• Jesús Méndez duró casi un año en Perú, donde no pudo obtener residencia, por lo que tomó la decisión de volver a migrar

Millones de ciudadanos han salido de Venezuela en busca de la calidad de vida que se ha ido deteriorando en el país. Perú ha sido uno de los países que ha recibido mayor número de migrantes venezolanos, pero desde que comenzó la pandemia por covid-19 muchos han decidido salir de allí por no lograr la estabilidad anhelada. Ese fue el caso del venezolano Jesús Mendez, quien después de 11 meses en territorio peruano, decidió volver a migrar. En esta oportunidad a Argentina, en donde su primer mes de estadía lo sorprendió la pandemia por el covid-19. 

Jesús es oriundo de Caracas, amante del fútbol y estudiante de Ingeniería en Sistema en la Universidad Nacional Experimental Politécnica (Unexpo), ubicada en La Yaguara. Pero la grave situación en la que se ha ido sumergiendo el país lo llevó a tomar la decisión de, junto a su novia, armar sus maletas y buscar estabilidad en otras tierras.

“Llegué a Perú el 24 de marzo de 2019. El primer mes yo no tenía trabajo, pero mi novia sí y luego pudimos mudarnos a otra zona de Lima en donde encontré empleo en un local en el que sacaba copias a estudiantes de arquitectura”, relató Jesús en entrevista para El Diario

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En su estadía en Lima, Jesús intentó por todos los medios poder obtener la documentación necesaria que le permitiera tener estatus legal de migrante y así encontrar un mejor empleo y estabilidad. Mientras el tiempo pasaba, el venezolano siguió en su trabajo, luego lo cambiaron a otro negocio que tenía su jefe. Allí cumplía funciones como cocinero, ayudante de cocina y hacer las compras del lugar. 

“Me explotaban, pero recibía buen pago por mi trabajo”, reconoció. 

Sin embargo, después de 11 meses y ver que su situación migratoria no mejoraba en Perú, compró un pasaje para volver a migrar, esta vez hacia Argentina, donde lo esperaría su papá. 

“Estuve en Perú hasta el 2 de febrero (2020), justo un mes antes del desastre que originó la pandemia. Compré un pasaje para viajar a Argentina en avión, pero perdí el vuelo porque haría escala en Chile y me exigían tener una visa de turista de ese país”, recordó. 

Trabas en el segundo intento

Perder el vuelo para viajar hasta Argentina fue solo el comienzo de una serie de trabas que se le presentaron a Jesús. Pero su decisión de irse se mantenía firme.

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El venezolano y su pareja decidieron salir por tierra. Al llegar a la sede de migración en la frontera con Bolivia tuvieron que pagar 200 dólares de multa por haber estado más del tiempo que se les había permitido en ese país. 

Volver a migrar Lima-Perú
Lima, Perú | Foto cortesía

“Solo podíamos estar tres meses y duramos 10”, mencionó. 

Luego de poder continuar el camino y llegar hasta suelo boliviano, la pareja volvió a enfrentar inconvenientes para que las autoridades de migración les pudieran sellar sus pasaportes con la salida de Bolivia. Un trámite necesario para que las autoridades de Argentina permitan pasar a los extranjeros. 

“La única solución que nos dieron en Bolivia era que les pagáramos sí o sí 50 dólares por persona a los funcionarios. Yo le dije al policía que sabíamos que estábamos en regla y que no pagaríamos 100 dólares porque lo que hacían era abuso de poder”, contó. 

Viajar de Perú a Argentina
Arequipa, Perú | Foto cortesía

Llegada a Argentina y el cierre por la pandemia

Jesús y su novia lograron llegar a Argentina, país en donde veían mejores posibilidades para radicarse y hallar estabilidad migratoria y económica. Sin embargo, un mes después de haber llegado el gobierno argentino ordenó el cierre de todo debido a la pandemia.

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“Llegué trabajando en un negocio de ventas de artículos de limpieza. Cuando cerraron todo, por razones obvias (la limpieza es esencial para combatir el covid-19), el negocio no cerró y el dueño me incrementó las horas de trabajo, pero por el mismo salario”, comentó Jesús. 

Luego de dos meses de trabajo en donde no recibía un sueldo acorde con sus horas de labor, el dueño del negocio lo despidió de la empresa sin entregarle una liquidación. Tras volver a migrar Jesús seguía irregular en el país y no poseía un contrato de trabajo. 

Jujuy, Argentina
Jujuy, Argentina | Foto cortesía
Luego de que me botaron en plena pandemia hice lo que muchos venezolanos hicieron y fue salir a trabajar como repartidor”, recordó animado mientras contaba su experiencia.

Actualmente sigue siendo repartidor. Aseguró que, aunque no es el empleo que desea, lo ha ayudado mucho a enviarle dinero a sus parientes en Venezuela. Además de cubrir sus gastos en Argentina y ayudar a su papá, quien trabaja como docente en una institución de secundaria. 

“Mi papá se vino primero y me daba cierta pena porque el es una persona mayor. Yo tenía un sentimiento de culpa antes de migrar, ya él había dado demasiado en sus 62 años de edad”, mencionó Jesús. Comentó que en medio de la crisis que originó la pandemia, a su padre le dio un infarto. 

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“Es tan buen profesor y buena persona que se ha ganado el cariño de la gente. Cuando le dio el infarto todo el mundo se preocupó y lo llamaban. Eso es lo bonito. Los venezolanos estamos dejando huella y es lo que hay que destacar, no lo malo”, destacó. 

Jesús agradece que esta situación que enfrentaron como familia ocurriera en Argentina. Allí lograron solventar a tiempo, además su papá contaba con el seguro de su trabajo.

“En Venezuela no sé qué le hubiese pasado a mi papá. Aquí lo atendieron a tiempo”, agregó. 

Mientras la situación por la pandemia mejora en la nación, Jesús continuará en su trabajo como repartidor. Aunque con la meta firme de volver a estudiar y poder iniciar un negocio propio. Compartiendo con su padre y amigos que lo hacen sentir en casa lejos de Venezuela. 

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