- Nicolás Maduro anunció un incremento de salario mínimo a 126 bolívares, más 45 bolívares de bono de alimentación. Este nuevo monto también aplicará para el pago de pensiones y de los bonos entregados por el Estado
El régimen de Nicolás Maduro anunció este jueves 3 de marzo un incremento del salario mínimo, el cual es equivalente a medio petro. De acuerdo al Banco Central de Venezuela (BCV), un petro tiene un valor de 262,062 bolívares, por lo que el sueldo pasará de Bs. 7 bolívares a Bs. 126. Asimismo, detalló que el valor del bono de alimentación que complementa al salario es de 45 bolívares.
“La herida más grande que tenemos es la pérdida del valor del salario mínimo de los trabajadores venezolanos. Porque eso depende del ingreso nacional y nosotros hemos venido confeccionando un plan que someto al debate, para ir a una recuperación necesaria, fuerte y sostenible del salario mínimo”, admitió.
Este es uno de los aumentos salariales más significativos hechos por el régimen hasta la fecha. Partiendo de la tasa de cambio oficial del BCV, este nuevo sueldo equivale a 28,83 dólares. Por su parte, el bono de alimentarción también equivaldría a $10,3, para un ingreso mensual neto de $39,13 aproximadamente. Cabe recordar que al estar establecido en bolívares, estos montos podrían variar en el futuro, dependiendo de su devaluación frente al dólar.
En teoría, Maduro ya había fijado el salario mínimo en medio petro el 17 agosto de 2018, cuando promovió el lanzamiento de esa moneda digital en respuesta a la crisis hiperinflacionaria de Venezuela. Esto suponía que su cálculo ahora estaba anclado al valor que el régimen dada al petro, partiendo del precio del barril de petróleo y otros recursos como el oro. Sin embargo, con el tiempo se dejó de ajustar el salario con base al valor cambiante del token, quedando rezagado en la medida que el bolívar se depreciaba.
Bonos y pensiones
Durante su alocución, Maduro anunció también que los bonos otorgados por el Estado a través del sistema Patria serán ajustados al nuevo valor del salario mínimo. “Ha llegado el momento de que demos el paso para salarizar los bonos que entregamos a la clase obrera”, afirmó.
Igualmente, recordó que el valor de la pensiones también está anclado al medio petro, por lo que queda establecido en Bs. 126. Reconoció que actualmente la seguridad social para jubilados y pensionados es insuficiente para una vida digna, por lo que prometió crear un plan especial para reparar a los trabajadores que se retiraron en los últimos cinco años. “Hagamos una propuesta para resarcir a todos los trabajadores que se han jubilado en los últimos años de ‘guerra económica’, y que se han llevado una miseria de jubilación”, dijo.
En esa misma línea, delegó a la vicepresidenta del régimen, Delcy Rodríguez, la tarea de establecer mesas de trabajo para fijar los nuevos montos tanto de las tablas salariales, como de los contratos colectivos del sector público. Sobre este último punto, propuso abrir un debate dentro de cada gremio para firmar nuevas contrataciones ajustadas a las realidades del país.
Ingresos altos
Otro hecho que Maduro admitió públicamente fue el impacto positivo que tuvo la dolarización informal de la economía venezolana. “Flexibilizamos el uso de las monedas internacionales para el comercio interno del país. Fue una de las medidas más importantes que tomé en el año 2020. Eso permitió una válvula de escape, un respiradero, al comercio de la calle y le dio posibilidades de crecimiento al ingreso básico de la familia venezolana”, declaró.
Una clave fue la migración de los trabajadores del sector público al privado y al comercio informal. Esto producto de la crisis económica y la devaluación del salario mínimo. Maduro indicó que durante la pandemia de covid-19 aumentó la cantidad de emprendimientos y pequeños negocios, lo cual ayudó a dinamizar el sector comercial. También reconoció que debido a la dolarización, el sueldo en las empresas privadas es mucho más alto.
“Muchos salarios que se pagan en la calle, sobre todo en el sector privado, ya rondan los $100 o $150, porque ellos venden sus productos en dólares, recaudan en dólares y nos pagan impuestos. Estamos recaudando un buen impuesto, mejor que antes”, comentó.
El dirigente socialista aseguró que el aumento salarial viene en gran parte de los ingresos recaudados durante 2020 y 2021. Igualmente, desde el 1° de marzo entró en vigor la Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), que busca captar los tributos en divisas y criptomonedas para la adminstración pública. “Tenemos el pulmón para aguantar esto ahora”, apuntó.
Deuda pendiente
La última vez que el régimen de Maduro subió el salario mínimo fue el 1° de mayo de 2021. En esa oportunidad, el salario base quedó en 7.000.000 de bolívares soberanos (Bs. 7 actuales) y Bs.S. 3.000.000 para el bono de alimentación. Con la reconversión monetaria aplicada en septiembre de ese año, el monto no varió, sino que simplemente se ajustó a su nueva expresión.
Atrás habían quedado los años en los que cada incremento salarial se hacía con grandes anuncios televisados. Los últimos ajustes habían pasado de manera discreta, apareciendo sin aviso previo en Gaceta Oficial o al momento de pagar las nóminas. Esto como una manera de evitar el aumento de precios de productos y servicios que venías tras cada aumento antes de la dolarización informal del comercio.
Al momento del anuncio de Maduro, elsalario anterior, de Bs. 10 (Bs. 7 de base y Bs. 3 de bono alimentario), apenas equivale a $2,29 de acuerdo a la tasa oficial del BCV. Esto lo convierte en el salario mínimo más bajo de América Latina, por debajo de Cuba (de $79) y Haití ($73). Incluso con su valor actual estimado de casi $40, sigue estando en el fondo de la tabla.
Venezuela aún está muy lejos de los países con el salario mínimo más alto de la región, como Ecuador ($425), Chile ($311) y Panamá ($365). Fuera del porcentaje de la población con ingresos dolarizados, persiste en el país un sector que gana salario mínimo. Bien por trabajar en la administración pública, o el gremios con beneficios contractuales desfasados, como docentes, enfermas o pensionados. Sectores que dependen de oficios informales o los bonos del Estado para subsistir, y que esperan que con este aumento su poder adquisitivo no desaparezca ante la ola hiperinflacionaria.