La supervivencia de los bebés que nacen antes de tiempo ha mejorado durante las últimas décadas gracias a los avances en neonatología, sin embargo, la prematurez se mantiene como un factor de riesgo para el desarrollo de complicaciones médicas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
El ente sanitario mundial considera a un recién nacido prematuro a todo bebé que llega al mundo antes de las 37 semanas completas de gestación. Antes de esta definición oficial, la prematuridad se asociaba principalmente a un peso al nacer igual o inferior a 2,5 kilos.
Tanto el nacimiento antes de término como el bajo peso al nacer se relacionan con una mayor morbilidad y mortalidad neonatal, pero la OMS resalta que los cuidados adecuados al nacer y en el hogar pueden mejorar sus perspectivas de desarrollo.
Una de las causas más comunes para la prematuridad de un bebé es el embarazo múltiple, no obstante, existen otros factores de riesgo que se deben considerar como una incapacidad del útero para retener el feto, interferencias en el curso normal del embarazo, desprendimiento precoz de la placenta o estímulos que producen contracciones uterinas.
Además, también hay una relación entre la prematuridad, el bajo peso al nacer y el nivel socioeconómico, ya que la malnutrición materna, anemia y la falta de cuidados prenatales eleva el riesgo.
Otros factores maternos que inciden en esta condición son la edad, con un mayor riesgo en embarazos en adolescentes o en mujeres mayores de 40 años.
Complicaciones en los bebés prematuros
La página web especializada en estudios de salud MSDManuals señala que la dificultad respiratoria es la principal complicación de un bebé prematuro, una patología que engloba cuadros como la enfermedad de la membrana hialina, hemorragia pulmonar, neumonía congénita o displasia broncopulmonar.
Adicionalmente, el bebé pretérmino puede presentar apnea recurrente (el cese de la respiración por más de 20 segundos), hipoglucemia (baja cantidad de glucosa en sangre), hiperbilirrubinemia (exceso de bilirrubina), anemia, inestabilidad circulatoria e hipotermia.
En los neonatos más prematuros, las hemorragias intraventriculares (en el interior del cerebro) son frecuentes y pueden ser responsables de shock y muerte súbita durante los primeros días de vida, por lo que los cuidados son vitales hasta que el bebé esté fuera de peligro.
Otro problema de salud que afronta el recién nacido prematuro es la inmadurez de órganos, lo que impide, por ejemplo, el control normal de la temperatura corporal, la función pulmonar, la nutrición o la eliminación de desechos.
El medio de salud WebConsultas refiere que el hecho de nacer pretérmino puede ser perjudicial para el desarrollo posterior, debido a que cuanto mayor es la inmadurez de los órganos y menor el peso al nacer, mayor es la probabilidad de déficit neurológico (parálisis cerebral, sordera, defectos visuales); aunque el coeficiente intelectual promedio de este grupo se sitúa entre el 90 y el 97 %, y la mayoría tiene un rendimiento escolar normal, de acuerdo con varios estudios científicos.
Cuidados necesarios para el recién nacido
Los bebés prematuros requieren los mismos cuidados iniciales que los nacidos a término: limpieza de vías respiratorias, cuidados del cordón y los ojos. Sin embargo, necesitan la monitorización en la incubadora, el suministro de oxígeno regulable y el aporte correcto de nutrientes.
La OMS tiene un documento de recomendaciones para los niños que nacen antes de tiempo, entre las que resalta el contacto directo piel con piel con sus madres inmediatamente después de nacer, lo que denominan como cuidado de madre canguro.
Este debe comenzar sin un periodo inicial en la incubadora, siempre que el bebé respire por primera vez, para mejorar sus posibilidades de supervivencia.
Además, indican que antes del alta hospitalaria, el bebé prematuro debe ser capaz de tomar toda la alimentación por vía oral, haber aumentado de peso y tener una temperatura estable.
También es preciso que se haya suspendido la administración de oxígeno o fármacos y que no haya tenido alteraciones cardiovasculares o respiratorias recientes.
En el caso de los neonatos con dificultad respiratoria, falta de oxígeno (hipoxia), o enfermedad grave; la alimentación oral debe evitarse o interrumpirse ya que estos lactantes precisan una alimentación con sonda o parenteral.
Los bebés pretérmino más grandes pueden alimentarse directo al pecho, pero debido al esfuerzo que supone la succión, la lactancia materna directa no suele funcionar al principio, por lo que la OMS aconseja usar teteros con leche materna y tetinas especiales.
Por otra parte, los bebés con bajo peso deben recibir suplementos vitamínicos, como vitamina D, ácido fólico o hierro.
Debido a que son más susceptibles a las infecciones, los cuidadores tienen que mantener una extrema limpieza del entorno, el lavado riguroso de las manos antes y después de manipular al niño, así como limitar los contactos con el personal y otros niños para disminuir la contaminación.
Otras recomendaciones para los padres en el hogar
Una vez que el bebé esté en el hogar, también precisará de una serie de atenciones específicas y un seguimiento médico indispensable especialmente durante su primer año de vida, de acuerdo con las páginas especializadas que consultó El Diario:
– Mantener limpia su habitación.
– Temperatura entre 21º y 24º C de su entorno.
– Ponerle ropa adecuada, ya que no es conveniente que tenga calor.
– Necesitan alimentarse con mayor frecuencia, unas ocho o diez veces al día.
– Seguir las recomendaciones médicas sobre suplementos vitamínicos que garanticen una nutrición adecuada.
– Colocar al bebé boca arriba a la hora de dormir.
– Comprobar que no haya objetos dentro de la cuna.
– Regular las visitas y que estas tengan especial cuidado con las gripes o cualquier otra enfermedad contagiosa.
Los expertos también destacan que se debe consultar con el médico siempre que se observa algo sospechoso o inhabitual en el estado o comportamiento del bebé, como dificultad para respirar o despertarse, un color de cara pálido o azulado, fiebre, hipotermia o si ensucia poco los pañales.