El síndrome del nido vacío es un concepto que se utiliza para describir los sentimientos y sensaciones que experimentan muchas madres y padres cuando sus hijos se van de casa para independizarse, al llegar a la adultez. Algunos de los sentimientos ante este proceso suelen ser tristeza, sensación de soledad y vacío.
Este término no es nuevo y se conoció en 1914 en el libro Madre e Hijos, de Dorothy Canfield. Esta obra explora la relación que hay entre las madres e hijos mediante en una combinación de ensayos y observaciones de la autora.
Alexandra Mendoza Jiménez, psicóloga especializada en trastornos generalizados del desarrollo, comentó para El Diario que en esa época ya se habían detectado casos de depresión en hospitales psiquiátricos de padres que quedaban solos en casa, luego de que sus hijos se iban a la universidad.
La especialista precisó que aunque ambos padres pueden vivir el síndrome, hay estadísticas que apuntan una mayor incidencia en las mujeres.
“Según las estadísticas, son más las mamás las que sufren esto y tiene una respuesta. La mamá tiene mucha más conexión emocional con el niño mientras este es un feto. También, en algunos casos, según el proceso económico, pues la mamá es la que está más ‘pasiva’ en la casa (…) aunque hoy en día tanto los papás como las mamás trabajan por igual, ciertamente la carga mental de una mamá es diferente a la del papá”, recalcó la experta.
Sin embargo, argumentó que no significa que los padres no puedan padecer de este síndrome y mencionó que podrían verse más afectados por la partida de las hijas. Esto igual dependerá del vínculo afectivo que se construya entre padres e hijos.
Los factores clave que inciden en el síndrome del nido vacío
La psicóloga identificó tres factores principales que pueden influir en la aparición del síndrome del nido vacío. El primero es la dinámica familiar previa, especialmente cuando la vida de la pareja gira por años en torno a producir y trabajar para sus hijos.
“Cuando estos hijos ya no están, se pierde el sentido un poco de la producción como adultos. Al irse, se miran los padres como ‘ahora qué voy a hacer’, porque resulta que durante 10 años la dinámica familiar solamente estuvo funcionando bajo el término de hacer y producir para nuestros hijos”, comentó.
El segundo factor es la distancia física. Explicó que no es igual que un hijo se vaya a estudiar a unos pocos kilómetros de casa a que se mude a otra ciudad o país.
Por último, Mendoza mencionó que otra causa que aparece con mayor fuerza en los hogares es cuando son monoparentales, es decir, que la madre o el padre están criando solos.
“Tienden a sufrir mucho más rápido y con más fuerza este síndrome porque funcionan como sostén de hogar y sostén emocional, por lo que presentan un poco más de dependencia hacia los hijos. En el momento que los hijos se van, no solamente pierden sus hijos, sino que pierden el sentido de proteger a alguien y también en cierta manera se quedan completamente solos, porque no hay una pareja que les acompañe”, dijo.
La psicóloga también resaltó el punto de la migración, especialmente en Venezuela, como parte de los factores que inciden en la aparición del síndrome del nido vacío en muchos padres que se quedaron en su país, mientras los hijos se fueron.
Síntomas del síndrome del nido vacío
La experta en psicología mencionó que una persona con el síndrome del nido vacío puede experimentar tanto síntomas emocionales como físicos, y que pueden estar relacionados entre sí.
Síntomas emocionales:
-Sentimiento de vacío
-Irritabilidad
-Negación
-Ansiedad
-Episodios de llanto sin un detonante claro
-Confusión
-Rabia
Síntomas físicos
-Molestias corporales sin origen médico específico
-Dolores articulares
-Dolores de cabeza
-Episodios de taquicardia
-Tensión muscular
El impacto en la relación de pareja
Uno de los puntos más sensibles es cómo afecta esto al matrimonio. Mendoza comentó que muchas parejas llegan a esta etapa sin haber fortalecido su propio vínculo más allá del rol de padres.
“Si las parejas no logran entender que tienen unas funciones como padres, pero también son amantes, amigos y pareja, se pueden perder”, comentó.
Relató que en algunos casos la mujer y el hombre logran reencontrarse cuando sus hijos se van, pero en otros casos ocurre lo contrario, ya que se dan cuenta que estaban en la relación solo por los hijos y deciden divorciarse.
“La decisión de traer un niño al mundo, lamentablemente durante mucho tiempo se ha romantizado, pero realmente traer una vida requiere de una carga emocional, física, económica y responsabilidad de por vida”, agregó.
¿Cómo abordar en terapia el síndrome del nido vacío?
La especialista señaló que para tratar el síndrome del nido vacío, lo primero es que se busque ayuda profesional y practicar lo que denomina “higiene mental”.
Recomendó a las personas “detenerse y evaluar” cómo se sienten en su día a día, escuchar las señales del cuerpo y no evadir las emociones. También subrayó la importancia del ejercicio para equilibrar la salud mental y física.
Por otro lado, advirtió sobre el creciente uso de herramientas tecnológicas, como la inteligencia artificial, como suplente de las terapias. Para la especialista, la tecnología no debe reemplazar el acompañamiento profesional, especialmente en procesos emocionales complejos como este.
En cuanto a los hijos, Mendoza recomendó que estos sean más empáticos con sus papás, tener una comunicación más clara para que sus padres se sientan más tranquilos, generando conversaciones incómodas que permitan a sus progenitores comunicar lo que les preocupa.
Por último, si viven lejos de sus padres, tener una “rendición de cuentas básica” de lo que se realiza en el día a día, para que estos tengan confianza de que sus hijos se encuentran bien.
“Cuando pasa algo, los primeros que sienten la necesidad de buscar son los papás, los primeros que se sienten inquietos. Todos queremos nuestro momento de libertad, pero no está demás pasar un mensaje (a los padres). No dar tantos detalles, pero mantener informada a la familia. Hay que tratar de escucharlos y de entender”, expresó la experta.