- La agrupación integrada por migrantes venezolanos fue una de las primeras en formarse en la Ciudad de Buenos Aires. Experimentan con instrumentos argentinos, producen sus propios temas pero sin perder su mirada atenta con lo que acontece en su país de origen.
Hay gaitas que se cantan de memoria, a tal punto que se puede llegar a pasar por alto que detrás de melodías alegres de cuatro, guitarra, furro y ritmos de percusión, en ocasiones hay una letra que lleva consigo un mensaje, una proclama o una protesta. Más en diciembre, cuando a este género zuliano se lo suele asociar con la llegada de la Navidad o las reuniones con amigos y familiares. Pero casi siempre, cuando se presta atención, se trata de artistas que ponen sus líricas al servicio del sentir popular y las necesidades de la gente.
Soñé con el país que merecemos / Donde el futuro sea una realidad / Debemos entender que todos cabemos / Apartando el odio y la maldad / Que todos podemos encender la vela de la Venezuela que nos merecemos.
Las estrofas corresponden al tema El país que merecemos. A lo largo de sus líneas se anhela justicia, libertad, una patria donde los niños y niñas puedan otra vez jugar. Y que se detenga el fuego y la guerra que llevó a tantos al exilio y dejó separadas a millones de familias, dentro y fuera de Venezuela. Aboga por la reconciliación, interpela a la clase política. Pero no lo hace desde Maracaibo, Caracas o Valencia sino desde Buenos Aires, Argentina, donde se produjo esta pieza, en medio de las idas y vueltas de la pandemia de coronavirus y sin importar que se hallen a miles de kilómetros de la que alguna vez fue su casa.
El estreno vino acompañado de un video en el cual confluyen distintos perfiles comunes de venezolanos no solo en Buenos Aires sino en otras ciudades de la región: chicos que hacen delivery, otros que son taxistas, también los que tienen un empleo o emprendimiento y que cada mañana, sin excepción, se levantan para ir a laburar para sacar a los suyos adelante.
Se ven, en distintos pasajes, a familias que comparten en espacios públicos como parques, y se evidencia ese lazo de pertenencia con cotidianidades porteñas como el caminar por la avenida Corrientes, la 9 de Julio o viajar en Subte (Metro). Quienes ya tengan tiempo como residentes en Buenos Aires, seguramente experimenten una familiaridad similar a la de un caraqueño que mira El Ávila o un maracucho con el puente sobre el Lago de Maracaibo.
“La idea fue plasmar en el video lo que vive el venezolano actualmente aquí. Muchos, con esfuerzo, viven bien, y eso es lo que queremos vivir en ese país que merecemos”, agregó Zapata con respecto a Venezuela.
Made in Panamá
Que actualmente Gaiteros de CABA sea un grupo consolidado en el tiempo, con 13 integrantes y un sonidista que han sabido abrirse paso en la escena cultural porteña, es algo que Zapata siempre tuvo entre ceja y ceja. Sin embargo, hasta las expectativas más optimistas se superaron.
Antes de tener temas propios, presentaciones en vivo y un performance que apunta a seguir profesionalizándose, este jolgorio comenzó a gestarse en Panamá, país al que Baudilio emigró junto con su esposa y su hijo, entonces de seis meses de nacido, para brindarles un mejor porvenir.
Tras un tiempo en el que sopesaron la decisión de emigrar, a la escasez de productos básicos como leche y pañales, se sumó la renuncia de Zapata, ingeniero en sistemas, a su puesto dentro de la empresa CANTV por motivos políticos. “Aunque la empresa fue estatizada en 2007 no vivía mal. Pero en 2013 se intensificó la persecución para que fuéramos a las marchas. Hasta que un día unos compañeros, no alineados con el gobierno, me avisaron que yo estaba en la Lista Tascón y por eso estaba próximo a que me botaran. Para no darles el gusto, renuncié”, rememoró.
Fue la gota que rebasó el vaso. Y la que le hizo dar el paso definitivo, en mayo de 2014, para emigrar a Panamá y dejar atrás la localidad de Cúa, estado Miranda.
En paralelo al trabajo se puso en contacto con Panagaitas, una agrupación que encontró en redes sociales. Enseguida les consultó si estaban buscando algún cantante, le respondieron que sí, lo invitaron a un casting y pudo incorporarse.
Era su primera vez como gaitero en el exterior. Previamente en Caracas ya había formado parte de Inspiración Gaitera. El no haber estudiado música formalmente nunca fue un impedimento. Autodidacta, canta y se inclina por la percusión. En casa, de hecho, tiene congas y charrascas.
Volver a empezar de cero
Las experiencias que acumuló en Panamá fueron claves para el armado de Gaiteros de CABA una vez que llegó a Argentina, en parte por decisión, pero también por alguna que otra cuestión del azar.
“En Panamá se puso feo el tema de la xenofobia. También cambiaban las leyes para renovar permiso de trabajo y permanencia”, recordó Zapata.
Para sortear esa situación se postuló para trabajar en países como México, Colombia o Chile. En eso, lo llamaron desde Buenos Aires, tuvo un par de entrevistas y así, estaba a punto de firmar. Solo faltaba cerrar pequeños detalles. “El trabajo va a ser tuyo. Hay que hacer exámenes preocupacionales, debemos esperar a que el cliente nos habilite”, le dijeron.
Pasaron dos semanas. Llamó de vuelta. Le pidieron esperar una semana más. Entonces el cliente había desistido del proyecto para el cual lo iban a contratar, por lo que no solo él, sino los que serían sus futuros compañeros, quedaron en el aire.
¿Qué significa CABA?
CABA es el acrónimo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital de Argentina.nnSus habitantes, así como el resto de los argentinos, también suelen referirse a CABA como Capital Federal o La Ciudad. Todas equivalen a la misma jurisdicción.
Para su suerte pudo entrar en una pizzería como lavaplatos y asistente de cocina, desde la mitad de la tarde hasta el cierre en la madrugada. Durante el día, mientras tanto, asistía a entrevistas. Y entre una cosa y otra, no bajó los brazos con la música: creó perfiles en redes sociales, un correo electrónico y comenzó a buscar músicos. Si antes él había participado de un casting, ahora sería quien lo dirigiría.
En menos de un año tuvieron su primera presentación en vivo, como invitados a un festival de la Feria Popurrí. “Mucha gente lloró ese día. No había tantos venezolanos como ahora, ni tantos grupos de gaita”.
En 2019, junto con un movimiento venezolano cultural cada vez más en auge, no solo continuaron afianzándose sino que incluso pudieron presentarse más allá de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: tocaron en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, y cruzaron el charco rumbo a Montevideo, en Uruguay, donde compartieron escenario con Gaiteros del Sur.
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“Fue uno de nuestros mejores conciertos a nivel de público, con más de 700 personas, y también en cuanto a sonido, locación”, opinó Zapata.
Pandemia, virtualidad… y crecimiento
Al igual que otros músicos, a Gaiteros de CABA le tocó reinventarse para mantenerse conectado con su público durante la pandemia de coronavirus que estalló en 2020. Con una cuarentena estricta, los teatros cerrados y el espacio público restringido para la cultura, el grupo se mantuvo activo con grabaciones y videos desde casa.
Participaron de concursos internacionales y entre buena recepción, optaron por comenzar a producir temas propios, aun ante el desafío que supone por presupuesto, performance y horas en el claustro de los estudios de grabación.
Así, en 2021, también salió a la luz “La gaita es vida”, un tema que agrega el bandoneón típico del tango argentino a este género zuliano que la diáspora cultiva / por el mundo con amor.
El éxito y la integración entre argentinos y venezolanos, sin embargo, no les impide soñar con que algún día puedan presentarse en Venezuela, para mostrar cómo mantuvieron viva su cultura y parte de lo aprendido en otras tierras que también sienten como propias. “Ojalá pudiéramos ir y tocar, aunque fuera de visita”, suspiró.
Por el momento, “El país que merecemos” suena en varias emisoras zulianas, que se animaron a transmitirlo pese a tener un mensaje que sin aludir directamente a la política, molesta al chavismo.
En Maracay, para una entrevista que les realizaron, les pidieron disculpas por no poder colocar el tema por “cuestiones” de Conatel. A ese conato de censura, consideran, se sumó el que la Alcaldía de Maracaibo lo pasara por alto en el Festival de Gaita Zuliana. “Lo inscribimos en la categoría Grupos en el Exterior y ni lo mencionaron. Era algo que esperábamos que pasara, pero no íbamos a dejar de participar”, contó Zapata.
La agrupación, mientras tanto, celebra el ser escuchada en ambos países y apuesta por seguir expandiéndose musicalmente en 2022, tanto a nivel de repertorio como de presentaciones y repercusión, con la gaita como bandera y expresión popular que siga ganando terreno en el sur y en corazones albicelestes y tricolores.