Desde la terraza de un edificio en el este de Caracas, Francisco Neus mira el horizonte. De un lado, la figura del Ávila se cierne sobre él con el canto de las guacamayas; del otro, la ciudad con sus quintas, torres de oficinas y sonidos de vehículos tocando corneta. Sin embargo, el cantante apenas tiene unos minutos para apreciar la vista antes de emprender el viaje en carretera a su hogar en La Victoria, estado Aragua.
Justamente de su apellido, que él mismo reconoce como poco común en Venezuela, viene su nombre artístico: Neeus. En entrevista para El Diario, declara que está trabajando en la producción de su segundo disco, el cual aún no tiene una fecha de lanzamiento definida. Sin embargo, quizás como un abrebocas, publicó a finales de marzo en plataformas digitales el sencillo “A propósito”, producido por él mismo de forma independiente.
Actualmente su cuenta en la plataforma de música por streaming Spotify promedia alrededor de 85,7 mil oyentes mensuales, mientras que su canal de YouTube tiene 62 mil suscriptores. Sumado a sus 98,6 mil seguidores en Instagram, marcan las cifras de una figura que ha ido ganando una reputación dentro de la industria musical, bien con sus propias canciones, como en sus facetas de compositor, productor y beatmaker.
De La Victoria pa’l mundo
Neeus nació en 1999 en La Victoria, pueblo en el que todavía vive y donde comenzó a componer sus primeros temas. Relata que siempre quiso estudiar Música, y aunque inscribió producción musical en una universidad especializada, no sintió que los temas impartidos en clases aportaran algo a sus inquietudes creativas o a lo que ya había aprendido por su cuenta.
“No aprendí nada y me salí de la universidad. Siempre buscaba panas que me enseñaran a tocar que si la guitarra, o a tocar batería, siempre fui independiente. No estudié muchas cosas, aunque quería y nunca pude, así que entonces me tocó aprender solo. Pero Dios pone todo en su lugar”, comenta.
Si bien del estado Aragua han salido importantes referentes del rap y hip hop como Canserbero o Akapellah, Neeus reconoce que para el momento en que comenzó a interesarse en la música no había una movida artística consolidada en La Victoria. De hecho, recuerda que constantemente debía ir en bicicleta de calle en calle buscando señal para conectarse en su teléfono, pues en su casa constantemente fallaba el servicio de Internet.
Admite que para entonces su familia también atravesaba por momentos difíciles económicamente, pues la emergencia humanitaria compleja ya comenzaba a azotar el país. Esto lo llevó a usar lo aprendido de forma autodidacta para vender pistas de canciones usando redes sociales como Facebook. En ese momento tenía apenas 14 años de edad.
“Hay artistas que dicen que la música no se hace por dinero, pero yo lo hice por necesidad. En La Victoria tenía una situación muy apretada, así que hice música y llegué a un nivel que también me dio seguridad a la hora de salir a cualquier lado. Metido en mi cuarto aprendí a producir, a interpretar, aprendí a componer, a masterizar, mezclar, y creo que fue la necesidad que me llevó a eso”, afirma.
Voz y sonido
Además de guitarra y percusión, Neeus se inició en la música a través del beatboxing, es decir, el arte de generar sonidos vocales que sirven como acompañamiento para el rapero. “Si había una batalla de rap, yo iba a poner el ritmo en cualquier lado”, cuenta. Muchos de esos beats que nacían de su improvisación vocal más adelante los intentaba replicar en la computadora para crear canciones.
No fue sino hasta los 18 años de edad que el compositor se sintió con la confianza suficiente para compartir su faceta como artista. Nuevamente Facebook se convirtió en la plataforma en la que publicó en agosto de 2018 su primer tema, titulado “Te olvidé”, cuya maqueta grabó junto a Wilder Arias en el estudio Inspiration Records de La Victoria. Dos años después sacaría el tema “Mentira”, esta vez hecho completamente por él mismo, y que se subió a YouTube en julio de 2020.
Le siguieron luego varias canciones como “Soy un desastre” o “Mente sucia”, que llegaron a rebasar las 100 mil reproducciones en YouTube. Comenzó entonces a despertar el interés de artistas y productores en Caracas. En 2022 firmó un contrato con BorderKid Records, un sello discográfico propiedad de Sony Music Latin, con el que lanzó varios sencillos, así como su primer álbum Francisco (2024).
“Creo que ese fue el salto para meterme en la industria como tal. Cuando una de mis primeras canciones se viralizó, yo estaba comenzando y no sabía muchas cosas, pero ya cuando firmo y es como que oficial la cosa, empecé a saber de regalías, a saber un poquito más de mercado”, resalta.
Ascendiendo
Aunque empezó el año 2025 nuevamente como artista independiente, la experiencia en la disquera le sirvió para crear los contactos necesarios para promocionar su nombre. En los últimos años Neeus ha hecho colaboraciones con diferentes artistas venezolanos como Baskiat, RoyalLive, Lirika KND, Letra MC, Micro TDH, Big Soto, entre otros. También se internacionalizó, trabajando con el reguetonero colombiano Reykon, el rapero ElMalaFama, o el cantante puertorriqueño Ñejo.
Neeus reconoce que uno de sus mayores retos como artista fue encontrar su propia identidad al momento de cantar, algo que se puede apreciar en la evolución de su estilo con el paso de los años. “Mi voz fue cambiando y era una guerra mental. Al principio trataba de ponerla más suave, cantaba más duro o más agudo y nada, hasta que me fui encontrando. Ahorita mi última presentación se escucha más limpia”, indica.
Lo que señala que no ha cambiado es su proceso creativo. El compositor explica que necesita de absoluta soledad y tranquilidad para hacer sus canciones, muchas veces encerrado en su cuarto, escuchando música con los ojos cerrados para dejar que los sonidos se asimilen en su mente. Toma referencias de cualquier fuente: desde música electrónica o canciones en inglés, hasta ritmos latinos como vallenato y merengue.
“Puedo estar viendo TikTok y escucho un sonido, algo que me gusta en específico, agarro la referencia, por lo menos en la pista de ese TikTok, y voy metiéndole mis acordes, la letra, qué quiero decir, cómo lo voy a decir. Ahorita mis canciones las estoy haciendo comenzando desde la pista, entonces me siento a crear beats y después elijo a cuál le voy a escribir una letra, a la que más me guste, y a esa le dedico todo el mensaje”, añade.
Estilo propio
A pesar de que en este momento está centrado en despegar su carrera como cantante, Neeus no ha dejado de trabajar tras bambalinas en los sets de grabación. Su experiencia como productor y compositor le ha servido para crear temas para diferentes artistas, e incluso participar en campamentos donde se realizan lluvias de ideas para discos.
“Yo actualmente me siento cómodo con cantar mis canciones, pero si me toca también trabajar para otros artistas como compositor, como productor, créeme que también me meto en la película. No tengo ningún límite a la hora de hacer música”, destaca.
Enfocarse en sí mismo le ha ayudado a darle un toque más íntimo a sus creaciones. De canciones que abordaban de forma melancólica temas como el desamor o las rupturas, apunta a que actualmente prefiere escribir sobre sus experiencias personales, el amor propio o la autosuperación. No obstante, admite que no es un proceso sencillo.
“Me siento más cómodo cuando la canción es para mí, porque ya sé lo que me gusta, pero no por eso es más fácil, porque cuando es para uno, quieres lo mejor y hacer realidad la vibra que uno quiere transmitir, todo lo que sabe. Entonces no existe como un límite y tienes que saber cuándo parar de mejorar”, precisa.
Nuevos sonidos
Neeus no se considera a sí mismo un rapero, aunque mucha de su música parte de la base del hip-hop. “Yo me considero un cantante. Me gustan más las melodías, las canciones elaboradas, los intros, los coros y los versos, mientras el rap yo siento que es más con un mensaje conciso, más enfocado en la letra”, aporta.
Sin embargo, ve con buenos ojos la tendencia actual del rap a abrirse a nuevos sonidos para experimentar. Aunque asegura ser fan del boom bap (bombo y caja) o de subgéneros más underground como el trash trap, con ritmos y letras mucho más sucios y crudos, también destaca que muchos raperos están incorporando elementos de la música electrónica, el jazz e incluso del dembow.
“Los raperos están siendo un poco más universales con las pistas. Ahorita escuchas que si un house y un rapero. Ya no es la pista de trap cuadrada de antes”, opina.
