• El equipo de El Diario conversó con varios recicladores de desechos sólidos en San Cristóbal quienes, debido a la crisis económica, encontraron en la basura una manera de generar ingresos. Foto principal: Manuel García

Reciclar se ha convertido en una práctica cada vez más frecuente y lucrativa en el estado Táchira. De hecho, existen por lo menos tres zonas, entre los municipios San Cristóbal y Cárdenas, donde grupos de personas reciben los desechos sólidos que los ciudadanos arrojan a los contenedores de cemento y los clasifican según sea el material. A cambio, reciben colaboraciones monetarias e incluso alimentos o ropa.

Gran parte de estos recicladores que se instalan en los depósitos de basura en Táchira son de otras entidades como Miranda, Zulia y Distrito Capital; mientras que el resto es de la región andina.

Además, la mayoría de esas personass optaron por vivir del reciclaje dado que sus actividades principales, a las que dedicaron gran parte de sus vidas, ya no eran rentables para ellos.

Recicladores en Táchira
Foto: Carlos Franceschini

“Yo era carnicero y me iba bien antes, tenía un sueldo cómodo, mis arreglos de ley, todo; la situación fue cambiando, la plata empezó a rendir menos y mis jefes redujeron personal, así que prescindieron de mis servicios y me tocó reinventarme”, dijo el reciclador de basura Javier Uribe en exclusiva para El Diario.

Algunos recicladores de Táchira, como los de la avenida Rotaria en la ciudad de San Cristóbal, han tomado ese trabajo con tanta seriedad y organización que se hacen llamar ‘cooperativa’ y aseguran que tienen tres turnos establecidos a lo largo del día (6:00 am a 9:00 am; 9:00 am a 4:00 pm; y 4:00 pm a 10:00 pm).

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Asimismo llevan un control escrito a lápiz para mantener el orden y que todos los que trabajan allí se vean “beneficiados” económicamente en la faena que ejecutan de lunes a domingo, sin descanso. En total, 12 personas laboran en ese punto (cuatro por horario).

Nosotros tratamos de llevar esto como una asociación, ordenado, con un cuaderno y todo plasmado. Se anota a qué persona le toca recoger la basura del carro que pase por aquí y así se va haciendo por turnos para que todos tengan chance”, aseveró Uribe, quien es coordinador de esa ‘cooperativa’.
Recicladores
Foto: Carlos Franceschini

“Migré a Colombia y no me fue bien”

Javier Uribe tiene 45 años de edad, nació en Caracas y hace 21 años llegó a San Cristóbal. Cuenta que fue damnificado de la Tragedia de Vargas en 1999 y, al cabo de un tiempo, le asignaron una vivienda en Vega de Aza, municipio Córdoba (Táchira), así que se mudó. Sin embargo, solía viajar constantemente a la capital. 

Trabajó como carnicero un tiempo, luego decidió probar suerte en otro país y se fue a Colombia. Asegura que allá trabajó “en lo que saliera”, e intentó generar ingresos para ayudar a su familia. Sin embargo, no quiso dar mayores detalles sobre su estadía en esa nación.

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“Como uno es extranjero, pues no me fue muy bien, no había fuente de trabajo, así que me regresé a Venezuela”, indicó Javier.

Recicladores
Foto: Manuel García

Una vez retornó al estado Táchira consiguió empleo en el depósito de basura ubicado en la avenida Rotaria, municipio San Cristóbal. Allí aprendió cómo es el proceso de clasificación de los desechos y vio que era una buena alternativa para generar ingresos. 

“Con eso nos bandeamos y la comunidad también nos ayuda mucho. A veces nos dan efectivo y otras nos dan comida o ropa en buen estado”, explicó Uribe.

Su ingreso varía de 10.000 a 20.000 pesos colombianos al día (2,6 a 5,2 dólares aproximadamente), según el horario que cumpla. Se siente a gusto con su empleo porque le permite llevar el sustento para su familia y, a su vez, ayuda a los vecinos manteniendo limpia la zona.

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José Freddy Rincón, de 54 años de edad, es otro reciclador y él ayudó con la construcción del contenedor de basura de la avenida Rotaria hace dos años. Desde entonces, trabaja allí reciclando y recibiendo los desechos que transeúntes y conductores dejan a diario. 

Rincón antes trabajaba descargando mercancía de gandolas en distintos supermercados de San Cristóbal y recuerda que le iba bien; al cabo de un tiempo, ese oficio dejó de ser rentable.

“Ya no me daba dinero y me tocó venirme a trabajar aquí (en el depósito) y por ahí me regalan ropa, comidita y muchas cositas que la gente tiene por ahí y no usa”, contó José para El Diario.

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Personas que recogen basura
Foto: Manuel García

Cada una de las personas ubicadas en ese punto se encarga de reciclar un material específico. En el caso de José, acumula el cobre de los electrodomésticos y cuando logra una cantidad considerable, lo vende y así gana dinero extra.

“Nosotros ayudamos a todos sin pedir nada a cambio. La gente nos suministra lo que quiere y puede. También le prestamos colaboración a los camiones de la basura porque a veces ellos no tienen personal y nosotros les echamos la mano con eso. Es un beneficio para todos”, añadió.

Al igual que Javier, José gana de 10.000 pesos a 15.000 pesos diarios (2,6 a 3,9 dólares) y, según dice, con ese dinero compra víveres, verduras, proteína y artículos de higiene personal que requiere para vivir con cierta comodidad. En su caso no tiene hijos que dependan de él, pero sí colabora constantemente con su padre, de 90 años de edad, quien vive en San Josecito, municipio Torbes.

Yo me siento bien aquí en este lugar, tengo lo que necesito en mi casa y no estoy haciendo nada malo, es honrado (…) yo vengo todos los días desde las 6:00 am hasta las 4:00 pm”, detalló.
Recicladores
Foto: Manuel García

Ven un negocio en el reciclaje

Los recicladores en Táchira se encargan de abrir las bolsas de basura y separar cada material según sea su clasificación. Plásticos, cartón, cobre y vidrio es lo que principalmente toman de los desechos, lo acumulan y cuando tienen una cantidad considerable (por lo menos un kilogramo), lo llevan a una empresa recicladora que está ubicada a las afueras del vertedero de San Josecito.

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“Este trabajo es como todo, hay días buenos y malos (…) el kilo de cobre lo pagan en 12.000 o hasta 20.000 pesos (de 3,1 a 5,2 dólares), el plástico también lo pagan por cantidades”, precisó Javier Uribe.

Personas que recogen basura
Foto: Manuel García

La recicladora les cancela por una cantidad mínima de 10 kilogramos de material. Hay quienes llevan menos desechos, no obstante, deben acumular la cifra requerida por la empresa para cobrar el dinero.

“Algunos lo hacen así porque les sirve como ahorro”.

De acuerdo con los recicladores en Táchira, la patrulla ambiental -creada en el estado en octubre del año pasado- transita con cierta frecuencia por la zona. Les colabora con orientación referente al reciclaje, la clasificación de los desechos y la educación ambiental en sí para mantener el espacio limpio y libre de roedores y carroñeros. 

La labor de los recicladores se ha popularizado con el pasar de los meses en la entidad andina. A tal punto que muchos de ellos –como los de la avenida Rotaria- lo han llevado a otro nivel al organizarse y estructurar sus funciones. Éstos se sienten cómodos con su empleo porque no solo generan ingresos, sino que contribuyen positivamente con la comunidad. 

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