- El medicamento, que estuvo retirado del mercado desde 2022, actúa en el cerebro para ayudar a las personas con el tabaquismo
El mercado farmacéutico ofrece distintos medicamentos que facilitan el proceso para quienes desean dejar el consumo de cigarrillos. Estos fármacos están formulados para reducir de manera progresiva la dependencia de la nicotina y el placer asociado al acto de fumar, aumentando así las probabilidades de éxito para quienes necesitan dejar el tabaco.
Uno de los medicamentos más prescritos por los profesionales de la salud es la vareniclina, conocida comercialmente como Chantix o Champix. Sin embargo, la farmacéutica Pfizer decidió suspender su distribución del producto tras detectar la presencia “inaceptable” de una sustancia con potencial cancerígeno, según informó la propia compañía.
Posteriormente, en 2022, la empresa GSK retiró del mercado el bupropión, otro tratamiento empleado para dejar de fumar, debido a la detección de niveles de impurezas similares a los encontrados en el Champix.
A finales de 2024, la vareniclina se ha vuelto a promocionar debido a su regreso al mercado global con una versión “mejorada” que, según las autoridades regulatorias, cumple con los estándares de seguridad.
¿Cómo funciona la vareniclina?
El diario BBC Mundo reseñó que la vareniclina no tiene nicotina, por lo que no crea dependencia en la persona. El fármaco funciona bloqueando los efectos placenteros que produce el cigarrillo en el cerebro y ayuda a disminuir los síntomas de abstinencia, como la irritabilidad o la dificultad para dormir.
Una vez que es recetado, el medicamento comienza a actuar en la primera semana de tratamiento. Los especialistas recomiendan su uso durante un periodo de 12 a 24 semanas bajo supervisión de un médico.
Las autoridades de salud también aconsejan combinar el fármaco con terapia de apoyo. El Servicio Nacional de Salud británico (NHS) asegura que este enfoque ayuda a 1 de 4 personas a dejar de fumar de forma efectiva.
Investigaciones realizadas por el University College de Londres, en Reino Unido, han concluido que el uso de vareniclina junto con asesoramiento de apoyo podría ayudar a más de 85 mil personas a dejar de fumar cada año en Inglaterra y a prevenir 9.500 muertes relacionadas con el tabaquismo en los próximos cinco años, de acuerdo con las proyecciones de los investigadores.
Por su parte, los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos consideran que el medicamento puede ser una opción especialmente beneficiosa para las personas que anteriormente han intentado utilizar otras terapias para dejar de fumar, pero no han tenido éxito.
Sobre la nicotina
A diferencia de los parches o chicles con esta sustancia, la vareniclina no proporciona nicotina al cuerpo, sino que modula la respuesta del cerebro a esta sustancia.
Los efectos secundarios de la vareniclina
Aunque la vareniclina ayuda a la reducción del deseo de nicotina, los pacientes deben conocer sobre los posibles efectos secundarios antes de comenzar el tratamiento. Además, se debe considerar que no se recomienda para mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ni para menores de 18 años de edad.
Los CDC advierten que el medicamento puede provocar una variedad de efectos adversos, algunos de los cuales son más comunes que otros.
Algunos de los síntomas más frecuentes son náuseas o vómitos, un síntoma que puede afectar a muchos pacientes, especialmente al inicio del tratamiento. Para reducir este malestar, los expertos recomiendan tomar la vareniclina con alimentos o un vaso de agua, lo que ayuda a minimizar la irritación estomacal.
Otro efecto secundario notable son las alteraciones del sueño. Muchos usuarios informan dificultad para conciliar el sueño.
Las alteraciones estomacales también son usuales durante el tratamiento con vareniclina. Los pacientes pueden experimentar estreñimiento, malestar abdominal o flatulencias. Estas molestias digestivas son generalmente leves, pero si persisten, se recomienda consultar a un médico para ajustar la dosis o explorar otras opciones terapéuticas.
Por último, otro de los posibles efectos más preocupantes son los cambios en el estado de ánimo o el comportamiento. Algunos usuarios han reportado irritabilidad, ansiedad o incluso depresión durante el tratamiento. Por eso, la supervisión médica es fundamental para detectar cualquier cambio emocional y tomar medidas si es necesario.