- Roger Noriega, ex embajador de Estados Unidos ante OEA y subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental durante la presidencia de George W. Bush aseguró para El Diario que las sanciones del Departamento de Justicia de EE UU a jerarcas del régimen chavista producirán un cambio de gobierno en Venezuela.
Roger Noriega habla sin vacilaciones. El ex embajador de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA) es uno de los funcionarios estadounidenses más contundentes contra el régimen chavista, y así lo demuestra luego de que este 26 de marzo el Departamento de Justicia de ese país acusara formalmente a Nicolás Maduro y otros 13 dirigentes del chavismo por narcotráfico y corrupción.
“Estoy convencido de que ellos van a ser capturados y enjuiciados en una corte de EE UU por sus crímenes”, dijo. Sin embargo, aclara que los resultados se verán con el tiempo y harán falta más medidas externas. Su experiencia en el hemisferio le acreditan.
Noriega, uno de los arquitectos de la política exterior bajo la administración Bush, hace eco de las declaraciones de los funcionarios del Departamento de Justicia. “Esta fiesta está llegando a su fin”, dijo William Barr, encargado de esta Oficina, durante el anuncio. Aunque la experiencia hasta ahora diga lo contrario, Noriega reitera su convencimiento. Él lo tiene claro: las sanciones van por buen camino.
De acuerdo con la información de Barr, Maduro es el jefe del Cartel de Los Soles y está involucrado con disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), quienes se dedican al tráfico de drogas, y a los que supuestamente ha ofrecido santuario en territorio venezolano, logística y armas.
Según el fiscal estadounidense, desde 2016 se estableció un “puente aéreo” desde el estado Zulia hacia Centroamérica para enviar drogas. Señaló que existen rutas marítimas para llevar drogas al Caribe, por donde habría salido entre 2.000 y 2.500 toneladas de drogas.
Sin embargo, admite que esperaba el nombramiento de Venezuela como país patrocinante del terrorismo, aunque aclaró que es una medida que pudiera tomarse en un futuro.
Noriega explicó que si bien era una opción que manejaba la Casa Blanca, la decisión de no involucrar a Venezuela en esa lista —conformada por Corea del Norte, Irán y Siria— obedece a que no hay unanimidad en algunas agencias del gobierno estadounidense hasta el momento por las consecuencias que acarrean la misma.
Las sanciones a este grupo de países contempla, entre otras cosas, la cancelación de la exportación de armas o restricciones de ayuda financiera. No obstante, afirma Noriega, las pruebas presentadas este jueves por el Departamento de Justicia son suficientes para incluir a Venezuela en la lista.
El también investigador en el American Enterprise Institute en Washington DC considera que parte de la responsabilidad del funcionamiento de ese “puente aéreo” con centroamérica recae en la Administración de Barack Obama, quien, en su opinión, “no hizo nada para enfrentar la consolidación del narcorégimen en Caracas”.
Por consiguiente, estima que el recrudecimiento de la política exterior estadounidense pueda llevar a Venezuela y a Cuba —país que fue retirado de los países catalogados como financiadores del terrorismo en 2016 por decisión del gobierno de Obama—, a unirse al listado.
“Ojalá las agencias puedan considerar a los dos países. Esto representa una nueva posibilidad de tomar más medidas contra estos regímenes”, Roger Noriega.
Sanciones en tiempos de pandemia
u003c!u002du002d wp:paragraph u002du002du003enu003cpu003eLa medidas del Departamento de Justicia de EE UU se producen luego de que la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, solicitara reevaluar de manera urgente las sanciones sectoriales de amplio espectro que aplican a países que enfrentan la pandemia del coronavirus, como Cuba y Venezuela.u003c/pu003enu003c!u002du002d /wp:paragraph u002du002du003ennu003c!u002du002d wp:paragraph u002du002du003enu003cpu003e“En un contexto de pandemia mundial, las medidas que obstaculizan la atención médica en cualquier país incrementan el riesgo que todos afrontamos. Las exenciones humanitarias anexas a las sanciones deberían aplicarse de manera más amplia y eficaz, mediante la autorización rápida y flexible de suministrar equipos y material médico”, dijo la Alta Comisionada. u003c/pu003enu003c!u002du002d /wp:paragraph u002du002du003ennu003c!u002du002d wp:paragraph u002du002du003enu003cpu003eAnte esta solicitud de retirar y detener las sanciones, Noriega responde que u0022eso no va a pasar. Es una burla que esta gente de la izquierda que no hace mucho para resolver los problemas del pueblo venezolano, ahora están convencidos que las sanciones contra líderes del gobierno criminal son responsables por los problemas de ese país. Es urgente y es importante enfatizar eso, que para derrotar a este régimen, no podemos seguir con medidas insuficientes. Hay que aplicar nuevas medidas decisivas para para salvar al pueblo venezolanou0022. u003cbru003eu003c/pu003enu003c!u002du002d /wp:paragraph u002du002du003e
El precio del fin
En el anuncio de este jueves, Jeff Burman, fiscal del Distrito Sur de Nueva York, puso precio a la captura de los líderes del régimen chavista: 15.000.000 de dólares por Nicolás Maduro y 10.000.000 por Diosdado Cabello.
Las recompensas de captura son de las más altas de la historia en EE UU, solo superadas por los 25.000.000 de dólares por Osama Bin Laden luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, 25.000.000 por Sadam Hussein, y el mismo monto para Ayman al-Zawahiri; mientras que la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) ofreció 20.000.000 de dólares por el narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero en el año 2019. El Secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, ratificó el monto de las recompensas a los jerarcas del chavismo.
Con respecto a la fiabilidad de estas medidas para poner fin al régimen chavista, Noriega es contundente y tira de sus conocimientos sobre la situación venezolana para argumentar.
Para el ex embajador ante la OEA, “no se puede evadir la justicia, y estos individuos tuvieron una oportunidad de entregarse o terminar sus actividades criminales contra el pueblo y la democracia venezolana, pero ellos escogieron un camino que va a terminar con la acción estadounidense. Ellos no pueden evadir ese destino”.
Los cargos del Departamento de Justicia también involucran a Vladimir Padrino López, ministro de Defensa; Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia nombrado por el chavismo; Tareck el Aissami, ministro de Industrias y Producción Nacional; Luis Motta Domínguez, ex ministro de Energía Eléctrica; Clíver Alcalá Cordones, ex mayor general del Ejército; Nervis Villalobos, ex viceministro de Energía Eléctrica; Hugo Carvajal, diputado a la Asamblea Nacional; y Néstor Reverol, ministro de Interior, Justicia y Paz.
A pesar de que Hugo Carvajal y de Clíver Alcalá reconocieron a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, Noriega opina que se trataba de una jugada para saldarse de las sanciones estadounidenses.
En una entrevista con el medio colombiano La W Radio, Alcalá Cordones aseguró que no es narcotraficante, que estaba en lista OFAC “por razones políticas”, que un fiscal de EE UU le dijo que no había indictment (acusación) por narcotráfico, y que desconoce por qué ahora lo involucran.
Aseguró que se encuentra en su residencia en Barranquilla, Colombia, y que no pretende fugarse, debido a que está dispuesto a enfrentar la justicia con “su verdad”.
Situación similar ocurre con Vladimir Padrino López y Maikel Moreno, según considera Noriega: “Era una farsa también”, dice con respecto al fallido levantamiento militar del 30 de abril, “todo lo involucrado era una farsa, una trampa, y estos hombres estaban involucrados en la criminalidad. No tenían ningún interés o intención de apoyar un cambio del régimen. El hecho que están acusados hoy es una pruebas más que el levantamiento era una farsa y desafortunadamente EE UU apoyaba eso por falta de información, de seriedad, de entendimiento sobre los protagonistas y los hechos en Venezuela”.
Esta es la segunda ocasión que un gobierno de Estados Unidos impone este tipo de sanciones directamente sobre otro mandatario. La primera fue a Manuel Antonio Noriega, presidente panameño entre 1983 y 1989, año en el que EE UU invadió Panamá y dio con la captura del dictador.
Noriega fue juzgado en territorio norteamericano en 1992 con una pena de 40 años de prisión, que posteriormente se rebajó a 20 años por su u0022buena conductau0022. Luego de su paso por las cárceles de Francia, fue extraditado a Panamá en 2011. De acuerdo con el ex embajador de EE UU ante la OEA, Maduro podría correr con la misma suerte.
“Estoy completamente convencido de que eso es una posibilidad. Ellos (Maduro y sus allegados) decidieron seguir ese camino en los últimos 18 meses a pesar de las oportunidades extendidas por varios oficiales de nuestro gobierno a entregarse o salir del país y terminar con la dictadura. Era una opción de ellos y estoy convencido de que hay un compromiso por parte del presidente Trump a juzgar a estos individuos y también botar a sus conspiradores del gobierno de Venezuela”, comentó el investigador en el American Enterprise Institute.
La salida, en manos de EE UU
Pocas dudas tiene Roger Noriega con respecto al desenlace de la crisis venezolana. Para él, solo el recrudecimiento de las acciones de EE UU pueden ocasionar un cambio en el gobierno nacional.
Es un hombre de medidas duras y pensamientos firmes. Quizás por ello esgrime que “no se puede negociar” con representantes del régimen. Aunque reconoce y apoya a Juan Guaidó, afirma que es poco lo que puede hacer el presidente interino para obtener un beneficio de las sanciones anunciadas este jueves a Maduro.
Noriega tampoco cree en alzamientos militares internos; dice que la mayoría sigue al lado del régimen y son “cómplices de la criminalidad”. En consecuencia, considera que solo un esfuerzo más intenso de EE UU pueda activar la posibilidad militar.
Por ello, el ex funcionario apela a medidas contundentes: sugiere una “cuarentena” del país o, lo que es lo mismo, cerrar las fronteras de Venezuela con cooperación de Colombia y Brasil. Otras medidas que propone son poner fin a “vuelos sospechosos”, terminar con el tráfico que genera dinero por el régimen, y “sembrar dudas entre los líderes de ese régimen”.
Aunque es consciente de las consecuencias económicas que podría generar algunas de estas decisiones, menciona que “la salida del régimen sería muy positiva para la economía y la sociedad de Venezuela. Debemos pensar de las ventajas de terminar con este grupo de criminales”.
Con respecto al efecto que podría generar este anuncio en el apoyo de Rusia y China al chavismo, explica que esos países ahora deberán analizar si quieren involucrarse no con un aliado político, sino con una agrupación catalogada como terrorista por EE UU.
“Ellos reconocen que es muy diferente un comunicado a una acusación formal por el Departamento de Justicia. Tenemos testigos, pruebas,documentos para sostener estas acusaciones”, aprovecha para lanzar un aviso: “si ellos están involucrado, están cooperando conspirando con este grupo de criminales y eso tiene consecuencias también”.
Las consecuencias, explica, puede ser la inclusión en la lista de países involucrados con transacciones extranjeras con individuos señalados como corruptos. “Ahora todos deben considerar si quieren mantener relaciones estrechas con Maduro y sus conspiradores”, concluyó.