La enfermedad de Chagas es reconocida como un problema de salud pública en Venezuela. Esta patología es causada por el parásito Trypanosoma cruzi que usualmente es transmitido por el chipo o chinche picuda, un insecto común en el país.
Belkisyolé Alarcón de Noya, doctora en parasitología médica y jefa de la sección de Inmunología en el Instituto de Medicina Tropical (IMT) de Caracas, explicó que actualmente hay dos enfermedades parasitarias típicas que más se dan en el trópico: la enfermedad de Chagas y la toxocariasis.
En el caso de la enfermedad de Chagas, Alarcón de Noya aclaró que su transmisión es muy fácil y que cualquier mamífero vertebrado puede verse expuesto. Indicó que en caso de los animales es común que se coman al chipo, pero con los humanos ocurre en su mayoría al consumir alimentos y bebidas contaminados con las heces del insecto.
“Es muy frecuente ver picaduras de chipo, pero realmente esa picada no nos afecta, como sí ocurre con el mosquito que transmite la malaria (Anopheles), por ejemplo, sino que justamente es la defecación del animal sobre nuestro cuerpo lo que causa la enfermedad, porque esas heces tienen parásitos altamente infectantes”, indicó la especialista en entrevista para El Diario.
Alarcón agregó que otra forma de transmisión es si esas heces tienen contacto con alguna herida abierta, lo que permite la entrada del parásito al cuerpo humano, pero insistió en que se debe tener mayor precaución con lo que se consume.
“La contaminación de jugos de fabricación artesanal es muy común sobre todo en aquellos que se dejan reposar en la noche que es cuando salen estos chipos y pueden caer dentro del jugo y así contaminar a la persona, siempre y cuando estos animales estén infectados”, explicó.
La experta comentó que hay otros medios de infección entre seres humanos, uno de ellos es la transmisión de la madre al feto durante el embarazo, otra es a través de una donación de sangre contaminada con el parásito y la última es por medio de un trasplante de órganos.
El IMT recomienda no pisar ni aplastar a los chipos cuando se consiguen en el hogar, porque eso podría esparcir las heces del insecto infectado. Asimismo, aconsejan no manipularlo sin protección y en caso de haber tenido contacto de la piel con el chipo lavar la zona con jabón u alcohol.
Otras recomendaciones son atrapar al insecto con un envase de vidrio o en una caja de fósforos e identificarlo con la hora, el lugar y el nombre de la persona que lo capturó para luego entregarlo a la la Unidad de Entomología Médica del IMT.
Características y fases de la enfermedad
Alarcón dijo que habitualmente muchas personas se infectan con estos parásitos, pero muy pocas de ellas desarrollan la enfermedad. Destacó que este es el motivo por el que se hace más difícil frenar la transmisión.
“En quienes desarrollan la enfermedad de Chagas pueden presentar una fase aguda en sus primeros estadios que puede incluso ser mortal. Si se sobrevive a esto, el paciente pasa a algo que se llama fase crónica”, expresó.
Entre los síntomas que puede presentar el paciente en la fase aguda están la fiebre, hinchazón en la cara, inflamación en los brazos y piernas. Asimismo, puede haber episodios de miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) con o sin derrame pericárdico. La doctora explicó que esto suele ocurrir de tres a cuatro semanas luego del contacto con el parásito.
“Allí es donde los médicos deben tener mucha atención, porque todo aquel paciente en el trópico que desarrolle una miocarditis debe ser investigado para la enfermedad de Chagas. Nosotros hemos tenido fallecimiento durante los brotes orales de enfermedad de Chagas, tanto en Caracas como en el interior del país”, mencionó.
En el caso de la fase crónica, el paciente desarrolla una cardiomegalia (aumento del tamaño del corazón) y arritmias leves. La especialista señaló que este síntoma suele pasar desapercibido porque no provoca molestias y que usualmente los pacientes lo notan cuando se hacen una radiografía de tórax por otros motivos y ven que el corazón aumentó su tamaño.
Otra forma en la que los pacientes se dan cuenta de que están infectados es al realizarse un examen de serología en los bancos de sangre para hacer donaciones.
“Este paciente va a ir desarrollando una miocarditis crónica hasta que ya presente una arritmia como tal y en casos extremos hay que poner un marcapaso para controlarla”, detalló.
¿Cómo afecta la enfermedad de Chagas a las comunidades rurales en Venezuela?
La jefa de la unidad de Inmunología del Instituto de Medicina Tropical, Belkisyolé Alarcón de Noya, explicó que en 20 años se han podido documentar 16 brotes orales de enfermedad de Chagas en Venezuela.
Destacó que el principal medio de infección en estos brotes fue el consumo colectivo de jugos de fruta en los que habían caído chipos infectados con el parásito Trypanosoma cruzi.
Brotes más importantes documentados:
– Chacao, Miranda (2007): 133 personas infectadas.
– Chichiriviche de la Costa, Vargas (ahora La Guaira) (2009): 51 personas infectadas.
– Antímano, Caracas (2010): 18 personas infectadas.
– Coche, Caracas (2012): varios trabajadores del mercado de Choche fueron diagnosticados.
– La Macarena, Mérida (2015): 9 personas diagnosticadas con enfermedad aguda.
– Puerto Nuevo, Táchira (2018): 40 personas presentaron síntomas compatibles con la enfermedad, y 14 casos fueron confirmados.
Alarcón de Noya comentó que el IMT tiene un proyecto que está financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología para hacer estudios en comunidades rurales con el objetivo de levantar indicadores sobre los contagios de la enfermedad de Chagas en distintas entidades.
El diagnóstico y el tratamiento es poco accesible en gran parte del país
La experta explicó que el diagnóstico de la enfermedad de Chagas es poco accesible en gran parte del país, esta es otra de las dificultades que enfrentan las comunidades más lejanas a las grandes ciudades.
“Las instituciones que más pudieran hacer diagnóstico son los bancos de sangre a través de una serología, porque ellos deben hacerlo de rutina”, dijo.
Detalló que el estudio específico para hacer el diagnóstico durante la fase aguda de la enfermedad es el IMG, que busca en la sangre un anticuerpo presente durante esta primera etapa de la patología.
Alegó que hasta el momento solo conoce que es posible haber estos diagnósticos en pocos laboratorios: uno en Barquisimeto (Lara), uno en Mérida, uno en Maracay (Aragua) y en el Instituto de Medicina Tropical en Caracas.
Con el tratamiento ocurre algo similar. La experta alegó que pocas instituciones pueden administrar el tratamiento a los pacientes diagnosticados.
“El tratamiento solo lo maneja el Estado. En Maracay, por ejemplo, lo hace la entidad estadal y en algunos hospitales como el Central de San Cristóbal (Táchira) y nosotros en el Hospital Universitario de Caracas”, indicó.
Alarcón dijo que estos fármacos se usan desde hace aproximadamente 50 años y no son “completamente inocuos”, por lo que advirtió que siempre deben administrarse bajo supervisión médica.
“Nosotros (los médicos) estamos obligados a dar tratamiento en fase aguda, pero no es obligatorio en la fase crónica. Allí realmente lo que se hace es un acuerdo entre el médico y el paciente para el manejo de la fase crónica”, agregó.
En el Instituto de Medicina Tropical se le administra tratamiento también a los pacientes en fase crónica, a menos de que se trate de alguien que tenga contraindicaciones como un embarazo o complicaciones durante la fase severa, porque el mantener el tratamiento permite que baje la carga parasitaria en algunos casos.
Expertos consultados:
Belkisyolé Alarcón de Noya, doctora en parasitología médica y jefa de la sección de Inmunología en el Instituto de Medicina Tropical . Se realizó la entrevista el 2025-05-06.