- El ex vicepresidente Joe Biden sorprendió a todos tras lograr tres importantes victorias en Massachusetts, Minnesota y Texas; mientras que el favorito Sanders espera que California le dé la victoria que lo mantenga vivo en la carrera por lograr la nominación demócrata
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, la intensa contienda electoral por lograr un candidato unitario para el Partido Demócrata de Estados Unidos tiene dos figuras bien definidas: el ex vicepresidente de la era Obama, Joe Biden; y el senador de Vermont, Bernie Sanders. Ambos veteranos de la política estadounidense.
Pese al débil inicio de su campaña y contra todo pronóstico, Biden se erigió como el vencedor del supermartes, día crucial para las primarias de los demócratas. Obtuvo una sorpresiva victoria en el sur: Massachusetts, con 91 delegados; Minnesota, con 75 y el importante estado de Texas (288 delegados).

El político del ala moderada del partido venía de capitalizar un triunfo avasallante en Carolina del Sur el pasado sábado 29 de enero, lo que revitalizó su plan de llegar a la Casa Blanca. “Hace pocos días la prensa y los comentarios declararon muerta esta candidatura. Ahora (…) estamos bien vivos”, expresó en esa oportunidad.
Durante una entrevista para El Diario, Emilio Doménech, periodista español experto en elecciones estadounidenses, comentó que para Biden era clave ganar en ese estado debido a que la población afroamericana, que lo apoya, concentra allí 60% de los votantes de las primarias.
En esa oportunidad, el periodista señaló que Carolina del Sur es como el muro de contención para el ex vicepresidente de Obama, “porque si se le escapa, se le escapa la carrera (política) por completo”.
Entretanto, el izquierdista Sanders ganó en Vermont, donde funge como senador independiente, además de Colorado (20 delegados, 36,1%) y Utah (9 delegados, 64,6%). Proyecciones de AP le dan también la victoria en California —el estado más importante por tener la mayoría de delegados (415)—, sin embargo aún faltan por definirse los resultados.
Maine, con 24 delegados, es otra entidad en la que todavía falta por conocer quién resultó vencedor.
El “socialista” como él mismo se autodenomina, venía de ganar en New Hampshire y Nevada el sábado, lo que demostró su talante para capitalizar el voto latino que este 2020 representa la minoría étnica y racial más grande en Estados Unidos.
Sin embargo, las victorias preliminares de Sanders tienen sabor agridulce en vista de que se perfilaba como el gran favorito para arrasar en el supermartes incluso en Texas, estado en el que consiguió solo 29% de los delegados, al ser superado por Biden, que obtuvo 33%.
A Sanders le queda esperar una posible retirada de la también progresista Elizabeth Warren, quien no consiguió ganar en ningún estado en disputa.
Los resultados del supermartes son elementales en el calendario electoral de los demócratas, que finalmente definen entre el 13 y 16 de julio el candidato unitario en la Convención Nacional Demócrata en Milwaukee, Wisconsin. De allí surgirán los nominados a presidente y vice presidente de Estados Unidos que se medirán contra Trump en las elecciones del 3 de noviembre.
Sanders y Biden
Aunque ambos representan el Partido Demócrata, tienen una visión de política bastante diferenciada y un público diferente. Sanders representa al ala progresista, concentra el voto latino y a los menores de 45 años, especialmente a la generación “millennial” que busca un cambio en el sistema político de EE UU.

Entre sus propuestas de gobierno figuran un seguro de salud universal, pagar las deudas estudiantiles, servicios sanitarios a los migrantes pese a su estatus legal, cobrar impuestos al Wall Street, despenalizar los cruces fronterizos, pero perseguir a quienes representen una amenaza a la seguridad nacional.
En cuanto a su postura sobre Venezuela, apoya los esfuerzos diplomáticos por buscar una salida negociada a la crisis, no reconoce a Juan Guaidó como el presidente encargado, aunque considera “antidemocráticas” las elecciones de 2018 donde Nicolás Maduro se reeligió.
Biden, por su parte, es un candidato que concentra al voto más centrista o moderado. Tiene un sólido respaldo del voto afroamericano y de los mayores de 45 años.
Entre sus propuestas de gobierno están controlar a los financistas de los fabricantes de armas, aprobar medidas que hagan más asequibles los cuidados de salud, no despenalizar los cruces de la frontera, ofrecer servicios de salud a los migrantes, sin importar su situación legal y aumentar a 110.000 el número de refugiados admitidos cada año en EE UU.
En cuanto a su postura sobre Venezuela, apoya el gobierno interino de Guaidó y aboga porque se incrementen las sanciones hacia el régimen de Maduro y que se incremente la ayuda humanitaria incluso a los países que reciben a los migrantes venezolanos.
Unificación del voto centrista, la clave para Biden
Amy Klobuchar, quien al inicio de su campaña electoral prometió vencer a Donald Trump, pese a sus pocas posibilidades de lograrlo, se retiró de la contienda el pasado 2 de marzo y dio su respaldo a Biden, lo que le permitió a este último ganar en Minnesota durante el supermartes.
De igual forma, Pete Buttigieg —a quien diversos analistas auguran un futuro prometedor en la política estadounidense— culminó su participación en la contienda dando su apoyo al ex vicepresidente.
El respaldo del también retirado Beto O’Rourke fue fundamental para que Biden lograra su victoria en Texas el supermartes. «No se equivoquen: nuestra campaña enviará a Donald Trump a hacer las maletas», dijo el ex vicepresidente antes de conocer su victoria en ese importante estado.
Esta decisión permitió que el voto de centro se consolidara para que finalmente Biden pudiera vencer allí a Sanders.
Retiro de Bloomberg, victoria implícita para Biden
El multimillonario y polémico Mike Bloomberg inició su candidatura en el Partido Demócrata considerando que Biden era demasiado débil para contener la popularidad de Sanders, quien se perfilaba como favorito.

El también ex alcalde de Nueva York logró su primera y única victoria del supermartes en la Samoa estadounidense, un territorio donde solamente se disputan seis delegados.
Sin embargo, luego de su catastrófico resultado, decidió retirarse de la contienda y manifestar su apoyo a Biden, a pesar de que su candidatura favorecía a Sanders con delegados que, en un principio, hubiesen ido hacia el ex vicepresidente de Obama.
Tras anunciar su retiro, Bloomberg expresó a través de su cuenta en Twitter que “hace tres meses ingresé a la carrera para derrotar a Donald Trump. Hoy me retiro por la misma razón. Derrotar a Trump comienza uniéndose al mejor candidato con la mejor oportunidad para hacerlo. Es claro que se trata de mi amigo y gran estadounidense, Joe Biden».
La senadora por Massachusetts, Elizabeth Warren, obtuvo un pésimo registro al quedar de tercera posición en ese estado (por debajo de Biden y Sanders), ni lograr una victoria en su natal Oklahoma.
Todo parece indicar que el grueso del Partido Demócrata volcará su respaldo en torno a la figura de Biden dado su perfil moderado, no obstante, la posible victoria en California le puede dar a Sanders oxígeno para continuar en la carrera por la nominación.
La gran interrogante que queda por resolver es, ¿podrá el próximo demócrata vencer a Trump en las presidenciales de noviembre?