El doctor José Gregorio Hernández nació en una familia católica en el pueblo de Isnotú, en el estado Trujillo, el 26 de octubre de 1884. Fue el hijo mayor de Benigno María Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros Mansilla.
Su familia estuvo fuertemente vinculada con la Iglesia católica, pues su mamá fue descendiente del cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, confesor de Isabel la Católica (reina de Castilla), y en su familia paterna se emparentaba con el santo ecuatoriano Hermano Miguel.
Pedro Celestino Sánchez, representante de una escuela privada en Isnotú, fue el primer maestro de Hernández y al ver sus capacidades le recomendó a sus padres que lo enviaran a Caracas para formarse académicamente.
A los 13 años de edad emprendió una travesía para llegar hasta la capital del país. Su biografía indica que viajó tanto en mula como en barco e incluso tren hasta arribar a Caracas y así completar sus estudios de secundaria en el Colegio Villegas, de donde egresó como bachiller en Filosofía.
Medicina y ciencia
José Gregorio Hernández ingresó a los 17 años de edad a la Universidad Central de Venezuela (UCV) para cursar la carrera de Medicina. De acuerdo con los registros de esta institución, destacó por ser sobresaliente durante sus seis años de estudio.
Recibió su título de médico el 29 de junio de 1888. En ese momento también se desempeñaba como filósofo y teólogo, pero además hablaba inglés, francés, portugués, alemán e italiano y dominaba el latín y hebreo.
El rector de la UCV en ese momento, el doctor Santos Dominici, le ofreció apoyo económico para abrir un consultorio médico en Caracas, lo que agradeció pero rechazó porque se sentía comprometido a volver a su pueblo natal por la falta de médicos en ese lugar.
“¡Cómo le agradezco su gesto, Dr. Dominici! Pero debo decirle que mi puesto no está aquí. Debo marcharme a mi pueblo. En Isnotú no hay médicos y mi puesto está allí, allí donde un día mi propia madre me pidió que volviera para que aliviara los dolores de las gentes humildes de nuestra tierra. Ahora que soy médico, me doy cuenta que mi puesto está allí entre los míos”, le escribió Hernández al entonces rector de la UCV.
Durante el año siguiente atendió a pacientes tanto en Trujillo como en Táchira y Mérida, pero tuvo que regresar a Caracas por una solicitud de de uno de sus maestros al presidente de la República, en ese momento Juan Pablo Rojas Paul, para enviarlo a París, Francia, para estudiar algunas áreas que permitieran modernizar la medicina en Venezuela.
En París estudió Microbiología, Histología Normal, Patología, Bacteriología, Embriología y Fisiología Experimental.
En 1891 regresó a Venezuela con el encargo de traer equipos médicos desde Europa para el Hospital Vargas de Caracas y a él se le atribuye la introducción del microscopio al país. Posteriormente ingresó a la UCV como profesor en las cátedras de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología, ambas fundadas por él.
También dio clases de Anatomía Patológica y fundó la cátedra de Bacteriología, la primera de este tipo en América. Fue el primer científico en Venezuela en publicar un documento académico sobre bacteriología en 1906.
Vida religiosa
José Gregorio Hernández decidió abocarse a la vida religiosa en el año 1907, cuando habló al respecto con el arzobispo de Caracas, monseñor Juan Bautista Castro. Fue aceptado en la Orden de San Bruno en la Cartuja de Farneta, cerca de Lucca (Italia).
Nueve meses después de su ingreso a la orden, enfermó gravemente y las autoridades de la San Bruno solicitaron su regreso a Venezuela. Tras recuperarse en su país, recibió permiso para ingresar en el Seminario Santa Rosa de Lima (hoy Universidad Católica Santa Rosa).
Tres años después vuelve a intentar la vida monacal y viajó a Roma para cursar estudios teológicos en el Pontificio Colegio Pio Latino Americano como preparación para el monasterio, pero nuevamente se enfermó con una afección pulmonar que lo obligó a regresar nuevamente a Venezuela.
En su país se incorporó a la Orden Franciscana Seglar de Venezuela (OFS), en la fraternidad de la Merced de Caracas. En la Iglesia Nuestra Señora de la Merced de los Frailes Capuchinos realizó su profesión como franciscano seglar.
La historia sobre su muerte
El 29 de julio de 1919, Hernández salió de su casa en La Pastora para atender a una paciente en la esquina de Cardones. Sin embargo, antes de llegar a su destino fue atropellado en la esquina de amadores por Fernando Bustamante, un joven mecánico de 28 años de edad dueño de un Essex.
El conductor lo llevó hasta el Hospital Vargas, pero al momento no había médicos en la institución, por lo que el hombre buscó al doctor Luis Razetti para que lo atendiera, pero al llegar al centro de salud certificó que Hernández había fallecido como consecuencia de las lesiones causadas por el arrollamiento.
Razetti firmó el acta de defunción de su colega, la cual detalló que tenía fractura de la base del cráneo, una ligera herida en la sien derecha, un morado en la misma sien, un brote de sangre por la nariz y la boca y más arriba de las rodillas tenía un franja de morada en ambas piernas.
El cuerpo del médico de los pobres fue entregado a sus hermanos, César Benigno y Sofía Hernández, y el 30 de junio se trasladó el féretro hasta el Paraninfo Universitario de la UCV cargado en los hombros de los estudiantes y discípulos de Hernández.
Finalmente, sus restos fueron sepultados en el Cementerio General del Sur en Caracas.
El camino a la santidad
El proceso de canonización de José Gregorio Hernández comenzó en el año 1949 de la mano del entonces arzobispo de Caracas, Lucas Guillermo Castillo, quien llevó la causa al Vaticano para que fuera evaluado por el papa Pio XII.
El papa Pablo VI le otorgó el título de Siervo de Dios en el año 1972, al declarar que el venezolano había vivido una vida virtuosa y ejemplar para los católicos. En 1986, el papa Juan Pablo II nombró a José Gregorio Hernández “venerable” al reconocer sus virtudes heroicas, su humanidad y empatía hacia los más necesitados.
La devoción por José Gregorio Hernández en Venezuela se cultivó con los años y muchos feligreses le encomendaban sus peticiones en temas de salud.
Diversas curaciones presuntamente vinculadas fueron estudiadas por comités científicos y religiosos, pero no fue hasta 2020 que el la Arquidiócesis de Caracas anunció que la Comisión encargada aprobó el milagro del venerable en la curación de Yaxury Solórzano Ortega, una niña de 10 años que fue impactada en la cabeza con un proyectil de arma de fuego, durante un asalto a su padre, el 10 de marzo de 2017.
El 18 de junio de 2020, el papa Francisco aprobó el decreto que reconoció el milagro atribuido por su intercesión. Su misa de beatificación se celebró el 30 de abril de 2021 y se autorizó su fiesta litúrgica el 26 de octubre, día de su nacimiento.
En ese momento Hernández se convirtió en el cuarto beato venezolano, el primer hombre del país en recibir ese nombramiento y el primer laico reconocido por la Iglesia católica de esa manera.
El 25 de febrero de 2025, el Vaticano confirmó la canonización de José Gregorio Hernández mediante un decreto papal, un procedimiento conocido como canonización equipolente, por el cual se reconoce oficialmente a un siervo de Dios como santo sin necesidad de un segundo milagro.
Cabe mencionar que durante el proceso se registró un caso de supuesta curación en Miami, pero este no fue considerado como milagro para efectos de la canonización. De esta manera, Hernández se convirtió en el primer hombre venezolano en ser declarado santo y en el primero en ser canonizado por este método en el país.
Poco después de que el papa León XIV asumiera el liderazgo de la Iglesia católica tras la muerte del papa Francisco, el pontífice ordenó que la canonización de Hernández se concretaría el 19 de octubre de 2025, junto con otros seis beatos, incluyendo a la venezolana madre Carmen Rendiles. Ese día, ambos se convertirán en los primeros santos de Venezuela.
Algunos datos relevantes sobre José Gregorio Hernández
El Dr. José Gregorio Hernández publicó una serie de documentos científicos, artículos de investigación y textos sobre temas como medicina, filosofía e incluso sobre arte. Dos de sus obras, Elementos de filosofía y Elementos de Bacteriología, son exhibidas desde el 2 de octubre en el Museo del Libro Venezolano en Caracas.
El médico se enlistó en las reservas venezolanas durante el bloqueo naval a Venezuela en 1902. De acuerdo con los registros del Ejército, Hernández fue la primera persona en sumarse a sus filas en Altagracia de Orituco, Guárico, en ese momento.
En 1912 se vio forzado a interrumpir su labor como docente, luego de que el dictador Juan Vicente Gómez ordenara el cierre de la UCV, pero retomó las clases gracias a la fundación de la Escuela de Medicina Oficial, que funcionó en el Instituto Anatómico.
Uno de sus pupilos fue el doctor Domingo Luciani, a quien dejó encargado su cátedra en 1917 para viajar a Nueva York y seguir con su formación científica.
Algunos edificios y monumentos en honor a José Gregorio Hernández
– Hospital General Dr. José Gregorio Hernández (también conocido como Hospital de los Magallanes de Catia) en Caracas.
– Hospital José Gregorio Hernández en Cotiza, parroquia San José, Caracas (llamado “hospitalito”, especializado en cardiología).
– Centro Médico Dr. José Gregorio Hernández en Caracas.
– Instituto de Medicina Experimental (IME) de la Universidad Central de Venezuela, designado con el nombre «Dr. José Gregorio Hernández» en 1947.
– Universidad José Gregorio Hernández en Maracaibo, estado Zulia.
– Fundación Misión José Gregorio Hernández (FMJGH).
– Casa Museo del Dr. José Gregorio Hernández en La Pastora, Caracas.
– Museo José Gregorio Hernández del Santuario del Niño Jesús de Isnotú, Trujillo.
– Mirador Dr. José Gregorio Hernández en Barquisimeto, Lara.
– Escultura en la plaza La Candelaria de Caracas .
– Escultura hecha por Francisco Narváez en la entrada del Instituto de Medicina Experimental de la UCV.
– El “El venerable café”, ubicado al lado de la Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria.
