Amigos imaginarios en la infancia: ¿cuándo debería ser una señal de alarma?

La interacción con un amigo imaginario puede ser común en la niñez, pero requiere la atención de los padres
Tahiana González
6 Min de lectura

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La imaginación juega un papel importante durante la infancia, etapa en la que muchos niños experimentan una relación con amigos imaginarios que, de acuerdo con expertos, se convierten en parte de los juegos diarios de los más pequeños de la casa.

De acuerdo con una publicación del psicólogo Juan Moisés de la Serna en el medio especializado Web Consulta, estos amigos imaginarios que crean los niños se convierten en una ventana a los pensamientos más profundos de ellos y forman parte de un fenómeno natural en la niñez, aunque para algunos padres pueda ser desconcertante. 

El especialista destacó que la invención de amigos imaginarios está relacionada con la creatividad, inteligencia emocional y necesidades del niño en su camino hacia la madurez. Esto permite procesar emociones, explorar roles sociales y adaptarse al entorno.

Amigos imaginarios en la infancia: ¿cuándo debería ser una señal de alarma?
Foto: Pixabay

“Como en cualquier aspecto del crecimiento, surgen preguntas sobre los límites entre lo normal y lo preocupante (…).  Dentro de la etapa evolutiva normal de los niños, entre los 2 y 3 años de edad, se inicia un fenómeno que a veces puede llegar a crear una preocupación en los padres. Estos amigos imaginarios suelen ser seres, en algunos casos, idealizados, como superhéroes, hadas o duendes”, detalló de la Serna. 

Por su parte, Margaret Svendsen, investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coincide en que la aparición de un amigo imaginario es normal en niños de entre 2 y 7 años de edad. En algunos casos se extienden hasta los 8 años.

Este fenómeno puede ayudar a afrontar una pérdida o alguna situación que afecte a un niño, siempre que se tenga el control sobre lo que es real y ficticio, aunque a veces suele ser un signo de preocupación que el infante pase más de tres años con este proceso y presente otros síntomas.

Cuándo es un motivo de preocupación

De la Serna y Svendsen coincidieron en que a pesar de que existan aspectos positivos, también se han detectado aspectos negativos cuando la relación entre el infante y el amigo imaginario se vuelve muy estrecha, al punto de que se le dificulta tener otro tipo de relaciones con otros niños.

De la Serna menciona que el niño podría experimentar comportamientos agresivos, mientras que la investigadora de la UNAM denominó como “esquizofrenia” la falta de control del niño sobre el amigo imaginario, situación que podría afectar el área escolar, social y familiar del niño.

Amigos imaginarios en la infancia: ¿cuándo debería ser una señal de alarma?
Foto: Pixabay

“El niño puede experimentar mucha ansiedad porque el amigo imaginario le dice que morirá, o que debe pegarle a otros niños, situaciones de riesgo que están relacionadas con la agresión”, dijo la investigadora.

Estos son algunos aspectos que podrían ser de preocupación en un niño con un amigo imaginario:

-Alucinaciones: a diferencia del amigo imaginario, esto se produce de forma involuntaria y son percepciones que viven como si fueran reales y pueden asociarse a trastornos médicos o psicológicos que deben ser evaluados. 

-Trastornos del espectro psicótico: el niño insiste en que el amigo imaginario es real y no reconoce la fantasía. También puede mostrar comportamientos desorganizados, delirios o aislamiento extremo.

-Habla egocéntrica: es una de las etapas del desarrollo del lenguaje en la que el niño va a dejar de hablar externamente y solo lo hace pensando. Pasa a ser descriptiva sobre aquello que está haciendo o pensando, pero sin que se produzca una interacción.

-Impacto negativo en la vida diaria: el niño depende del amigo imaginario y esto interfiere en su desarrollo y desempeño social. El apego excesivo al amigo imaginario puede generar ansiedad al momento de interactuar con otras personas o cumplir con normas sociales. 

Otro aspectos que se debe tener en cuenta y que puede ser contraproducentes es que este amigo imaginario surja de vivencia de hechos traumáticos o falsos amigos imaginarios, que son aquellos que tienen una personalidad represora y negativa para el niño.

Consejos para los padres 

De acuerdo con la psicóloga española Beatriz Portralatín, los amigos imaginarios desaparecerán de forma espontánea, por lo que los padres deberían actuar con naturalidad frente a esta situación, como con cualquier otra fantasía de su hijo, y no tratar de prohibirla.

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Asimismo, especificó la importancia de no ridiculizar al niño por tener un amigo imaginario, cuestionar la presencia de este ser, ni afirmar que el niño está mintiendo.

Por su parte, de la Serna explicó que sí es importante que los padres pongan límites sanos al juego de los niños y explicarles las diferencias entre la fantasía y la realidad, mientras que a su vez muestran interés por ese amigo imaginario de su hijo.

Tahiana González
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