- Más de 300.000 venezolanos en ese país podrán recidir y trabajar legalmente con esta decisión. Foto: EFE
“Por fin voy a dormir tranquilo”, dice a EFE un conductor de Uber y una entrenadora personal agrega: “ya no tenemos que irnos”. Son frases que reflejan el alivio de los cientos de miles de venezolanos en EE UU que desde este martes 9 de marzo pueden aplicar a un Estatuto de Protección Temporal (TPS).
El presidente Joe Biden cumplió su promesa electoral y este lunes asignó por decreto a los venezolanos un TPS por 18 meses. Lo que permitirá a más de 300.000 de ellos salir del limbo migratorio y poder residir y trabajar aquí legalmente.
Mariana Molero, que era abogada en Venezuela y en Miami se dedica a ayudar a otras personas a ponerse en forma, dice a EFE que hoy es “uno de los días más importantes” de su vida.
Entre el calvario y la montaña rusa
Su marido, Adolfo Fernández, y ella, como muchos otros venezolanos, dejaron su país y llegaron en la primera década del siglo XXI a Estados Unidos, donde solicitaron asilo político, pero se lo negaron y él recibió una orden de deportación.
Durante la presidencia de Donald Trump estuvo detenido 31 días con fines de deportación pero lograron pararla con una apelación.

Los dos hijos del matrimonio, Diego y Paola, nacieron en Miami y al “calvario” y “montaña rusa” de emociones que han pasado tratando de resolver su situación migratoria se le añadió el temor a que los separarán de ellos.
Molero agradece a Biden que no haya anulado el DED de Trump. “Así estamos doblemente protegidos”, dice.
Para el fotógrafo Edson Smitter, de 38 años, el TPS es “la tranquilidad de que no estoy encerrado, es libertad para moverme”.
El artista gráfico contó a EFE que desde que llegó en 2015 al país tras “encotronazos” con oficiales del régimen de Nicolás Maduro ha estado en un “limbo migratorio”. No ha podido ver a su familia.
Smitter, quien ya se ha establecido en el país, confía que Biden “abra la puerta para residir aquí y ser ciudadano”.
La venezolana Leslie Gabaldón, quien es ciudadana estadounidense y tiene un estudio de fotografía en el que trabaja Smitter, señaló que está “muy contenta, pero preocupada” porque considera que debe haber una solución más permanente como una reforma migratoria para todos estos venezolanos “que pagan impuestos”.
Alegría también para Venezuela
Para estos inmigrantes, no solo los venezolanos de EE UU deben alegrarse por el TPS, sino también los que viven en su patria. Pues van a poder tener mejores trabajos para enviarles más ayuda.
En 2020 se enviaron desde Estados Unidos a Venezuela remesas por más de 869 millones de dólares. Una cifra menor a la de 2019, pero que de todas formas representan entre un 4 y un 5 % del PIB, según distintos organismos.
El TPS “brindará a más de 300.000 venezolanos la oportunidad de insertarse en la economía formal en Estados Unidos. Pronto, aquellos que por miedo o por recibir salarios en efectivo no estaban bancarizados, podrán estarlo”, dijo a EFE Hugo Padilla, director ejecutivo y cofundador de la plataforma de pagos MeDo Pay.
Agregó que se calcula que un 70 % de los venezolanos en el país envía un promedio del 20 al 25 % de sus ingresos mensuales a Venezuela. Con el incremento en la actividad laboral que puede producir el TPS es acertado prever un incremento.
Según Naciones Unidas, más de cinco millones de venezolanos emigrado debido a razones políticas o económicas y una crisis humanitaria sin precedentes y EE UU. El sur de Florida particularmente, es uno de los lugares donde esa diáspora está presente.
La presión sobre Maduro debe continuar
Molero y su esposo, que también ejercía como abogado en Venezuela y hoy se gana la vida como taxista de Uber, tienen permiso de trabajo pues su caso tiene un “tratamiento especial”. Paradójicamente no pueden matricularse en centros de enseñanza, algo que anhelaban y que sí les permite hacer el TPS.
Molero, que pertenece a la Asociación Multicultural de Activistas, Voz y Expresión (Amavex), le pide a Biden que mantenga la presión sobre el régimen de Maduro en Venezuela para que alguna vez los venezolanos puedan vivir en democracia y libertad en su país.
El músico Carlos Aragón, intérprete de corno francés y creador con otros colegas venezolanos de la orquesta Bolívar Phil, aunque se gana la vida como chófer de Uber, dice a EFE que el TPS es “un gran alivio”.
Para él es muy importante saber que con el TPS se aleja el fantasma de la deportación y de regresar a la fuerza a Venezuela,
Entre tanto, con llanto de alegría celebró el TPS Helena Villalonga, una asilada política venezolana que, como dirigente comunitaria, llevaba años luchando para que EE UU reconociera las circunstancias especiales de Venezuela y protegiera a los que han huido.
“Fue como cuando me dijeron que mi hijo podía volver”, dijo a EFE al recordar la deportación del joven a Venezuela por razones migratoras y su regreso a Estados Unidos.
Con información de EFE
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