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- El mandatario, de 67 años de edad, recibió la postulación del Partido Liberal para competir por un segundo mandato. En un acto cargado de un fuerte discurso religioso, arremetió contra el Supremo Tribunal de Justicia y contra su principal rival, el expresidente Lula da Silva.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, presentó su candidatura para la reelección este domingo 24 de julio, postulado por el Partido Liberal (PL). Competirá oficialmente en las elecciones del 2 de octubre de 2022 contra el expresidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, abanderado de la izquierda y favorito en las encuestas.
Bolsonaro asumió la candidatura durante la convención del PL, realizado en el en el pabellón deportivo Maracanazinho, en Río de Janeiro, y que reunió a unos 10.000 simpatizantes. Allí confirmó al general de la reserva del Ejército Walter Souza Braga Netto como candidato a vicepresidente. Estuvo acompañado por varios ministros de su gobierno y figuras políticas, como el expresidente Fernando Collor de Mello y el exfutbolista y senador Romario.
En el poder desde 2018, el líder derechista ha tenido un gobierno polémico. De acuerdo con la agencia EFE, en su historial figuran escándalos por incentivar el uso de armas entre civiles, desobedecer a la Justicia y flexibilizar la legislación ambiental. Pero su actuación más criticada fue el manejo de la pandemia de covid-19, que ya ha segado la vida de casi 700.000 brasileños. En todo momento abordó el virus con negligencia, desde considerarla “una simple gripe”, hasta sus comentarios antivacunas, a pesar de ya haber padecido dos veces la enfermedad.
Aferrado a la fe
En el acto, Bolsonaro rompió los protocolos y dio la primera palabra a su esposa Michelle, quien en un mensaje de alto tono religioso recordó el atentado del que fue víctima Bolsonaro cuatro años atrás y exaltó las cualidades de su marido, de quien dijo “es el escogido de Dios” para guiar a Brasil.
“Solo Dios me saca de la silla presidencial”, repitió como un mantra el mandatario. Durante su campaña de 2018 se apoyó en los grupos evangélicos para llegar a la Presidencia, por lo que también le dio protagonismo a la religión en esta oportunidad, comenzando la actividad con una oración.
Haciendo alusión a la familia y a la defensa de los valores pero sin mencionar su nombre, Bolsonaro acusó a Lula de promover el aborto y las drogas y de querer “enseñar sexo” a los niños mediante la “ideología de género” que, según él, quiere implementar en las escuelas si llega al poder.
“Esa misma persona que quiere legalizar el aborto en Brasil, esa misma persona que quiere legalizar las drogas en Brasil, esa misma persona que dice que la guerra de Ucrania se resuelve tomando cerveza… ¿será que sabe lo que sufre una madre con un hijo dependiente de drogas?”, dijo Bolsonaro en tono de reproche.
Contra Lula y la Corte
En el Maracanazinho, que estuvo adornado con los colores verde y amarillo de la bandera, el mandatario se extendió en las críticas contra Lula y al Supremo Tribunal Federal, con el que mantiene una fuerte disputa desde hace años.
Sin mencionar directamente esas tensiones con el Poder Judicial, exaltó a varios políticos que actualmente están presos por conflictos similares con la justicia. También se refirió al máximo tribunal en un tono irónico que caldeó los ánimos en el recinto. “Hoy también se sabe lo que es el Supremo Tribunal Federal”, dijo, mientras que sus seguidores lo apoyaron con un fuerte abucheo y un coro que repetía “supremo es el pueblo”.
Bolsonaro recordó además las acusaciones que llegaron a poner a Lula en la cárcel, luego de que se descubriera su vinculación con tramas de sobornos de la empresa constructora Odebrecht. “En Brasil no se invertía en infraestructura porque la prioridad era otra: la corrupción”, dijo.
Durante su intervención, el mandatario también habló de su encuentro con el presidente ruso, Vladímir Putin. Consideró su alianza con Rusia necesaria para “garantizar la seguridad alimenticia de Brasil y del mundo”. Esto por ser el principal proveedor de fertilizantes de Brasil, que es uno de los mayores exportadores de alimentos del planeta.
Bolsonaro, el antisistema
Con un estilo agresivo e irrespetuoso, Bolsonaro, fue durante casi tres décadas un diputado de bajo perfil. De aquella época solo destacó por sus declaraciones en defensa de la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985. No es para menos, ya que durante ese período se formó como paracaidista del Ejército en la Escuela Militar de las Agulhas Negras, en Río de Janeiro. Llegó hasta el rango de capitán.
En 1986, con la democracia ya de vuelta, escribió un explosivo artículo en la prensa en el que reivindicó mejores salarios para la categoría, llamando casi a la insubordinación. Le costó dos semanas en el calabozo y un proceso en la Justicia militar. Al final acabó por abandonar los cuarteles en 1988, cuando inició su trayectoria política.
Fue elegido concejal en Río y, dos años después, dio el salto a la Cámara de los Diputados, donde encadenó siete mandatos consecutivos en los que se fue abriendo paso a golpe de polémica. Tener un discurso provocador y políticamente incorrecto ha sido su marca, incluso como presidente. “Brasil tiene que dejar de ser un país de maricas”, afirmó en noviembre de 2020 en un acto público, descalificando las restricciones contra el covid-19.
En este 2022 cuenta con la maquinaria del Estado a su favor, aunque su imagen está desgastada después de una errática gestión del coronavirus, una inflación del 12 % y un crecimiento económico raquítico.
Con información de EFE
