Vigorexia: ¿en qué consiste esta alteración de la imagen corporal y cómo afecta la salud?

El ideal de un cuerpo grande y musculoso fomentado por el entorno y la cultura popular puede despertar complejos e inseguridades que, sin una orientación adecuada, desarrollan trastornos que afectan las relaciones personales e incluso la integridad física de quienes lo padecen
Jordan Flores
Jordan Flores - Redactor
7 Min de lectura

Conforme a los criterios de

Adaptarse a los cánones de belleza de la sociedad siempre ha sido uno de los dilemas que muchas personas enfrentan a lo largo de su vida. Si bien el hacer ejercicio y tener buenos hábitos alimenticios son elementos importantes para mantener un estilo de vida saludable, a veces la obsesión por tener un cuerpo extremadamente escultural puede resultar contraproducente, e incluso riesgoso.

Una fijación patológica con el estado físico podría derivar en trastornos mentales serios, como por ejemplo, la anorexia. Sin embargo, existen otros fenómenos menos conocidos, o que pasan desapercibidos entre las tendencias de redes sociales, uno de ellos es la vigorexia, también conocida como dismorfia muscular, en la cual la persona se vuelve adicta al ejercicio para tener un cuerpo musculoso, hasta el grado de atentar contra su propia salud.

Al igual que otros trastornos de su tipo, el afectado se vuelve incapaz de percibirse a sí mismo de forma positiva u objetiva. 

De acuerdo con la Asociación Americana de Psiquiatría en su Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), los pacientes desarrollan la creencia de que, por más que entrenen, sus cuerpos no están lo suficientemente tonificados, considerándose como enclenques o débiles, aunque sí tengan una cantidad de masa muscular apreciable. Esto los lleva a obsesionarse con el ejercicio al punto de afectar sus relaciones sociales y su cotidianidad, además de sobreexigir a sus cuerpos hasta llevarlos al límite.

Además de conducir a problemas de depresión y baja autoestima, las personas con este problema también suelen desarrollar un interés compulsivo por el consumo de calorías, algo propio de otros trastornos alimenticios. Esto los lleva a prácticas poco saludables como un consumo desmedido de proteínas y suplementos, dietas restrictivas o sin un balance nutricional adecuado, e incluso el uso de esteroides para acelerar el crecimiento muscular.

¿A quiénes afecta la vigorexia?

Vigorexia: ¿en qué consiste esta alteración de la imagen corporal y cómo afecta a la salud?
Foto: Freepik

La Alianza Nacional para los Trastornos de la Alimentación de Estados Unidos menciona en su página web que el 90 % de los casos de vigorexia suelen ser hombres de entre 15 y 32 años de edad, aunque realmente se puede presentar a cualquier edad y sin distinción de género. No obstante, los estudios indican que este grupo se ve más afectado debido al concepto de que el “cuerpo masculino ideal” debe ser grande y musculoso, algo arraigado por la cultura popular.

Los estudios agregan que existe un importante factor ambiental en el desarrollo de la vigorexia y otros trastornos similares. La presión social de entornos como la familia o la escuela sobre el peso y la forma del cuerpo pueden afectar especialmente a adolescentes y jóvenes, quiénes desarrollan complejos sobre su cuerpo. Esto potenciado además por los estereotipos presentes en los medios de comunicación, además del auge reciente de creadores de contenido en redes sociales, quienes promueven ideales de belleza o estilos de vida que refuerzan estas creencias.

Igualmente, la organización señala que la comunidad científica todavía no llega a un consenso claro sobre si clasificar a la vigorexia como un trastorno alimentario o como un trastorno dismórfico corporal (TDC), aunque comparte muchos patrones con otras enfermedades como la anorexia y la bulimia. También puede estar vinculado a otros problemas como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), depresión, ansiedad o traumas psicológicos.

¿Cómo se puede reconocer la vigorexia?

Aunque cada caso puede tener sus propias características y no todos cumplen siempre los mismos requisitos, existen algunos patrones que permiten identificarlo. Uno de los más evidentes es la definición muscular a niveles extremos, viéndose hinchados y hasta algo deformados por la hipertrofia.

Vigorexia: ¿en qué consiste esta alteración de la imagen corporal y cómo afecta a la salud?
Foto: Freepik

Más allá de esto, otro signo clave es la fijación de los pacientes con su apariencia. Constantemente se miran en el espejo y comparan sus cuerpos con los de otras personas. También cuidan celosamente detalles como su peso, consumo calórico, tamaño, aunque irónicamente se muestran acomplejados y reniegan de exhibir sus cuerpos en público. De hecho, es común que manifiesten una continua insatisfacción con su físico, ansiedad por los avances de su entrenamiento, y estrés generalizado.

Otro síntoma clave es el aislamiento social. Las personas con vigorexia ponen el ejercicio como el punto central de sus vidas, entrenando en todo momento al punto de priorizarlo sobre cualquier otra tarea o relación personal. En casos más graves pueden llegar a perder trabajos, eventos importantes o parejas por preferir ejercitarse. Además se vuelven obsesivos con sus rutinas, con ataques si se pierden algún ejercicio o cambian sus dietas.

Estas conductas no solo afectan su vida personal, sino que también suponen un riesgo a su propia integridad física. Especialmente lesiones por exceso de ejercicio, que se agravan si la persona continúa entrenando a pesar de la fatiga y el daño. Otras pueden derivar en problemas cardíacos o deficiencias por el consumo de anabólicos y de dietas inadecuadas. 

¿Qué se puede hacer?

Una detección temprana de los signos de la vigorexia puede ayudar a prevenir que el trastorno escale hasta etapas más graves. Esto con una orientación correcta por parte de expertos al momento de entrenar que puedan proveer de información y rutinas sanas que le permitan a la persona tonificar su cuerpo de una forma más controlada.

Vigorexia: ¿en qué consiste esta alteración de la imagen corporal y cómo afecta a la salud?
Foto: Pixabay

Igualmente, al ser un trastorno mental, es necesario acudir a un especialista médico que brinde un tratamiento adecuado para mejorar la percepción del paciente sobre su imagen. La terapia cognitivo conductual suele ser la más efectiva en estos casos, aunque dependiendo del paciente se puede requerir un enfoque multidisciplinario con otros tipos de terapias. Incluso orientación nutricional o médico en el caso de haber consumido esteroides.

Etiquetado:
Jordan Flores
Jordan Flores - Redactor
7 Min de lectura

También puedes leer