• El régimen de Nicolás Maduro busca una nueva estrategia para generar divisas a través de la captación de capitales privados. Esto podría llegar a ser beneficioso para la economía nacional si se realizan pensando en el desarrollo a futuro de estas áreas, según la opinión de especialistas

La Asamblea Nacional oficialista (AN) emanada del proceso del pasado 6 de diciembre aprobó un proyecto de ley, que aún no se ha publicado en Gaceta Oficial, para promover unas Zonas Económicas Especiales (ZEE)  en Venezuela. Se trata de una medida que, de acuerdo con destacados economistas, por su carácter de libre mercado significan “el desmontaje del socialismo del siglo XXI” como se conocía hasta ahora.

El economista José Guerra, en entrevista con El Diario, aseguró que estas zonas de libre mercado como lo han explicado funcionarios del régimen de Nicolás Maduro contravienen el origen del chavismo que se basaba en la estatización de la economía, un sector público grande que crecía y era el principal propietario de los medios de producción.

“Aquí, por el contrario, se busca que venga la inversión privada, sobre todo extranjera, a la cual se le dará un conjunto de facilidades, que no se le ha dado al capital nacional, para que exploten los recursos del país, básicamente con miras a generar mercados para la exportación. Allí uno de los temas fundamentales es qué va a pasar con el sector laboral, cuáles son los salarios que les van a pagar y que el país valore si vale la pena tener estas empresas, que son una especie de enclaves en el territorio venezolano. Pero claramente significan el desmontaje del socialismo del siglo XXI”, explicó el también diputado de la AN electa en 2015.

Por su parte, el economista Luis Crespo, quien cuenta con una maestría en Moneda e Instituciones Financieras, considera que actualmente es notorio el gran viraje en las políticas económicas del régimen de Maduro, tras el fracaso de los distintos planes tomados por su administración sin éxito. Teniendo como resultado un profundo proceso de recesión de más de siete años y un fenómeno de hiperinflación que ha golpeado con fuerza el poder adquisitivo del venezolano, generando inéditos niveles de pobreza y desigualdad en el país. 

En medio de ese contexto observamos un viraje en las políticas (económicas). Desde 2019 se han desregularizado muchos de los controles, como el tipo de cambio, se han liberado los precios, se han dado exenciones tributarias y este proyecto de las Zonas Económicas Especiales, que hay que vincularlo con la ley antibloqueo, pareciera que está en la búsqueda de atraer inversiones a Venezuela para tratar de salir de ese umbral de depresión económica en la cual nos encontramos”, expuso Crespo en entrevista para El Diario.

No obstante, el también profesor de Economía de la Universidad Central de Venezuela (UCV) indicó que la incertidumbre política y jurídica que existe en el país es una gran limitante para el desarrollo de estas zonas; debido a que los inversionistas siempre son sensibles al clima político, además de muy apegados a las necesidades de la transparencia, el correcto funcionamiento de las instituciones y de los marcos legales. 

En su opinión, el país está entrando “en la fase del postsocialismo fracasado del siglo XXI”.

Qué son las Zonas Económicas Especiales

Para entender cuál puede ser su verdadero impacto en la economía nacional hay que comprender primero qué son las ZEE y qué se busca con su creación.

El proyecto de ley impulsado por el chavismo define las ZEE como una “delimitación geográfica que cuenta con un régimen socioeconómico especial y extraordinario, destinado al desarrollo de actividades económicas de inversión pública, privada, mixta y comunal, en cuyas poligonales se ejecutan proyectos de desarrollo de actividades sectoriales específicas”.

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Sin embargo, para el economista José Guerra lo que busca esta medida es constituir un área que genere bienes para la exportación, la cual debe contar con su propio sistema de servicios públicos que garantice su continuo funcionamiento. 

“Estas áreas económicas especiales tendrían un tratamiento fiscal especial en el sentido que no pagarían ningún tipo de impuesto, tendrían su propio sistema de electricidad, agua y su propia policía; es decir, se estaría poniendo un enclave dentro del país”, precisó Guerra.

Asimismo, destacó la necesidad de que estos servicios básicos funcionen y sean baratos para reducir los costos de producción y asegurar que los bienes a producir en estas zonas sean competitivos.

En este sentido, el exgerente de Investigaciones del Banco Central de Venezuela (BCV) hizo hincapié en la importancia de seleccionar minuciosamente estos bienes a producir. Esto debido a que, a su juicio, productos textiles podrían no ser competitivos con países como República Dominicana u otras naciones que ya tienen industrias de este tipo con años de desarrollo en estas ZEE.

El profesor Luis Crespo, por su parte, define las ZEE como áreas geográficamente delimitadas que ofrecen entornos para desarrollar inversiones y negocios en condiciones excepcionales; en la búsqueda de estimular la actividad económica y ser atractivas a inversiones fundamentalmente internacionales, a partir de ofrecer atributos o incentivos que de una manera u otra generen el interés en estos capitales. 

“Fundamentalmente se basan en excepciones tributarias, pero también en excepciones a leyes constitucionales o a marcos legales”, especificó Crespo antes de poner como ejemplo las legislaciones laborales o ambientales, que han llegado a ser ignoradas en estas ZEE desarrolladas en otros países.

Lo cierto es que ambos especialistas coinciden en que dichas áreas deben ofrecer condiciones especiales para poder captar el capital privado necesario para su activación y así realmente llegar a tener un impacto positivo en la economía nacional.

Diferencias con las Zonas Francas o Puertos Libres

En Venezuela existen zonas que gozaron por mucho tiempo de la supresión de gravámenes como el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y otras bases impositivas a los productos comercializados, casos como el de los Puertos Libres de Margarita (Nueva Esparta) y Punto Fijo (Falcón).

En países como China, India, Camboya y Bangladesh estas Zonas Francas son consideradas ZEE, por lo que se le preguntó al economista José Guerra sobre las diferencias que tendrían las áreas que se buscan desarrollar por este proyecto de ley, con los Puertos Libres que existen en Venezuela.

Guerra explica que los Puertos Libres son zonas netamente comerciales, dedicados al sector terciario de la economía; mientras que las ZEE deberían enmarcarse dentro del sector secundario, manufacturando bienes para la exportación.    

“Esas Zonas Francas, como las conocimos en Venezuela, eran zonas comerciales para atraer turistas. Básicamente había una exoneración de impuestos para que los venezolanos fueran a comprar más barato. Por su parte, las Zonas Económicas Especiales son zonas encargadas de producción para la exportación y generar divisas, no Zonas Francas dedicadas al comercio”, expuso el economista.

También se consultó sobre la viabilidad de nombrar como ZEE áreas que ya cuentan con un parque industrial importante y con infraestructura (puerto y aeropuerto internacional) para la exportación e importación de mercancía de forma expedita, como es el caso de Carabobo.

“Dependerá del diseño y la orientación que se tenga a partir de la aprobación de la ley, que pareciera inminente, y de los intereses que se quieran o los objetivos que se desarrollen en estas Zonas Económicas Especiales”, precisó el profesor Luis Crespo. 

A su vez, recordó que hubo experiencias en el pasado en las que  países como México y China convirtieron en ZEE algunas regiones que contaban con estas características e infraestructura, cumpliendo con las expectativas de su proyecto. 

“Pudiera perfectamente servir Carabobo para este fin, pero eso dependerá del diseño o los planes de impulso de estas Zonas Económicas Especiales y la viabilidad de los mismos”, sentenció el especialista.

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Zona Franca Margarita
Foto cortesía

Beneficios para las regiones 

Una de las promesas de este proyecto de ley es el beneficio que podría suponer para las áreas geográficas que terminen siendo escogidas para albergar las ZEE. De hecho, en el texto aprobado por el chavismo se establece que con estas zonas se impulsa la producción local para impactar “favorablemente en el desarrollo socio productivo del país con beneficios a escala subregional”.

A juicio del economista Luis Crespo hay que discutir y definir el modelo industrial que se propone o se aspira a desarrollar con estas ZEE, debido a las experiencias previas con el régimen de Maduro, el cual fracasó al impulsar un modelo económico que condenó a los trabajadores a condiciones prácticamente de subsistencia. Pero sí cree que puede haber un beneficio para las regiones que se designen para tal fin, siempre y cuando se respeten las reglas de juego establecidas desde un principio.

De posicionarse inversiones en esas Zonas Económicas Especiales y que no quede como un simple papel (la ley), debería ocurrir un efecto multiplicador positivo mejorando condiciones de infraestructura y servicios; se generarían empleos, lo que coadyudaría a mejorar el comercio y algunas actividades en esas localidades. Ahí hay un efecto multiplicador positivo, apalancado fundamentalmente en el posicionamiento de la inversión y todo ese gasto agregado que se generaría en la misma”, alegó Crespo.

A su vez, agregó que podría haber una inversión importante en infraestructura, se generaría empleo y se mejorarían los servicios básicos en estas regiones, por lo que reiteró la importancia de un debate que incluya a todos los sectores involucrados, para definir las áreas geográficas y el modelo de producción a instaurar en estas ZEE.

¿Cómo se ven afectados los trabajadores de estas ZEE?

Los economistas Luis Crespo y José Guerra coinciden en que existe una preocupación real sobre los derechos de los trabajadores gracias a cómo se han comportado históricamente estas áreas. 

Crespo afirma que esto genera mucho debate, debido a que las empresas ubicadas dentro de las ZEE buscan mano de obra barata, con bajos salarios, sin restricciones de contrataciones colectivas. Incluso sin compromiso en la seguridad social de los trabajadores. 

También las define como maquilas, que son empresas especializadas en una sola actividad dentro del procesos productivo y generalmente exportan sus productos a los países de donde proviene la materia prima que utilizan; no obstante, aclaró que no las estigmatiza, al tiempo que recordó que muchos de estos procesos han sido modernizados y redefinidos para producir más allá de bienes secundarios para la exportación, estableciendo una especie de intermediación en la escala del proceso productivo.

“Los modelos clásicos de negocios de las empresas que se instalaban en Zonas Económicas Especiales tenían esas características, pero siendo justo se reconoce que hay algunas que han evolucionado tecnológicamente y se han organizado con estructuras totalmente distintas, mejorando un poco los salarios y el entorno laboral; pero el modelo clásico era de tecnología rudimentaria y condiciones precarias para los trabajadores y de eso hay muchos ejemplos, el caso de México en la primera etapa de las Zonas Económicas Especiales prendió las alarmas por esas condiciones laborales”, explicó.

En este sentido, recordó la necesidad de debatir, entre todos los sectores involucrados, sobre la calidad de los empleos que se van a generar en esos espacios y el marco legal que los va a regular, para que no operen al margen de los derechos laborales.

“Más aún en momentos donde el salario de los venezolanos está destruido y con una seguridad social inexistente”, sentenció.

Por su parte, José Guerra recuerda que la preocupación principal recae en los modelos usados por las naciones que iniciaron con estas ZEE, como China y otros países del sudeste asiático, donde básicamente no existían derechos laborales y los trabajadores no podían sindicalizarse.  

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“Habría que ver cómo esto va a operar en Venezuela, pero sería totalmente un desatino que a los trabajadores se les niegue el derecho a la sindicalización y un salario decente”, señaló Guerra, a la vez que señaló que el espíritu de estos capitales que llegan atraídos a estas áreas es conseguir rápidamente la devolución de la inversión y empezar a generar ganancias.

“Porque estemos claros, si los salarios suben y la productividad no aumenta la empresa no va a ser competitiva”, especificó el diputado.

Zonas Económicas Especiales
Foto: VTV

Libre convertibilidad dentro de las ZEE

El artículo 25 del proyecto de ley habla de la libre convertibilidad que regirá en estas ZEE, por lo que se le consultó a Luis Crespo, especialista en materia monetaria, si esto significaba que el BCV no intervendría en ese mercado, tal cual lo hace en las actuales mesas de cambio.

“Es importante dejar claro que el hecho de que haya libre convertibilidad no significa que el Banco Central no pueda intervenir con sus operaciones en el mercado cambiario; este podrá intervenir con sus operaciones de subasta de divisas, tratando de incidir en la dinámica del mercado, aumentando la oferta de divisas para que su precio no se desplace aceleradamente; pero esto dependerá de la capacidad del Banco. Pero allí no se limita al Banco Central de Venezuela para que realice sus operaciones”, aclaró.

Sin embargo, señaló que lo que está definido en el texto de la legislación es que la dinámica será de libre oferta y demanda, estableciendo su precio en ese mercado.

“Si tú estás ofreciendo ser atractivo a las inversiones y capitales internacionales, acceder al mercado internacional, le estas ofreciendo miles de exenciones a esos capitales, tienes que permitirle un método de libertad en el establecimiento de la paridad cambiaria en esas zonas, o sea libre convertibilidad, no puedes ofrecer otra cosa”, aseguró el especialista en materia monetaria.

A pesar de todo, recordó que se ha avanzado mucho en esta materia, tras pasar 16 años con controles en el tipo de cambio, con el desmontaje de la ley de ilícitos cambiarios algo que, a su juicio, fue impulsado por la dolarización transaccional de facto en el país, la cual generó una dinámica distinta en el mercado de divisas.  

La titánica tarea de atraer capitales privados a pesar del historial del régimen chavista

Para que estas ZEE funcionen se debe lograr la captación de capitales privados que estén dispuestos a invertir en Venezuela a pesar del historial de expropiaciones y violación a la propiedad privada, incluso la intelectual, con que cuenta el régimen chavista. En palabras sencillas, si no se logra atraer inversiones estas áreas no podrán llevarse a la práctica y quedarán como otra de las promesas incumplidas del régimen de Maduro. 

“Este modelo (chavista) se ha caracterizado por intervencionista, destruyó la institucionalidad en el país de los poderes públicos generando un desequilibrio entre los poderes Ejecutivo y Legislativo; en fin existe mucha incertidumbre sobre el clima político y la economía venezolana, lo que hace que muchos capitales sean adversos al mismo. Es por eso que en el caso de la ley antibloqueo que se aprobó Nicolás Maduro a finales del 2020,  que también fue en el marco de vulnerar la institucionalidad del país, ahora pretende ofrecer un marco jurídico supuestamente confiable a los inversionistas; pero el clima de desconfianza e incertidumbre está allí presente”, indicó Luis Crespo.

Además, explicó que el mismo proyecto de ley aprobado por el chavismo tiene incongruencias con su espíritu de libre mercado en el que fue concebido, como lo es el artículo 7 donde se establece que es potestad del presidente de la República el nombrar las áreas geográficas donde se desarrollarán estas ZEE y la actividad a la que se dedicarán las empresas que las integren. 

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“Eso tiene que ver con las características del régimen venezolano. La experiencia en otros países democráticos, donde funcionan las instituciones, es buscar el consenso de los sectores políticos y económicos para hacer robusta esas leyes y el proyecto, que tiene que ver en definitiva con una concepción de un nuevo modelo de desarrollo y creo que allí lo que debería prevalecer es la participación equitativa del poder Ejecutivo y Legislativo para la validación del mismo. Dotar una ley solo desde la participación del Ejecutivo, pudiera restarle fuerza en términos de institucionalidad”, analizó Crespo.

También criticó que el proyecto de ley incluya, en su artículo 9, un parámetro de Valor Agregado Nacional que exige a las empresas dentro de las ZEE utilizar mayoría de materia prima venezolana en sus productos, lo que contraviene con el espíritu de esta legislación que es ofrecer libertad a los inversionistas para que manufacturen productos primarios de bajos costos, con mano de obra barata.

“Eso dependerá de la disposición de bienes intermedios, materia prima, tecnología, que esté a la disposición de la inversión y del proyecto a desarrollar, es decir, de la empresa que se vaya a posicionar. Por lo tanto el legislador tendrá que explicar, si esto (Valor Agregado Nacional) es un parámetro de eficiencia o si es un condicionante; porque sería contradictorio, ya que el espíritu de la ley busca flexibilizar, liberar y superar la política de los controles, para que luego estés incorporando condicionantes para la dinámica de funcionamiento o de los planes de negocio de estas empresas, que tienen unas características muy particulares”, expuso el profesor.

No obstante, considera que sí habrá capitales interesados en invertir en estas ZEE, definiéndolos como sectores económicos vinculados a los aliados políticos del régimen. 

“En definitiva el impacto, dependiendo del clima jurídico y político en el país, pudiera ser atractivo para algunos capitales e inversiones que sean poco adversas al riesgo y que anden en la búsqueda de grandes beneficios, donde las facilidades en término de exenciones tributarias, laborales, mano de obra barata, pudiera hacer atractiva la inversión para estas empresas (…) Estamos hablando de la posibilidad de capitales rusos, turcos o incluso capitales negros que puedan estar interesados en posicionarse en esas zonas donde el régimen les está ofreciendo facilidades y condiciones para desarrollarse”, advirtió Crespo. 

Por su parte, el diputado José Guerra no ve condiciones o garantías que permitan la llegada en masa de capital privado, dispuesto a invertir en estas ZEE.

“Ya hubo un intento en el 2013 de crear Zonas Económicas Especiales y eso fracasó estrepitosamente, no llegó nadie ni va a llegar nadie, pues está el tema de las expropiaciones, aunque cedieron un poco tras la muerte de Hugo Chávez aún se desconfía por la presencia de sus herederos políticos”, alegó el economista. 

Además, explicó que otra de las cosas que atentan contra la llegada de inversiones extranjeras es que actualmente, avivado por la pandemia, hay una disputa por estos capitales y aquel que tenga la mejor infraestructura, seguridad jurídica, la mano de obra más calificada y el entorno económico más propicio, como por ejemplo la estabilidad de la moneda, es el que va a atraer inversionistas; al tiempo que advirtió que Venezuela no cumple con ninguna de estas condiciones al día de hoy.

Ahora toca esperar si finalmente son desarrolladas estas ZEE o quedan como otro intento fallido del régimen de Maduro para cambiar el rumbo de sus políticas económicas. Lo que sí está claro para los especialistas consultados por El Diario es que es una medida de libre mercado que contraviene el espíritu “socialista” del chavismo y pueden convertirse en el desmontaje definitivo del “socialismo del siglo XXI” impulsado por Hugo Chávez y prácticamente desechado por su heredero político Nicolás Maduro. 

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