• En junio las lluvias aumentaron en Amazonas y también el nivel del “río padre”. Esta situación mantiene en alerta a funcionarios de Protección Civil y a la propia comunidad que, a su vez, está agradecida por la cantidad de pescado que provee el Orinoco cuando sus aguas suben 

Esa tarde del 21 de julio, a orillas del río Orinoco, todo era ambiente de fiesta. De fondo se escuchaba una melodía de bachata, en medio de espacios improvisados de venta de comida y bebidas, destinadas a las personas que aguardan con ansias el arribo de los pescadores. Eran las 5:00 pm en Playa Bagre del Puerto Viejita, lugar en donde se reúnen los pobladores de Puerto Ayacucho, Amazonas, para esperar los bongos que regresan del otro lado del afluente, cargados con cientos de kilos de pescado. Fresco y a buen precio se consigue el preciado alimento en esta época del año en la zona sur de Venezuela. 

El sitio es una especie de bulevar rural. Las personas que viven cerca construyeron pequeños “cambuches” para vender tequeños, golosinas, jugo de manaca (semilla autóctona energizante), refrescos y bebidas embriagantes. 

“Esta iniciativa la tomamos hace varios años. Cada vez que nos acercamos a la temporada de ribazón (gran afluencia de peces) nos instalamos aquí, en el Puerto Viejita. La primera vez hicimos una reunión, limpiamos el sitio, cada quien construyó su choza para las ventas”, detalló para El Diario María Sánchez, una de las vendedoras.  

Y es que la ribazón es una “bendición” para los pobladores, la cual no experimentaban desde el año 2018, cuando hubo la última crecida del Orinoco. Pero para ese entonces, la ribazón vino acompañada de inundaciones que generaron alerta roja por parte de la Dirección de Protección Civil y Administración de Desastres Amazonas, por lo cual las autoridades han estado monitoreando el nivel del río durante los meses de junio y julio, como medida preventiva. Si bien las lluvias recargan al río que bendice con sus peces, también pueden generar inundaciones y afectar a los pobladores.

Pescadores en el río Orinoco, Amazonas.
Con muy pocos elementos de seguridad pescan en el Orinoco | Foto: Dixon Dacosta

Las aguas del río alcanzaron a los indígenas 

El pasado 18 de junio, el gobernador de Amazonas, Miguel Rodríguez, informó que parte de la población La Esmeralda, capital del municipio Alto Orinoco, había sido afectada por inundaciones producidas por las constantes precipitaciones. Precisó que fueron 74 familias de esta población, cuya pista de aterrizaje y viviendas ubicadas cerca de la orilla fueron alcanzadas por las aguas del “río padre”. 

“En La Esmeralda tenemos dos albergues donde están los hermanos yanomamis que vinieron de sus comunidades también inundadas, a quienes llevamos mosquiteros, alimentos, atención médica general y vacunación contra el covid-19”, indicó el gobernador.

Dos semanas antes de este episodio, la ONG Kapé Kapé informó que la Comisionaduría Indígena del municipio Maroa reportó la afectación de 37 familias de ese lugar, debido al desborde del río Guainía. Añadió que en esa zona se han presentado enfermedades originadas por la humedad y el contacto prolongado con el agua, como la gripe, diarreas, vómitos y amigdalitis. 

En Atures, municipio donde se ubica la capital del estado Amazonas, las autoridades se mantienen en alerta por los niveles que tiene el río Orinoco; en comparación con los de la inundación de 2018. La Gobernación de Amazonas indicó que el pasado 2 de julio “el nivel del río Orinoco era de 51,20 m (…) Recordemos que el día 1º de agosto de 2018 alcanzó un nivel máximo de 54,28 m; es decir 2,28 m por encima de la cota de desborde de 52 m”.

Los peces vienen con la crecida

La ribazón de 2018 fue un momento de júbilo para los habitantes de la entidad. Esto debido a que, en estos tiempos de crisis, pueden proveerse de alimento a bajo precio. El kilo del pescado bocachico o bocón puede conseguirse en 1.000 pesos colombianos o 1.000.000 de bolívares. Sin embargo, también es un momento para estar alerta por la crecida del río que puede provocar inundaciones que afectan las casas de las personas que viven cerca de la orilla; así como el incremento de enfermedades como gripe, diarrea o dengue, y hasta un poco de escasez de productos de primera necesidad. 

Pescadores venden lo que recogieron en su faena hasta en 1.000 pesos
 A 1.000 pesos colombianos o 1.000.000 de bolívares venden los pescadores su producto en el Puerto Viejita | Foto: Madelen Simó
En ese año hasta regalaban el pescado, y gracias a Dios tuvimos la ribazón, porque con las inundaciones algunos negocios cerraron y se conseguía poca comida o se tenía que comprar en efectivo y no había”, recordó la señora Amanda para El Diario, mientras esperaba la llegada de una de las embarcaciones en Puerto Viejita.

Pero para este 2021 algunos habitantes de Amazonas consideran que no se corren los riesgos de 2018; que el Orinoco ya alcanzó su nivel máximo. “Hay años que el río crece más que otros, hace más de dos años que no teníamos la ribazón. Para esta altura del año no creo que el río suba más. Ya no nos preocupamos por que se vayan a inundar algunas casas de nuestro sector, porque ahora vienen las últimas lluvias en agosto y luego baja la creciente”, resaltó María Sánchez.   

Habitantes de Amazonas en Puerto Viejita
El Puerto Viejita es un punto de encuentro obligado para los pobladores que quieren pescado fresco y a buen precio | Foto: Madelen Simó

La mayoría de los pescadores regresan entre 5:30 y 6:00 pm, algunos van en bongo con motor y otros en curiara con canalete; unos realizan la pesca artesanal con guaral y otros tienen atarraya. “Pero la mayoría no cuenta con ese tren de pesca”, reveló Sánchez. 

Algunos de estos pescadores también recibieron promesas de ayudas de instituciones para proveerse del material necesario para realizar su faena, pero la ribazón llegó y las ayudas quedaron en el camino. Sin embargo, estos pescadores no se quedaron esperando y salieron a hacerle frente a las aguas del Orinoco con los riesgos que eso implica. El dueño de la embarcación busca la gasolina “bachaqueada”, el resto del grupo lleva en su equipaje comida para pasar la tarde, guarales, nylon, atarraya; los grandes ausentes de este viaje son los salvavidas para todos los tripulantes de la embarcación. 

Cuidado al pescar 

Las aguas del Orinoco no solo han subido su nivel, también ha aumentado la fuerza de sus corrientes. Son esos fuertes “chorros” a los que se enfrentan los pescadores cuando salen a su faena. “Por mucho que uno sepa nadar, esos chorros halan con fuerza si se cae en uno de ellos”. Esto es parte de lo que se le oye decir a un pescador la tarde del jueves 22 de julio, cuando se enteró de que unos compañeros de otra embarcación se voltearon cuando regresaban de la jornada de pesca.  

Nivel del agua del río Orinoco
El nivel de agua del Orinoco ha llegado a 51,20 m, solo unos pocos centímetros de los 52 m que debe tener la cota de desborde | Foto: Facebook Gobernación de Amazonas.

Según la notificación recibida por la Dirección de Protección Civil y Administración de Desastres Amazonas, cerca de las 6:30 pm naufragó un bongo cuando cruzaba el río Orinoco desde la zona conocida como Palomazón. En la embarcación iban siete personas. Cuales cuatro lograron llegar hasta la orilla del río y tres estaban desaparecidas. 

Esa tarde, en Playa Bagre del Puerto Viejita, el ambiente era todo lo contrario al del día anterior. Los familiares y amigos estaban angustiados; escucharon decir que de los cuatro que llegaron a la orilla solo uno contaba con un salvavidas. 

El director de Protección Civil, Daniel Navas, confirmó que la mañana del viernes 23 de julio activarían la búsqueda. La jornada dio su primer resultado con la recuperación del cuerpo de uno de los tres desaparecidos, el de Audi Javier Colina, de 25 años de edad. Lo hallaron el domingo 25 de julio, en el sector Miranda, cercano a la comunidad de Provincial, vía el eje carretero norte del estado Amazonas.  

El ascenso del río Orinoco se ha estabilizado
El ascenso del Orinoco se estabilizó en el último mes | Foto: Facebook Gobernación de Amazonas 

Este es el primer caso que empañó la época de la ribazón. La comunidad ruega para que no sucedan otros más y se organiza para ayudarse entre sí. Además, está alerta ante eventos de inmersión que puedan ocurrir mientras las personas se bañan en Playa Bagre, en medio de la fiesta por la pesca; sin ningún rescatista presente por si se produce alguna emergencia. Los fines de semana es cuando más bañistas acuden a las playas del Orinoco. Algunos están en estado de embriaguez, lo que podría ocasionar una tragedia. El llamado de quienes se benefician de estos balnearios es a mantener la prudencia y el autocuidado. Que la ribazón siga siendo una fiesta. 

Noticias relacionadas