- De acuerdo con un informe de la organización sin fines de lucro, en 6 de cada 10 centros de votación de las cuestionadas elecciones parlamentarias que convocó el régimen de Nicolás Maduro hubo un “punto rojo”, a pesar de que el chavismo se comprometió con “la mesita” a eliminar esta práctica. Foto principal: EFE
Las elecciones parlamentarias organizadas el 6 de diciembre por el régimen de Nicolás Maduro estuvieron plagadas de irregularidades de principio a fin. Ilegítimas desde su origen, de acuerdo con denuncias de la oposición y de la comunidad internacional, también contaron con diversas anomalías constitucionales y de bioseguridad el día de la votación, según reveló un reciente informe del Observatorio Electoral Venezolano (OEV), una organización sin fines de lucro.
Uno de los principales aspectos que destaca la ONG en el documento es la baja participación de los ciudadanos. Si bien no proyecta una participación independiente a la del Consejo Nacional Electoral (CNE), que habría sido de 30,50%, explican que hasta en 83% de centros electorales observados las filas de electores que esperaban para sufragar eran de menos de 15 personas durante la jornada de votación.
Así, según los 398 observadores independientes de la OEV en 398 centros de votación de todo el país, entre las 7:00 am y las 8:00 am casi 7 de cada 10 de centros tenía menos de 15 votantes que esperaban en cola para sufragar. La participación fue todavía menor entre las 2:30 pm y 3:00 pm, cuando en 8 de cada 10 de los centros que observaron tenían menos de 15 ciudadanos en cola para participar. Solo 1 de cada 10 de los colegios de votación registraron más de 40 personas en cola, cifra que se registró durante la mañana.

La soledad de los centros de votación el pasado 6 de diciembre contrasta con la alta concurrencia de las parlamentarias del año 2015, cuando la oposición acudió bajo una alianza electoral. En ese entonces, destaca la ONG, sus veedores independientes registraron una gran afluencia en horas de la mañana, ya que el 52,3% de los centros observados tenían más de 40 electores en cola, cifra que se mantuvo en buena parte de los colegios hasta horas de la tarde.
Puntos rojos
Los puntos, que de acuerdo con la OEV, registraban a los votantes y solicitaban el carnet de la patria, son violatorios del acuerdo que firmó el chavismo con la denominada “mesita” de diálogo, en el que participaron partidos minoritarios que se definen como opositores. La cancillería del régimen chavista también había presentado el pacto ante a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a la Unión Europea (UE) el 1° de septiembre para alentar a la observación en el proceso.
“Aunque en pasadas elecciones se asociaban en su mayoría con toldos, observadores reportaron que en esta oportunidad pudieron funcionar en otros espacios. Citaremos algunos ejemplos: a pocos metros de la Unidad Educativa Manuel Pedro Ruiz, en la parroquia Sucre de Caracas, se observó a un militante en un pupitre escaneando el carnet de la patria. En Calabozo, estado Guárico, fue visto un punto rojo al lado de la Unidad Educativa Lazo Martí. En el estado Sucre, a las afueras de las escuelas Maturincito y Antonio José de Sucre, los puntos rojos consistieron esta vez en grupos de personas sentadas. Asimismo, en Lara observadores confirmaron que puntos rojos se mudaron a viviendas familiares, y en Nueva Esparta observaron mesas pequeñas”, se lee en el documento de la ONG.

Sobre el traslado de electores con recursos públicos, el OEV explica que en 41% de los centros observados se evidenció esta práctica violatoria de la Constitución por la mañana, bajando ligeramente a 39% durante la observación de la tarde. En las parlamentarias de 2015, dicen, la cifra fue de 16%.
Cierre de mesas y auditoría irregular
Mientras que los centros de votación quedaban vacíos conforme al paso de las horas, el CNE decidió retrasar el cierre del sufragio. A las 6:10 pm del domingo el vicepresidente del ente electoral, Leonardo Morales, comunicó que, en razón de que tenían el reporte de que para esa hora se mantenía la concurrencia de electores en centros de votación, la directiva decidió que “permanecer abiertos hasta las 7:00 pm o hasta que haya electores en la cola”.
En cuanto al acto de escrutinio, en el que se contabilizan y emiten los resultados de la mesa electoral, las autoridades negaron la observación de los voluntarios del OEV, a pesar de que la legislación nacional lo permite. Sin embargo, en el documento la ONG expresa que “a través de terceros que sí pudieron participar, ellos conocieron que en la gran mayoría de centros observados no se realizaron reclamos, quejas o impugnaciones”. En los comicios del año 2015, a los voluntarios del OEV les permitieron la presencia en el 94,4% de las mesas.
Señala también como irregularidad el cambio del centro de votación de Nicolás Maduro el mismo día de las elecciones. Esta opción era posible solo hasta el 29 de julio. No obstante, el líder del chavismo justificó este martes 8 de agosto que el cambio obedeció a un supuesto plan para asesinarlo.
Bioseguridad a medias
Una de las principales promesas del régimen de Maduro para llevar a cabo la elección del 6 de diciembre fue cumplir con todas las medidas de bioseguridad para resguardar a los electores debido a la pandemia del covid-19. No obstante, la promesa se cumplió a medias, según revelan los datos del Observatorio Electoral Venezolano.
La ONG listó siete situaciones y medidas sanitarias relacionadas con los protocolos de bioseguridad implementados, y obtuvo el siguiente resultado:
- En 33% de los centros no se divisaron espacios identificados por el CNE para mantener el distanciamiento físijo (1,5 metros) marcados con etiquetas y/o calcomanías a las afueras del centro; mientras que en 66% sí se vieron estos espacios.
- En 19% de los centros observados no se asignaron ni controlaron límites para el acceso simultáneo de votantes.
- En 51% de los centros observados había miembros de cuerpos de seguridad haciendo uso incorrecto/erróneo del tapaboca (por debajo de la barbilla, en las orejas y/o sin cubrir la nariz). En este aspecto, remarcan que solo en 48% de centros observados sí se cumplió con esta medida de bioseguridad “sugiere que la capacitación al respecto no fue llevada adecuadamente”.
- En 16% de los centros observados no se suministró a cada votante gel antibacterial u otro producto de desinfección para las manos al llegar/entrar.
- En 95% de centros observados no hubo medición de la temperatura a los votantes que acudieron al centro de votación.
- En 54% de centros observados los voluntarios del OEV vieron pequeñas aglomeraciones o circulación innecesaria de ciudadanos en los alrededores, que incumplieron con el distanciamiento interpersonal recomendado. En el resto sí se cumplió con la distancia.
- En 32% de los centros observados no hubo personal de seguridad (Plan República, Milicia Bolivariana, PNB, etc.) resguardando el cumplimiento de las medidas sanitarias (distanciamiento, uso de tapaboca, higiene respiratoria y de manos, protocolos de desinfección, etc.). En el resto sí los observaron.
Además, en 9 de cada 10 centros las mesas estaban en espacios cerrados. No obstante, en 7 de cada 10 los observadores de la OEV consideran que había buena ventilación.
Entre sus conclusiones, el OEV afirma que “tal como ocurrieron las cosas, el resultado probablemente sea el agravamiento del ya prolongado conflicto político venezolano y, como consecuencia de ello, la profundización de la crisis expresada en todos los espacios de la vida nacional (económico, educativo, social, sanitario), e influenciado de manera notable por la anarquía institucional”.