Los restos del papa Francisco fueron sepultados el 26 de abril en la basílica Santa María la Mayor, luego de que miles de fieles, jefes de Estado, reyes y religiosos le dieron el último adiós en un funeral que se llevó a cabo en la basílica de San Pedro del Vaticano.
Tras el ritual de sepultura, la Santa Sede realizó la misa exequial el mismo 26 de abril, la que dará inicio a la primera eucaristía de los novendiales (nueve días de duelo en honor al papa). Este rito será hasta el 4 de mayo.
De acuerdo con el protocolo que se lleva a cabo tras la muerte de un papa, el Vaticano no puede convocar el cónclave durante los novendiales, pero sí se realizarán las congregaciones generales, en las que los cardenales dialogarán sobre la Iglesia y los retos que deberá enfrentar el sucesor del fallecido pontífice.
La primera congregación tuvo lugar el 22 de abril, un día después de que el Vaticano informó sobre la muerte del papa Francisco, pero solo contó con 70 cardenales, de 252 purpurados, ya que el resto no se encontraba en Roma. La segunda reunión se dio el 23 de abril.
La convocatoria del cónclave para elegir al nuevo papa
Actualmente, el Vaticano se encuentra en un tiempo denominado “sede vacante” por el fallecimiento del sumo pontífice. De acuerdo con lo que dictaminan las normativas de la Iglesia, deben transcurrir entre 15 y 20 días para organizar el cónclave.
En ese sentido, luego de que transcurran los nueve días del rito de las exequias, según lo establece la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, la Iglesia realizará la misa Pro Eligendo Pontífice, con la que precede el comienzo del cónclave.
Luego de ello, los cardenales podrán iniciar con la votación para elegir a uno de los más de 130 cardenales electos para ser papa. Por lo que, en mayo de 2025, posiblemente, se conozca quién sería el nuevo obispo de Roma y sumo pontífice.
Para este paso, los cardenales entran a la Capilla Sixtina, donde realizan un juramento de fidelidad y secreto para iniciar el proceso de elección.
El proceso de votaciones
De acuerdo con la legislaciones del Vaticano, los religiosos pueden realizar dos votaciones por día, en la mañana y otra en la tarde, hasta que los cardenales coincidan en quién será el nuevo papa. Sin embargo, los purpurados pueden considerar que hayan dos votaciones seguidas, es decir, si en la primera votación no hay una mayoría de dos tercios en los resultados, se vuelve a votar de forma inmediata.
Luego, si no vuelve a coincidir la mayoría, se deberá sufragar nuevamente en la tarde o mañana del día siguiente.
Durante este proceso de elección, desde la chimenea del Vaticano se esparcirá lo que se conoce como fumata, que se mantendrá de color negro mientras los cardenales siguen eligiendo.
Esta se verá dos veces al día, pues las papeletas serán contadas y quemadas (juntas si se vota en dos oportunidades seguidas) y cambiará de color blanco cuando dos tercios de los cardenales elijan al mismo candidato. Esto significa que ya hay un papa electo, pero no se conocerá su identidad hasta que el nuevo sumo pontífice se asome en el balcón central del Vaticano para saludar al mundo.
