- La colección, que además incluye cientos de piezas y partes de animales, está valorada en 30 millones de euros
La Guardia Civil española incautó en la zona de Bétera (Valencia) la mayor colección de animales protegidos que estaban disecados. Entre ellos hay rinocerontes, osos polares, cocodrilos y elefantes.
Durante la operación Valcites, los ejemplares fueron encontrados en una finca. Hasta el momento el propietario no está detenido, pero está siendo investigado por presuntos delitos contra la protección de la flora y la fauna silvestre, así como por contrabando.
Incautado el mayor hallazgo de animales disecados protegidos a nivel nacional y uno de los más grandes de Europa.
— Guardia Civil 🇪🇸 (@guardiacivil) April 10, 2022
Se ha investigado a una persona por los delitos de contrabando y otro relativo a la protección de la flora y faunahttps://t.co/5RuIjUOGQK pic.twitter.com/cBE0unHIRE
De acuerdo con el medio español El País, el dueño de la finca es un empresario valenciano del que las autoridades no han revelado su identidad. El personal encargado de realizar las investigaciones considera que las piezas pueden tener un valor de hasta 30 millones de euros.
Una operación que llevó meses
Carlos Domínguez, jefe del Equipo de Protección de la Naturaleza de la Comandancia de la Guardia Civil (Seprona) de Valencia, aseguró a la prensa española que las pesquisas se iniciaron en noviembre de 2021 cuando se tuvo conocimiento de una posible colección ilegal de especímenes.
Las informaciones revelaron que los animales estaban en Bétera, una localidad de unos 23.000 habitantes situada a 20 kilómetros de la capital de Valencia. Fue el 6 de abril de 2022 cuando los agentes desplegaron la operación y pidieron al propietario acceso voluntario para el registro de su finca de tres pisos.

El País señaló que el hombre se negó a la petición, por lo que las autoridades tuvieron que acudir a un mandamiento judicial con el cual pudieron ingresar a la propiedad. Allí dentro encontraron 1.090 ejemplares disecados, 405 de ellos pertenecían a especies protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).
Piezas extraídas de los especímenes
Algunas de las especies de la colección son: guepardo, leopardo, león, lince, oso polar, pantera de las nieves, rinoceronte blanco y también hay ejemplares de animales extintos, como oryx dammah (un tipo de herbívoro africano similar a la gacela), o en grave riesgo de extinción, como el adax (otro herbívoro africano) o el tigre de Bengala. En total se incautaron más de 70 especies procedentes del mundo.
Además, el investigado tenía numerosas piezas procedentes de estos animales, entre ellas, casi 200 grandes colmillos de marfil de elefantes de más de dos metros, 20 patas de elefante, pieles de leopardo y guepardo.
Para la incautación, la Guardia Civil contó con la colaboración del Instituto de Medicina Legal, que mediante un sistema de ondas pudo corroborar qué tipo de especies son y la data del marfil encontrado.


En el registro también había piezas de mobiliario, entre ellas, taburetes realizados con patas de elefante, un sofá con piel de cocodrilo y otras piezas de mobiliario.
¿Cuál es el siguiente movimiento?
El Seprona destacó que en la siguiente fase de la operación, los agentes procederán al análisis de toda la documentación aportada por el investigado para intentar justificar la tenencia de las piezas reseñadas. Hasta el momento, no ha aportado ningún certificado de estos animales, según confirmó Domínguez.
Los documentos fueron entregados en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de Llíria, que continuará con las investigaciones. “Lo duro de la operación empieza ahora”, aseguró el jefe del Seprona.
La intención es que, dado el buen estado de conservación, las piezas estén en un museo de ciencias naturales. Los ejemplares permanecen en la nave original, que fue asegurada con precintos policiales por órdenes de la jueza del caso. Según Domínguez, las dos ilegalidades imputables sumarían de uno a dos años de cárcel por un delito continuado contra la fauna, y de uno a cinco años por contrabando.