- Giorgia Meloni, líder del partido de extrema derecha italiano Hermanos de Italia; José Antonio Kast, la opción del pinochetismo en Chile; y Santiago Abascal, presidente de Vox en España, fueron algunos de los ponentes en un foro en el que también participó la representante de Vente Venezuela.
Cuando en el año 2012 María Corina Machado fundó su partido, Vente Venezuela, decía ser la promesa de una formación de convicciones liberales en el país. “Nosotros somos un partido centro liberal”, ratificó en 2018. Y si bien discursivamente todavía apuntan al liberalismo como su ideología, la líder ha tejido una red de alianzas en el ámbito internacional que la alejan de ese lugar autoimpuesto: desde Chile, pasando por España e Italia, Vente se codea con los líderes de extrema derecha.
Como muestra de ello, Machado participó recientemente en la cumbre del EuroLat, organizado por el bloque del Parlamento Europeo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que agrupa actualmente a 61 miembros de ideología conservadora, euroescéptica y antifederalista. Si bien el evento se organizó bajo el pretexto de luchar contra la amenaza del comunismo y para enfrentar al Foro de Sao Paulo, la agrupación de partidos de izquierda y de ultraizquierda aliados al régimen de Nicolás Maduro, sus participantes tienen también posturas extremistas.
Entre sus principales ponentes estuvieron:
Giorgia Meloni, la extrema derecha que supera a Salvini en Italia
Cuando se habla de la extrema derecha italiana, generalmente se piensa en Matteo Salvini, el líder del partido La Liga. Sin embargo, desde hace algunos meses su formación ha quedado casi en la moderación tras el surgimiento de otro partido: Fratelli D’Italia (Hermanos de Italia), liderado por Giorgia Meloni.
Hablar de Meloni sin compararle con Salvini es, por lo tanto, casi misión imposible. Es su reflejo más cercano, más popular (La Liga llegó al gobierno italiano en el año 2018 con los populistas del Movimiento Cinco Estrellas y que finalizó en 2019 tras un portazo de Salvini, exministro de Interior), e incluso más radical.
Meloni ya aventaja al extremismo del líder de La Liga en varios aspectos: mientras que Salvini hablaba de cerrar puertos para que no llegaran embarcaciones con inmigrantes, ella proponía hundir los botes de las ONG que ayudaran; mientras que Salvini apoya movimientos autonomistas, como el independentismo catalán, la líder de Fratelli D’Italia es una garantía para el nacionalismo; mientras que él apoyó la conformación de un nuevo gobierno liderado por Mario Draghi en medio de una crisis por la pandemia del covid-19, ella cerró la puerta a la conformación del gobierno porque el país “no es una democracia de Segunda División”.
La fundadora de Hermanos de Italia tiene 44 años de edad. Nació en el barrio romano de Garbatella. Es la derecha más dura, católica y centralista. Su entrada a la política fue temprana y ya apuntaba maneras de lo que se convertiría luego: entró en Frente de la Juventud y posteriormente fue responsable estatal del sector estudiantil de Alianza Nacional, el partido de Gianfranco Fini, heredero del posfascista Movimiento Social Italiano (MSI). Fue ese partido el que la llevó a convertirse en diputada por primera vez cuando tenía 29 años de edad.
Meloni tampoco es, precisamente, defensora de las libertades individuales como aseguraron en la cumbre del EuroLat. Por ejemplo, se ha posicionado en contra de las parejas homosexuales adopten o a las leyes sobre el aborto. Por si fuera poco, agrupaciones fascistas han promovido el voto por Hermanos de Italia.
José Antonio Kast, la opción del pinochetismo en Chile
“Si estuviera vivo, votaría por mí”, dijo José Antonio Kast en noviembre de 2017, cuando era candidato a presidente de Chile. El hombre al cual se refería era Augusto Pinochet, el dictador de derecha que gobernó el país entre 1974 y 1990. La declaración fue el mejor ejemplo de lo que representa Kast: el conservadurismo más duro, nostálgico del militarismo.
Kasta lo admite sin complejos. En ese momento se reconoció como el que “más reconoce y menos complejos tiene hoy con el gobierno de Pinochet”. Pero fue un paso más allá: señaló que defendía “con orgullo” la obra de la dictadura.
De hecho, se ha comprometido, en caso de llegar a la presidencia, a indultar “a todos aquellos que injusta o inhumanamente están presos”, en referencia a los integrantes de la dictadura pinochetista encarcelados.
Pero sus buenas palabras hacia Pinochet no son lo único que delata su extremismo. Religioso, por ejemplo. “A los chilenos les hace falta Dios y el Estado debe promover la religión en los colegios”, escribió en Twitter. En su programa de gobierno propuso que en todas las escuelas públicas haya un profesor de religión. Esto a pesar de que el Estado chileno es laico desde 1925.
Si bien es duro contra el régimen de Nicolás Maduro y acusa a sus adversarios de izquierdas de ser chavistas, señala a quienes han huido de Venezuela debido a la crisis en la que está el país. “Preocupante escalada en la llegada de venezolanos por el norte del país. El gobierno debería revisar regulaciones y reforzar los controles fronterizos para evitar ingresos ilegales y aumentos explosivos en la población migrante”, tuiteó en 2019. Ha dicho que hay que “rechazar la inmigración ilegal a todo evento” y que la prioridad son los chilenos.
También se opone abiertamente al aborto y al matrimonio entre homosexuales. “No creo en el matrimonio igualitario, porque creo que dos hombres no son igual que un hombre y una mujer. Dos hombres no pueden procrear”, declaró. Además, sin ningún tipo de sustento en estudios, ha afirmado que un niño que crece en un hogar homoparental lo hará con inseguridad, angustia y tendrá mal rendimiento escolar.
Otros participantes
Además de María Corina Machado, estuvieron el economista argentino Javier Milei; los integrantes de Vox Hermann Tertsch, Iván Espinosa y Jorge Buxadé; la senadora colombiana María Fernanda Cabal y el presidente del partido oficialista polaco, Jaroslaw Kaczynski
Santiago Abascal, la derecha más radical de España
El caso de Santiago Abascal y de Vox en España tiene todos los elementos de Meloni en Italia y Kast en Chile: antiinmigración, férreos críticos del movimiento LGBT y guiños hacia las dictaduras, en su caso, la de Fransico Franco.
En septiembre de 2020, Abascal afirmó desde la tribuna del Congreso de España que el gobierno “socialcomunista” de Pedro Sánchez es “el peor que ha tenido España durante los últimos 80 años”. De esa forma, el líder de Vox ignoró que los primeros 40 años fueron bajo la dictadura franquista. Incluso Pablo Casado, presidente del centroderechista Partido Popular (PP) y aliado de Vox en varios gobiernos autonómicos, corrigió la frase. “De los últimos 40 años, señor Abascal”, le dijo en la misma tribuna.
Bajo esa misma tónica, Abascal, quien en su juventud formó parte del PP, aprovecha las banderas que levanta la ultraizquierda española para apuntar contra algunas reivindicaciones. Por ejemplo, pide la derogación de la ley de violencia de género por considerar que discrimina jurídicamente a los hombres. “Derogaría la ley totalitaria de la ideología de género, que hace que se criminalice a la mitad de la población por su sexo”, “quiero libertad contra ese feminismo que nos quiere oprimir”, ha dicho.
También es conocida su posición en contra de los inmigrantes irregulares. “Los españoles primero”, advierte frecuentemente.