capacitaciones las están dando expertos de la Fundación de Economía Circular de España y luego de ese diagnóstico se desarrolla un proyecto particularizado para cada empresa”, comentó Estela Hidalgo.
La vocera de Conindustria explicó que uno de esos procesos podría ser aprovechar los residuos propios o de otras empresas como materia prima para nuevos productos. Señaló que esta es una práctica que le ha funcionado a varias empresas venezolanas para hacerse más amigables con el medio ambiente.
“Hay que entender también que los consumidores cada vez están siendo más exigentes en adquirir, bienes y servicios de empresas que tengan procesos sostenibles. Además, si una empresa venezolana quiere exportar, por ejemplo, para Europa ya hay requerimientos en el caso de por ejemplo del café, del cacao y otros productos forestales que tienen regulaciones ambientales en la Unión Europea”, destacó.
Parte del proyecto de Conindustria consiste en sensibilizar a 500 empresas en temas de reciclaje y sostenibilidad. De ellas, 250 recibirán capacitaciones, 75 podrán acceder al financiamiento y asistencia técnica para alcanzar la certificación que la confederación llama “sello verde”.
Hidalgo aclaró que aunque el proyecto de Conindustria busca innovar, la economía circular ya ha sido exitosa en varias industrias y compañías nacionales. Resaltó la labor de Plasticos El Tigre, que tienen una campaña de recolección de botellas plásticas de refresco que además deben llenarse con bolsas vacías de harina de maíz. Todo ese plástico se reprocesa y para la fabricación de nuevos productos.
La representante de Conindustria recalcó que la economía circular debe ser el futuro del mercado en Venezuela. Invitó a los emprendedores o microempresarios a ver este modelo como una opción de negocio que además tiene un beneficio para el planeta.