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  • El encuentro, que comenzó el pasado 3 de junio y se extiende hasta el jueves 16, es organizado por la representación de la Unión Europea en el país. Reúne piezas de España, Francia y Polonia dirigidas por los venezolanos Shonny Romero, Rafael Barazarte y Daniela Vielman, respectivamente. Las obras se presentan en teatros y espacios no convencionales de la ciudad. Foto principal: Cortesía Delegación de la Unión Europea en Venezuela

Un homenaje a las mujeres poetas, el mundo de la narración oral, el teatro inclusivo y una instalación dramatúrgica que se acerca mucho a un experimento social. Esas son las líneas de investigación que se trazaron los tres directores venezolanos que participan en la Muestra de Dramaturgia Contemporánea Europea, cuya primera edición comenzó el 3 de junio y se extenderá hasta el jueves 16 de este mes en Caracas.

El encuentro se realiza gracias al esfuerzo conjunto de la Delegación de la Unión Europea y las embajadas de España, Francia y Polonia, representadas en el país por los diplomáticos Ramón Santos y  Romain Nadal, respectivamente; y por la encargada de negocios polaca Milena Lukasiewicz. Se enmarca en la programación del Mes de Europa, como lo anunció el jefe de Delegación de la UE, Rafael Dochao, en un encuentro con la prensa.

El director Shonny Romero fue el encargado de abrir la edición con el montaje Tus montes, mis versos del español Marco Magoa, que se vale del flamenco y la poesía para hablar de las derrotas, los destierros y las oscuridades. Las funciones fueron en la Sala de Conciertos del Centro Cultural BOD, ubicado en La Castellana.

Rueda de prensa dramaturgia Caracas
Foto: Cortesía Delegación de la Unión Europea en Venezuela

En el escenario de esta adaptación de Tus montes, mis versos hay pocos elementos, un contrastado juego de luces, vestidos negros, flores. Una mujer se dirige al público e intenta sentir piedad de sí misma. Ella ha llegado allí con todas sus derrotas mientras espera que afuera la comprenda, o tal vez la escuche, la humedad de los árboles. Otra mujer, luego, quiere entenderlo todo y por eso ha decidido acercarse a las poetas. Quiere adentrarse en el deseo, en ese exilio que a veces son el amor y el sexo. Aunque no está segura de si quiere realmente descubrirse. Porque, “¿quién soy yo?”, se pregunta. “Algo oscuro” es su única respuesta. Luces, melodías y palos flamencos. Una tercera mujer cuenta lo frágil que es todo lo bonito. ¿Las flores? ¿El alma? Y confiesa que quisiera, a veces, ser puro silencio.

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El montaje, de Dionisíacas Producciones, buscaba invitar a la reflexión, señaló Romero. “El autoexilio, creo que todos en algún momento de nuestras vidas como seres humanos hemos tenido que tomar decisiones tan drásticas para cerrar ciclos. Creo que esta obra nos invita a esa entrega en la que todos nos vemos en algún momento tan cercanos, tan comprometidos; inmersos en ese tema que nos mueve, nos cambia y nos ayuda a evolucionar, no solo como personas sino también como artistas. Son temas tan cercanos, tan humanos, que hacen que la obra sea universal”, agregó, desde el escenario, en un encuentro con medios de comunicación. 

Y aseguró que el elemento que más lo atrapó del dramaturgo español fue su capacidad para profundizar en el ser humano: “Eso que para mí es realmente fascinante. Viajar, adentrarse en ese mundo, conocer, crecer y sentir que todo esto también nos salpica de alguna manera; porque son realidades a las que si bien no pertenecemos nos van dejando enseñanzas. Son temas y es un autor tan fascinante que lo haría de nuevo”. 

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Foto: Cortesía Delegación de la Unión Europea en Venezuela

Una instalación francesa

En la frontera entre el teatro y el experimento social, entre la incomunicación y la multiplicidad de voces, entre el silencio y las ganas de decir, se ubica la pieza que dirige Rafael Barazarte y que participa en la muestra de dramaturgia, representando a Francia.

El silencio es la propuesta que está inspirada en textos de la obra homónima de la autora Nathalie Sarraute y que se presentará del 8 al 15 de junio en espacios no convencionales: Café Noisette (La Carlota), Café Moisán (San Bernardino) y Aroma di Café / Kakao (Las Mercedes), a las 4:00 pm.

Parte de una obra radial que fue llevada a las tablas. Esta adaptación venezolana consiste en una serie de diálogos que se transmiten a través de teléfonos que conforman la “instalación dramatúrgica” y que involucran al espectador, quien, en medio de dudas, cuestionamientos o inquietudes, podrá atender la llamada telefónica y escuchar desde una dinámica distinta los fragmentos de la obra. O no. Los textos están hilados a partir de una conversación de siete personajes.

Teléfono obra El Silencio
Foto: Cortesía Rafael Barazarte

Barazarte habla sobre su instalación dramatúrgica, esa que parte de un objeto decorativo –aparentemente inofensivo y superficial– pero que desata las acciones de la historia y las dinámicas entre el espectador y la pieza. “Últimamente he estado muy sumergido en el tema de las instalaciones, las artes plásticas. Y creo que eso me ha llamado, me ha despertado el instinto. Si bien soy netamente teatral, en cuanto a arte, jugar con objetos, con elementos en la escena, me llama la atención. Y me interesa que en esta muestra de dramaturgia se pueda llegar a lugares donde tal vez el público no está pendiente de ver obras de teatro. Yo trabajo en un centro cultural, entonces se trata también de preguntarse: ¿cómo hacer para llamar al público a nuestros espectáculos? Tal vez ir a lugares no convencionales y despertar ese interés de las personas de una manera natural, cotidiana. Y siento que el público también está buscando eso”, dice.

Para el trabajo de El silencio, el director tomó referentes como la obra Amor de cuarentena, que se realizó a través de audios de WhatsApp, original del argentino Santiago Loza y que Barazarte dirigió durante el primer año de la pandemia. También de Proyecto Prisma, de la Fundación Suiza para la Cultura, que propone la búsqueda de distintas miradas sobre una problemática a través de producciones de ficción. Y de una instalación de teléfonos que presentó el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

En El silencio intervienen varias premisas. Las principales: ¿el público atenderá o no atenderá el teléfono que suena? ¿El personaje habla o calla? Trabajar desde la ausencia de diálogos en el teatro, añade el director, es un arma de doble filo: “Te puede dar una atmósfera de presencia importante, de información contundente, y creas una expectativa, una tensión. Pero si los silencios están mal colocados, pierde ritmo la obra y eso debilita al espectador, empieza a pensar cuándo se terminará, no le consigue un sentido. Para nosotros ha sido un trabajo arduo lo que hicimos aquí, porque si bien leímos el texto muchas veces, me interesaba que cada actor entendiera su personaje o lo que hacía en el espacio. Creo que eso fue importante para comprender el tema del silencio. Y creo que se logró. Me conecto con esta pieza porque se genera una expectativa, comienzas a dudar, a preguntarte qué le habrá pasado al otro. Cuando desde un teléfono uno se queda: ¿Aló? Y empieza el cuestionamiento. Me parece interesante que esta autora trabaje el pensamiento del ser humano. El entender que el silencio entre cada oración es importante”.

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Finaliza Barazarte: “Lo que busco es que la persona se vaya con algo que sucedió. Y aunque tal vez no lo comprenda, que se vaya con una dinámica distinta, esa que lo fuerza hacia un lugar donde tal vez no ha mirado y que este instrumento sea un foco o una bulla. Esto de ir a lugares inesperados y que la gente se consiga un teléfono creo que es interesante”.

Obra El Silencio 02
Foto: Cortesía Rafael Barazarte

Un espectáculo inclusivo 

Cuéntame polaco es la propuesta escénica de Daniela Vielman, y la que finaliza esta primera muestra de dramaturgia contemporánea europea. Se vale de la narración oral, la danza, la música y elementos circenses y de iluminación para contar leyendas medievales, historias románticas y poesía a partir de la recopilación de textos de la Premio Nobel Wisława Szymborska y el famoso escritor Józef Ignacy Kraszewski. Las funciones serán del 14 al 16 de junio en la Sala La Viga del Centro Cultural Chacao, a las 6:00pm. 

“Esta idea surge de las ganas y de la necesidad de presentar algo distinto para el público caraqueño. Por eso decidí hacer un espectáculo de narración oral escénica o de cuentacuentos. Porque hay una falsa creencia de que este tipo de espectáculos es para niños, pero la verdad es que no; porque a nosotros los adultos también nos encanta que nos cuenten cuentos y siempre estamos por la vida echando cuentos de todo lo que nos pasa, cuentos que inventamos, el día a día lo narramos a través de cuentos e historias. Y de esto se trata Cuéntame polaco: un espectáculo de cuentos para adultos que bien lo puede disfrutar toda la familia, porque la verdad es una obra fresca y divertida”.

A través de su propuesta escénica, además, Vielman busca traer a la capital del país una dinámica que, dice, tiene más espacio en las regiones: “La narración oral es el origen de todo. Desde antes de existir los libros ya existían las historias, y antes de eso ya había voces de hombres y mujeres que iban de pueblo en pueblo contando las grandes hazañas, los descubrimientos, las conquistas y las grandes cosas que iban pasando en las aldeas. Con la evolución del ser humano, del arte y del teatro mucha de esa tradición ha quedado atrás porque tenemos grandes obras y espectáculos que resumen y cuentan la historia. Aquí en Caracas es muy poco común ver espectáculos de cuentacuentos, y los que se ven generalmente son dedicados a un público infantil. Sin embargo, en el interior del país hay un gran movimiento de narradores orales escénicos, de hecho existe el Movimiento de La Tradición  y la Narración Oral Escénica de Venezuela, del cual formo parte, y que integra cuenteros populares que hacen ese trabajo de mantener viva la tradición de la palabra oral, para pasarla de generación en generación”.

Cuéntame polaco incluye la participación de una actriz de la Compañía Nacional de Teatro Down, que actualmente encabeza Vielman.

“Tengo la fortuna y el privilegio de dirigir esta agrupación que está cumpliendo 23 años de fundada. Durante este tiempo, 70 jóvenes y adultos con síndrome de Down han tenido la posibilidad de formarse y capacitarse en el área teatral. El creador de esta compañía fue Ignacio Márquez, un director de cine muy admirado y querido por todos nosotros; luego estuvo al mando Juliana Cuervo, Premio Nacional de Cine y una gran actriz venezolana. Y yo la dirijo desde hace unos tres años. Actualmente estamos trabajando en nuestra próxima obra, que va a ser a mediados de julio, en la que este grupo de actores seguirá mostrándole al país de lo que es capaz y sobre todo –algo que siempre digo–que en el escenario no existen las limitaciones ni existen las discapacidades. Yo los invito a que cada vez que vean algún espectáculo de teatro inclusivo, lo apoyen; porque detrás de esa obra, así como de cualquier otra, pero especialmente esta, hay un gran esfuerzo, una gran disciplina, una gran responsabilidad y muchas ganas de hacer”, finaliza la directora. 

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