- La ropa botada en el desierto de Atacama es de tercera categoría, que llega allí principalmente como desecho de importadoras. Para que las piezas textiles que se encuentran en el lugar se degraden deberán pasar al menos 200 años | Foto: Getty Images.
En el desierto de Atacama de Chile se encuentra uno de los mayores basureros de ropa del mundo. Toneladas de zapatos, pantalones, vestidos, ropa de invierno y otro tipo de textiles de distintas partes del país y del mundo llegan al sitio más seco del planeta.
De acuerdo con BBC Mundo, Chile es el mayor importador de ropa usada de Suramérica. De las 59.000 toneladas de ropa que entran cada año al país, se prevé que más de la mitad está destinada a terminar en vertederos clandestinos.
Para Patricio Ferrerira, alcalde de Alto Hospicio, la zona donde está la ropa desechada, “lamentablemente” la ciudad se convirtió en “el basurero del mundo”. En este sentido, distintas organizaciones y grupos nacionales e internacionales señalaron que se trata de un desastre ambiental.
Un problema ambiental de alto impacto
“El problema es que solo un 15 % de eso se vende como segunda mano, el 85 % viene a dar a los vertederos clandestinos, es basura”, dice Ferreira. A pesar de que en Chile está prohibido dejar desechos textiles en los vertederos habilitados, pues afecta la estabilidad del suelo, la gente continúa haciéndolo.
Paola Laiseca, de la importadora Pakchile, señala a BBC Mundo que las prendas importadas son divididas en tres: la mejor prenda, la prenda sucia o descosida y la tercera un producto deteriorado. Este último es el que llega a los basureros como el de Atacama, sumando más de 40.000 toneladas anuales.
“La ropa no tiene una disposición legal al día de hoy. La única solución de la gente es quemarla. Al quemarla, la polución y el humo hacen que sea para nosotros un grave problema”, señala a BBC Mundo Edgar Ortega, experto en medio ambiente del municipio Alto Hospicio.
¿Qué se hace para detener la situación?
De acuerdo con Moyra Rojas, secretaria regional ministerial del medio ambiente, “no es fácil” conciliar los intereses políticos para ofrecer soluciones. A su juicio hay un mal manejo de los residuos, por lo que invita a las empresas a tener conciencia ambiental y a no importar ropa de tercera categoría.
Las empresas deben hacerse cargo de sus residuos textiles, de acuerdo con una ley, pero ante la falta de recursos para poder fiscalizar, es poco el trabajo que pueden hacer las autoridades locales para que dejen de utilizar espacios como el desierto de Atacama como basurero.