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- El equipo de El Diario conversó con la psicóloga de la organización venezolana Cecodap, María Antonella Sarli, quien explicó cuáles podrían ser las implicaciones emocionales y mentales para los infantes que atraviesan esta situación | Foto: EFE
Las cifras de refugiados y muertos por la invasión de Rusia a Ucrania siguen en ascenso tras dos semanas de enfrentamientos. Los bombardeos dentro de varias ciudades no han cesado desde que Vladímir Putin, presidente de Rusia, ordenó una operación militar el 24 de febrero.
Las familias han tenido que esconderse y refugiarse de los ataques en sótanos y estaciones de transporte subterráneo. La Organización de Naciones Unidas (ONU) contabilizó 516 personas muertas hasta el 9 de marzo, entre ellos hay más de 37 niños. El organismo estimó que la cifra puede ser incluso más alta, pero debido a las dificultades para verificar las informaciones, no se tiene certeza.
Agregó que también se registraron al menos 908 civiles heridos, de los cuales 50 son niños y niñas. Debido a estas cifras, surge la duda de cuáles podrían ser las implicaciones emocionales y mentales para los infantes que atraviesan esta situación, es por ello que el equipo de El Diario conversó con la psicóloga de la organización venezolana Cecodap, María Antonella Sarli.
Las implicaciones
La especialista explicó que la confusión es uno de los primeros factores que enfrentan los niños en este tipo de situaciones, ya que generalmente no poseen toda la información que les permita comprender el momento que están viviendo.
Otra de las sensaciones atraviesan los niños y niñas cuando viven ese tipo de conflictos son angustia y ansiedad, de acuerdo con la psicóloga. Comentó que al tener una edad tan corta, este tipo de emociones no las expresan como una persona adulta, pero eso no significa que no lo están sintiendo.
“Además está el tema de huir de su hogar, de su ciudad, de su país. Obviamente todos estos factores generan una situación traumática y cada niño lo va a ver de una manera muy distinta, porque incluso un niño, tiene ciertas herramientas para lidiar con los traumas y los miedos”, detalló.
Un trauma a largo plazo
Sarli detalló que una situación como la que se vive en Ucrania es un hecho traumático para los niños y niñas que incluso pueden desarrollar a largo plazo ya que por la adrenalina del momento, reprimen ese trauma. Destacó que un diagnóstico de trauma, pese a los momentos difíciles que vivieron, va a depender de las herramientas aplicadas, tanto por ellos mismo como por los padres, para transitar las emociones.
“En la mayoría de los casos de niños que presentan traumas por situaciones como la de Ucrania, demuestran estar afectados por sonidos fuertes que asocian con detonaciones de bombas o disparos. Incluso pueden asociar actividades con el hecho traumático, por ejemplo si estaban viendo una película en el momento en el que cayó un misil cerca, ese recuerdo lo pueden revivir siempre que vean esa película”, describió la psicóloga.
De acuerdo con la especialista, también puede existir la posibilidad de que los niños desarrollen un trastorno postraumático, depresión o ansiedad generalizada. Sin embargo, añadió que esto sucede en muy pocos casos y reiteró que dependerá de las herramientas aplicadas para enfrentar la situación.
Recomendación
María Antonella Sarli expresó que para los padres suele ser complicado el hecho de entender a sus hijos en medio de una situación como la que se vive en Ucrania, ya que evidentemente ellos también pasan por la angustia y la incertidumbre. En este sentido, las dos recomendaciones clave a las que apunta la psicóloga, son las siguientes:
– Encontrar un momento y un espacio para conversar con los niños. Ellos deben sentir que pueden expresarse y ser escuchados, esto además les permitirá drenar esas sensaciones que les hacen daños y no reprimirlas.
– Validar las emociones de los niños. Si están aislados, tristes o incluso si expresan sentir ansiedad, evitar decir cosas como “¿tú qué sabes de eso?” y más bien escucharlos y apoyarlos.
Sarli argumentó que en muchos casos ni los propios niños saben qué nombre darle a todo lo que están sintiendo y por ello, los padres aunque también están agobiados por la situación, deben ayudarlos a entender esas emociones.
