Algunos pacientes con depresión pueden haber escuchado hablar de la anhedonia, no obstante, otras personas pueden estar presentándola y no saber de qué se trata. De acuerdo con varios estudios y páginas especializadas consultadas por El Diario, esta característica se define como la imposibilidad de experimentar sensaciones placenteras o de felicidad ante situaciones que habitualmente generaban satisfacción.
La anhedonia no está clasificada como una enfermedad ni un trastorno, sino como una manifestación patológica que advierte a los especialistas sobre la presencia de otra condición mental subyacente, en la mayoría de los casos a causa de la depresión mayor.
El Instituto Europeo de Psicología explica que desde una perspectiva biológica, este fenómeno se vincula con un funcionamiento alterado de la liberación de dopamina en el cerebro, la cual tiene un papel fundamental en la motivación, la percepción del placer y los mecanismos de recompensa.
De acuerdo con el instituto, cuando se presenta una actividad dopamínica deficiente, disminuye la capacidad de un individuo para sentir placer ante cualquier motivación externa o interna. El afectado se ve imposibilitado de sentir felicidad sin que pueda controlarlo, por lo que su calidad de vida disminuye.
Los expertos también han identificado la implicación de la corteza prefrontal medial, una zona cerebral con funciones en la toma de decisiones y el control de las emociones, en la aparición de la anhedonia, lo que sugiere la existencia de conexiones neuronales específicas asociadas a la manifestación de este síntoma.
Cómo identificar la anhedonia
Un estudio en la revista especializada Science y el Instituto Europeo de Psicología coinciden en que la anhedonia puede aparecer en diversas condiciones mentales, pero se considera una de las señales de mayor preocupación para los psicólogos, psiquiatras y terapeutas.
A diferencia de la apatía o la falta de interés transitoria, el síntoma de la anhedonia se identifica por su persistencia en el tiempo y su impacto tanto en la interacción social como en las actividades diarias de los pacientes, lo que la clasifica como una afección patológica.
Los individuos afectados suelen perder el interés en actividades que previamente encontraban motivadoras, como la alimentación, la actividad física, la música o las interacciones sociales.
Otra manifestación común de la anhedonia es la reducción del deseo sexual, aunque los expertos refieren que en algunos casos este efecto puede ser una consecuencia del uso de ciertos medicamentos psicotrópicos, particularmente antidepresivos y antipsicóticos.
Otros indicadores de anhedonia en un paciente:
– Alteraciones en el peso corporal, ya sea pérdida o aumento notable derivado de la falta de interés por la comida o de su uso como un mecanismo de afrontamiento emocional
– Insomnio o, por el contrario, un exceso de sueño
– Pueden surgir molestias corporales como malestar estomacal, boca seca, sensación de opresión en el pecho, sudoración, temblores, palpitaciones, mareos, sensaciones de hormigueo, cansancio o la necesidad frecuente de orinar
– Cansancio persistente o una sensación continua de falta de energía para levantarse de la cama
– Baja autoestima y pensamientos autocríticos recurrentes
– Ideas suicidas frecuentes, sin que necesariamente impliquen una intención de hacerlo
Diagnóstico y tratamiento de la anhedonia
La investigación de la revista Science señala la existencia de una forma de anhedonia inducida por medicamentos, la cual puede ser reversible al ajustar las dosis o modificar el tratamiento bajo supervisión médica.
Además, los especialistas también explican que la anhedonia puede surgir como una manifestación de otros trastornos mentales como la esquizofrenia, el trastorno bipolar o la adicción a sustancias psicoactivas.
La identificación precisa de la anhedonia es esencial para su manejo clínico, ya que permite al especialista reconocer la conexión del síntoma con trastornos subyacentes y establecer un plan de tratamiento adecuado. En la mayoría de los casos, al tratar la condición principal, la intensidad de la incapacidad de sentir placer tiende a disminuir.
Un estudio publicado en la revista especializada SCielo indica que el tratamiento se personaliza de acuerdo con las características de cada paciente y puede incluir terapia farmacológica, psicoterapia o una combinación de ambas.
Cuando el origen del síntoma está ligado a factores externos, como situaciones de estrés prolongado, procesos de duelo o conflictos personales, el enfoque terapéutico debe abordar estas variables.
Las terapias cognitivo-conductuales suelen ser efectivas en su manejo al enfocarse en la modificación de patrones de pensamiento y comportamiento que resultan perjudiciales para los afectados.
Todo proceso terapéutico debe iniciarse con un diagnóstico preciso que determine la causa de la anhedonia, sin embargo, estas son algunas de las recomendaciones más comunes para los pacientes:
– Buscar apoyo profesional
– Mejorar la calidad del sueño ajustando las horas para dormir
– Mantener una alimentación equilibrada, reducir el consumo de cafeína, alcohol y azúcares
– Participar en actividades como yoga, meditación o reuniones sociales
– Practicar ejercicio físico de manera regular, lo que favorece la liberación de endorfinas, sustancias asociadas al bienestar
De acuerdo con las páginas y estudios consultados, la anhedonia es un fenómeno con múltiples factores implicados que requiere de la combinación de estrategias médicas y psicológicas, junto con el seguimiento clínico para evaluar los resultados del tratamiento.
