• La política exterior venezolana se estremeció este domingo. El retorno del kirchnerismo y las aspiraciones de más apoyo continental al régimen de Nicolás Maduro parecían ser un hecho. Sin embargo, del otro lado del Río de la Plata, el centroderechista Luis Lacalle Pou forzó una segunda vuelta electoral que podría devenir en el rechazo uruguayo al chavismo

Tomar mate, jugar fútbol, navegar en el Río de la Plata y un acento casi idéntico. A los argentinos y a los uruguayos son muchas las costumbres que los unen. Sin embargo, en la jornada electoral del domingo 27 de octubre, ambos países eligieron dos posturas políticas opuestas: mientras que en Argentina retornó la izquierda, en Uruguay es posible que gobierne la centroderecha luego de 15 años del Frente Amplio en el poder. En el medio se halla otra diferencia: la nueva posición que podrían tomar con respecto a Venezuela.

La derrota de Mauricio Macri por parte de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner da vuelta a cuatro años de gestión no peronista. Durante ese periodo, Macri intentó remover las bases de 12 años de kirchnerismo: corrupción, congelamiento de las tarifas de los servicios, la contracción de la economía y, en especial, en cuanto a la política exterior, su estrecha relación con el chavismo.

Cuando Macri buscaba extender su estadía en la Casa Rosada, los argentinos refrendaron en las urnas el modelo socialista.

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Sobre la postura de Fernández con respecto a Venezuela se sabe poco. Ha sido cauteloso. Este lunes, 12 horas después de haberle enviado su felicitación por Twitter, el presidente electo agradeció a Nicolás Maduro su mensaje por haber ganado la elección. Fernández lo hizo sin llamarlo “presidente” — tal como sí lo escribió a otros mandatarios — , y con el compromiso de superar la pobreza y la desigualdad en la región. “La plena vigencia de la democracia es el camino para lograrlo”, recomendó el argentino.

Ante las recurrentes preguntas sobre su posición con el régimen de Nicolás Maduro, el ahora presidente electo prefiere optar por el actual modelo uruguayo o mexicano, al argumentar neutralidad en el conflicto. Esto implicaría, entre otras cosas, el reconocimiento de los delegados de Maduro en en ese país, de acuerdo con el internacionalista Luis Angarita durante una entrevista para El Diario.

“Lo más probable es que la llegada de Alberto Fernández cambie toda la política exterior de Argentina con respecto a Venezuela y eso implica que deje de pertenecer al Grupo de Lima. Entendemos que el Grupo de Lima está siendo muy activo en contra del reconocimiento de Maduro como presidente de Venezuela, pero en los últimos dos meses también ha venido mermando un poco su capacidad de actuación”, comentó Angarita.

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El internacionalista considera que la visión de Fernández puede tener relación con la posición de entes internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en los cuales aún se reconoce a Maduro como representante del Estado venezolano, a pesar del apoyo a Juan Guaidó por más de 50 países.

El kirchnerista asumirá el cargo el próximo 10 de diciembre.

Uruguay sin medias tintas

La nueva realidad argentina podría tener en Uruguay un contrapeso en la región. Al surgimiento de la izquierda en Argentina, un centroderechista tiene más posibilidades de tomar el poder. Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, obtuvo 28,59% de los votos, frente al 39,17% del oficialista Daniel Martínez. Con esos resultados la segunda vuelta electoral es inevitable. Los derechistas Ernesto Talvi (12,32%) y Guido Manini Ríos (10,88%), tercero y cuarto en las elecciones del domingo, ya manifestaron su respaldo a la candidatura a Lacalle Pou, por lo que una suma de la coalición es suficiente para derrotar al Frente Amplio.

El Partido Colorado y el insurgente Cabildo Abierto manifestaron su apoyo a Luis Lacalle Pou para la segunda vuelta electoral | Foto: Reuters

A diferencia de Fernández, Lacalle Pou ha sido contundente con respecto a su opinión contra Maduro. “Claramente Maduro es un dictador, claramente hay una violación flagrante de los derechos humanos, claramente no me siento representado por la posición de mi país”, dijo el candidato nacionalista a CNN al ser consultado sobre la situación institucional de Venezuela. Aunque no ha aclarado si reconocerá a Guaidó como presidente interino, asegura que la gestión de Tabaré Vázquez es de “vergüenza”.

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Angarita detalla que de ser electo como presidente el próximo 24 de noviembre, Lacalle Pou “probablemente haga el sentido inverso a Argentina, ingrese al Grupo de Lima y haga actuaciones de política exterior para presionar a Maduro”.

“Las actitudes de nuestro gobierno de cercanía con Chávez y después con Maduro no representan el sentir nacional, no representan la tradición de nuestro país, que siempre condenó la violación de los derechos humanos. Como se dice en mi país: ‘si tiene cuatro patas, cola y ladra es un perro’, y el régimen de Maduro, con sus características, es una dictadura. Nosotros condenamos a ese régimen y vamos a salir de este triste y selecto grupo que no se anima a decir las cosas o no dice las cosas como debería en el concierto internacional”, avisó el candidato nacionalista en otra entrevista con NTN24.

El eventual nuevo escenario de Uruguay podría ser bien visto por buena parte de la población, aunque la mayoría aboga por la conciliación. Óscar Botinelli, politólogo uruguayo y presidente de la consultora Factum, explicó para El Diario que, de acuerdo con una encuesta realizada en febrero, 52% de los uruguayos apoya la posición de neutralidad y conciliación del gobierno en torno a Venezuela, 39% señala su apoyo a Juan Guaidó, 4% prefiere no permanecer neutrales y apoyar abiertamente a Maduro y 5% no opina.

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Daniel Martínez, del Frente Amplio, ha sido más ambiguo con respecto a su política exterior con Venezuela. Esto obedece, en parte, a la conformación del partido oficialista.

El candidato de izquierda de Frente Amplio | Foto: Reuters

El espectro ideológico del Frente Amplio, acota el presidente de Factum, va desde una concepción socialdemócrata a grupos marxistas leninistas que apoyan abiertamente a Maduro, y se diferencian del resto de la izquierda latinoamericana, a su juicio, debido a que se adhieren a la concepción de la democracia representativa con instrumentos de la democracia directa, pluripartidista y anclada al Estado de derecho. Luego de los comicios del domingo, al partido parece delegado a asumir la oposición por primera vez en 15 años.

De esta forma, Angarita descarta que se abra paso a la conformación de un nuevo bloque de izquierda que apoye al régimen de Maduro, en sustitución de los actuales gobiernos.

“Parece más de retórica de que vuelve la izquierda a Suramérica. Yo creo que es desproporcionado. América Latina siempre ha tenido este péndulo político de saltar alternativamente de gobiernos de derecha y gobiernos de izquierda, o de centroderecha o centroizquierda, y en este caso está sucediendo eso”, consideró el internacionalista.

Guaidó o Maduro. Fernández o Lacalle Pou. Sea cual sea la elección, el panorama internacional para Venezuela no parece ser muy distinto al actual en los próximos meses.

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