- Se trata de la segunda dimisión que enfrenta el gobierno de Alberto Fernández en los últimos meses luego de que renunciara en junio el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas | Foto: EFE.
Martín Guzmán renunció el sábado 2 de julio al Ministerios de Economía de Argentina, la cual dirigía desde 2019. Se trata de la segunda renuncia que enfrenta el gobierno de Alberto Fernández en los últimos meses en sectores claves para el sector económico y productivo del país, luego de que en junio dimiteria el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas en junio.
La renuncia de Guzmán la hizo pública a través de una extensa carta de siete páginas enviada al Ejecutivo argentino y compartida a través de su cuenta en Twitter. En la misma habla sobre cómo fue su labor como ministro de economía, así como la reconstrucción de la deuda pública y la recuperación económica del país.
Algunos miembros del equipo de Guzmán también renunciaron posteriormente, como Raúl Enrique Rigo del sector Hacienda, Roberto Arias de Política Tributaria y Fernando Morra de Política Económica. Tras el anuncio, el presidente Alberto Fernández llamó a una reunión con su equipo de gobierno para determinar las acciones a seguir ante la renuncia del economista, quien, de momento, no tiene reemplazo inmediato.
¿Quién es Martín Guzmán?
Nacido en 1982 en la ciudad bonaerense de La Plata, Guzmán es un aficionado al tenis y a las matemáticas cuando, en 2001, la peor crisis que ha vivido la historia contemporánea argentina le impulsó a seguir la carrera de Economía.
Se graduó en la Universidad Nacional de La Plata en 2005, a la que siguieron estudios de posgrado en la Brown University, de Estados Unidos. Y en en 2013 se convirtió en investigador de la Universidad de Columbia, en Nueva York, bajo la supervisión de Joseph Stiglitz, Nobel de Economía 2001.
Residió en Estados Unidos desde 2008 hasta que Alberto Fernández llamó a su puerta a finales de 2019. Martín Guzmán tomó ese año las riendas económicas de una Argentina condicionada por la recesión, la alta deuda externa y la explosiva mezcla de devaluación e inflación.
En dos años y medio en el cargo, al que renunció el sábado, el joven ministro logró llegar a acuerdos con los acreedores privados y el FMI e iniciar la recuperación económica, pero no pudo con las fuertes tensiones políticas que le han costado el puesto.
Discípulo del Nobel de Economía Joseph Stiglitz y con un brillante currículum académico, Guzmán asumió como ministro con la llegada al poder de Alberto Fernández, quien ganó las elecciones al liberal Mauricio Macri, presidente entre 2015 y 2019, periodo en el que la economía entró en una crisis que llevó al entonces presidente a firmar el millonario préstamo con el Fondo Monetario Internacional que el actual Ejecutivo ha logrado refinanciar.
De perfil económico heterodoxo, Guzmán aterrizó en el ministerio más desafiante del país con apenas 37 años y sin experiencia en los entresijos de la política. Pero sí con fuertes conocimientos en crisis y deudas soberanas, campos de investigación en los que profundizó durante años, al igual que en macroeconomía internacional, políticas monetarias y temas de desarrollo económico.
Un turbulento mandato
A las tensiones financieras, recesión y la altísima inflación con las que se encontró al asumir como titular de la cartera económica, se sumarían, apenas tres meses después, los efectos de la pandemia de covid-19.
Un contexto en el que Guzmán -de carácter apacible y con una forma de hablar firme pero sosegada- inició las intensas negociaciones para reestructurar bonos por 105.000 millones de dólares en manos de acreedores privados liderados por poderosos e implacables fondos de inversión, un proceso que concluyó con una reestructuración en septiembre de 2020.
Sin olvidar las no menos complejas negociaciones iniciadas en 2020 con el FMI para refinanciar el préstamo de 44.500 millones de dólares de 2018, mediante un acuerdo firmado en marzo de este año.
En apoyo a su discípulo, el propio Stiglitz llegó a decir que Argentina no podría haber sido más afortunada al contar, para lograr esa reestructuración, con un verdadero “experto mundial” en deudas soberanas, que no solo aportó su conocimiento a la negociación sino también una “calma zen” para lidiar con los acreedores.
Si bien en 2021 la economía argentina logró salir de la larga recesión, la gestión de Guzmán no ha conseguido frenar la desorbitada inflación que sigue ahogando al país, ni frenar la desconfianza generalizada en el peso argentino, ni solventar el complicado escenario de dólares en el Banco Central que mantiene vigentes enredadas restricciones cambiarias.
Las sombras del Kirchnerismo
Sin duda, además del talante y “calma zen” para abordar el problema de la deuda, Guzmán ha tenido que navegar en las aguas turbulentas de las disputas políticas, un mundo desconocido para él hasta desembarcar como ministro.
Uno de los peores momentos con los que debió lidiar es el que se desencadenó tras la derrota del oficialismo en las primarias legislativas, cuando la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que fue presidenta entre 2007 y 2015, hizo públicas sus críticas a la política económica.
Unos reproches que derivaron en una reestructuración del gabinete de Gobierno, pero el presidente Fernández sostuvo a Guzmán, a quien definió como un ministro “excepcional” y de “una capacidad e integridad moral única”.
No obstante, sectores del kirchnerismo han continuado objetando la política de Guzmán, incluso hasta oponerse abiertamente a lo que este negoció con el FMI.
En medio de esas críticas del siempre influyente y poderoso sector al que pertenece la viuda del también expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), el final de Guzmán parecía escrito. Y el 2 de julio, los rumores que desde hace meses circulaban acerca de su salida se han acabado convirtiendo en realidad.
¿Cuál será el panorama económico para Argentina tras la renuncia de Martín Guzmán?
La economía de Argentina inicia un desafiante semestre, con exigentes metas a cumplir en materia fiscal y monetaria pactadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y un acotado poder de maniobra derivado de serios desequilibrios macroeconómicos y un contexto internacional adverso.
Tras haberse recuperado 10,4 % en 2021, poniendo fin a tres años de severa recesión, la segunda economía suramericana logró mantenerse a flote en la primera mitad de 2022, con tasas positivas de crecimiento, pero mucho menores a las del año pasado, en un complejo escenario global convulsionado por la guerra en Ucrania.
Para el segundo semestre los pronósticos privados son de mayor desaceleración, cerrando el año con un crecimiento del 3 %, aunque un resultado tal podría ser no tan malo en vista a las múltiples amenazas que se ciernen sobre la economía argentina. Una de estas amenazas es la falta de divisas, el u0022combustibleu0022 para la economía.
La balanza comercial afronta las presiones de precios internacionales elevados. Aumentaron las exportaciones agrícolas, pero las necesidades de importación de energía harán que Argentina recorte este año su superávit comercial hasta los 11.000 millones de dólares, según cálculos privados.
El nuevo precio récord del dólar en Argentina también se explica por una mayor demanda para cobertura por parte de los inversores, temerosos de que la situación financiera empeore en los próximos meses, hasta el punto de obligar eventualmente al Tesoro a hacer una reestructuración de títulos de deuda soberanos en el mercado doméstico.
La renuncia del ministro Martín Guzmán, encargado del área económica desde que Alberto Fernández llegó a la Presidencia en diciembre de 2019, no hace sino elevar la incertidumbre por el devenir del país, cuando aún queda más de un año para los siguientes comicios presidenciales.
Con información de EFE…