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- El vocalista de la banda española murió a los 53 años de edad. Su legado se mantendrá en la memoria de todos sus fanáticos a través de su canto
“Ahora que empiezo de cero, que el tiempo es humo, que el tiempo es incierto. Ahora que ya no me creo que la vida es solo un sueño; ahora que solo el ahora es lo único que tengo”, cantaba Pau Donés, vocalista de la banda española Jarabe de Palo, en 2017. Tres años antes había descubierto que padecía cáncer de colon. Después de su diagnóstico, la vida, como él mismo comentó en varias entrevistas, aparecía como un golpe en la mesa. Sin culpas ni remordimientos; tampoco miedo ante la muerte, porque, cuando más se cerca se tiene, más conciencia existe de vivir. Este 9 de junio de 2020 falleció a los 53 años de edad.
La familia pidió “el máximo respeto e intimidad en estos momentos tan difíciles” y agradeció a todos los profesionales de la salud que, durante casi un lustro, acompañaron a Pau en su tratamiento.
Desde el momento del descubrimiento de la enfermedad, en aquel remoto mes de septiembre de 2015, las consideraciones sobre la vida cambiaron para Pau. Incluso para los fanáticos del rock en español que han cantado, en algún momento de sus vidas “La Flaca” a todo pulmón en una reunión, la vida se volvía a sentir sombría por la enfermedad de un gran referente. Ese mes tuvo que detener la gira de Jarabe de Palo por una dolencia estomacal que no lo dejaba tranquilo. Volvió a Barcelona, lugar que fue su hogar durante la mayor parte de su vida, para revisarse en el hospital Vall d’Hebrón. Allí se le confirmó la enfermedad que cambió su percepción. “Vivir es urgente”, comentaba en una entrevista al portal 20 Minutos en 2017.
Fue claro y abierto con las noticias de su enfermedad. Luego de conocer su diagnóstico y detener la gira de Jarabe de Palo para su recuperación, descubrió en las redes sociales un medio para concientizar sobre la verdadera naturaleza de “la gran desconocida”, del cáncer y el temor que produce sobre los seres humanos.
En abril de 2016, después de varios meses en quimioterapia, anunció que estaba “limpio” y listo para tomar la libreta, la guitarra y seguir con el menester que llevaba desde hace varias décadas realizando. Siempre lo caracterizó, tanto en la salud como en la enfermedad, su entereza ante la vida, ante lo que parecía “bonito” o lo que estaba merced al azar del “depende”. Un “buenrollismo”, como lo catalogaban los medios españoles, que despertó una relación distinta con la enfermedad. Para Pau, como comenta en la entrevista a 20 Minutos, la vida era un amor que se empezaba a ir. No existían pastillas para no soñar, como canta Sabina, ni detenimientos en la vida y la música volvía a ser el primer ápice de una vida entregada a saber vivir.
El 8 de de febrero de 2017 comunicó a través de la página web de Jarabe de Palo que la enfermedad había vuelto y tenía un nuevo tumor en el peritoneo. Escuchaba una vez más ese golpe en la mesa y veía, cada día más cerca, la llegada de “la gran desconocida”, pero en ese momento decidió que la enfermedad no volvería a ser la razón para separarse de la música. Estrenó un disco, salió de gira, escribió un libro autobiográfico y lo publicó a final de ese año. Esos 50 palos -como se llama el libro- lo llevaron a seguir soñando.
La enfermedad lo acompañaba en las giras, en los toques y en las canciones que escribía en la libreta, pero no fue capaz de detenerlo hasta principios de 2019. Las entrevistas, los conciertos y la música se tuvieron que silenciar porque “el cangrejo” -epíteto que Pau le había dado a la enfermedad- se había apoderado una vez más de sus ganas de vivir. No era un demonio, tampoco “la gran desconocida”; era, por lo menos, un golpe en la puerta que cada día que pasaba se escuchaba más fuerte. En octubre de 2018 anunció que iba a retirarse de la música y el amor que tanto le había dedicado a la guitarra y el canto se trasladaría al otro “gran amor” de su vida, su hija Sara.
El último canto de Pau retumbó en plena pandemia por Covid-19. Todos sus fanáticos habían pensado que no lo iban a escuchar más, que su voz cansada se quedaría postrada, pero hace dos meses anunció desde el balcón de su casa en Barcelona, con la barba blanquecina con pequeños destellos de negro y el rostro enflaquecido por los golpes de la enfermedad, que volvería a tocar con Jarabe de Palo. La banda se volvió a colgar las guitarras en el torso y Pau cantó: “Así que gracias por estar, por tu amistad y tu compañía. Eres lo mejor que me ha dado la vida”. Una dedicatoria a todos aquellos que lo acompañaron en el último tramo, un poco trastabillado, de su vida —que fue de la “hostia”, como él diría—.
Jarabe de Palo: 24 años junto a Pau Donés
“Cuando decido ser músico mi padre me dice: ‘tío, estudia en la universidad, termina la carrera y luego haz lo que quieras’, relató Pau Donés en una entrevista. A los 12 años de edad tomó una guitarra por primera vez y a los 15, junto a su hermano Marc, comenzó su primera banda llamada J. & Co. El único requisito de su padre fue estudiar y graduarse por el miedo, quizás, que tienen muchos progenitores ante las artes. Lo hizo. Estudió Economía. Luego, alternó su canto y acordes en las noches barceloneses con el trabajo de oficina en una empresa de publicidad.
El éxito llegó en 1996 con Jarabe de Palo. Un viaje a Cuba donde uno de sus amores se escapó, aquellos amores que han sido la inspiración de las mejores canciones que ha escrito —decía—. Ese fue el inicio de un tema que quedó remachada en la historia de la música. “La Flaca”, —la del beso por el que cualquier hombre daría lo que fuera—, fue la canción que dio a conocer a la banda. Millones de copias fueron vendidas alrededor del mundo y todavía, 24 años después, es recordada en el canto esporádico de todos sus fanáticos. Es una obra que pertenece al Gran Tiempo de las cosas y que, entre tanto, será el primer referente para recordar la vida de Pau Donés.
En los años siguientes a ese gran estreno había un temor que le soplaba la sien a los integrantes de la banda: ¿seremos un grupo de un solo éxito? En ese momento, en 1998, salió Depende. Otra muestra para el público y para la los fanáticos de su talento y dedicación. Un ritmo que abogaba por la relatividad de la vida y que aquí “estamos de prestao’”, que no importa lo blanco y lo negro porque, al final, todo depende.
Cada disco era un clavo más en la gran pizarra de la música. En 2001 sale De vuelta y vuelta con la compañía de Celia Cruz, Luciano Pavarotti y Vico C. Para muchos críticos musicales y también fanáticos este es el trabajo conceptual más marcado de la banda. Una muestra de ello fue el inicio del primer video promocional en el cual Pau aparece afeitándose la cabeza, dejando atrás su extensa y reconocida cabellera.
En 2008, luego de varios años de giras y éxitos, la banda inaugura su propia disquera llamada Tronco Records con el sencillo Mucho más, mucho mejor. El 1° de marzo de 2009 Jarabe de Palo estrena su primer disco-libro bajo el título Orquesta Reciclando. Ese mismo año el disco ganó el Grammy Latino a Mejor Ingeniería de Grabación para un Álbum.
La historia de la banda ya estaba cincelada en la memoria colectiva y su nombre, para fanáticos y descuidados, era conocido en el mundo de la lengua castellana. El recuerdo de la flaca que caminaba por las calles de La Habana o la marca del “Lado Oscuro” o el canto de lo Bonito que tiene la vida y la relatividad que se esconde tras un Depende se mantiene impoluto. En 2015, cuando Pau descubre el cáncer de colon, los planes de la banda se detuvieron con él y cinco años después su muerte entristece los acordes de la guitarra. “Abrázame fuerte por última vez, como si esta fuera la última vez”, cantaba en su canción “Humo”. La trascendencia de Pau estará cementada en el tarareo de sus canciones a través del mundo.
