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- El economista Giorgio Cunto mencionó, durante un foro de la Escuela de Economía de la UCAB, el conjunto de limitaciones y restricciones que no permiten la recuperación del sector
La recesión económica de Venezuela es una de las más largas y profundas de la historia desde la Guerra Federal. De acuerdo con especialistas, la caída de la economía en el país que inició en el año 2014 es de al menos 75 % a 80 %.
Aunque el país muestra signos de una posible recuperación económica, los panoramas para lograr una estabilidad sostenida son complejos.
“Esa recuperación que estaba teniendo Venezuela pudiera ser no sostenible por varias razones: primero, por el techo de crecimiento porque hay un conjunto de limitantes estructurales que no le permiten crecer más allá de ese techo; y segundo, hay un conjunto de condiciones que no están dadas para tener un crecimiento económico estable”, señaló el economista Diego Lombardi.
Durante el foro denominado “La recuperación de Venezuela ¿Es posible?¿En cuanto tiempo?”, realizado por la Escuela de Economía UCAB y la Fundación Konrad Adenauer, el especialista precisó que, en un panorama “optimista”, en los próximos dos años pudiera haber un crecimiento de aproximadamente 20 % a 22 %, asumiendo un auge en la inversión y en el uso de capacidad instalada.
Enfatizó que aunque una recuperación es posible, debido a que los países siempre encuentran la forma de progresar, la pregunta radica en cuánto tiempo se necesita para lograrlo.
Lombardi añadió que el tiempo de recuperación dependerá de las múltiples variables de la situación actual del país, las cuales no se pueden controlar para estimar una duración exacta.
Lejos de un “milagro económico”
El economista e investigador de Ecoanalítica Giorgio Cunto mostró los antecedentes del crecimiento económico histórico de Venezuela y de otros países para estimar cómo serían los diferentes escenarios de recuperación.
En este sentido, mencionó que el país está lejos de poder lograr un “milagro económico” para regresar al tamaño de la economía que tuvo a finales de 1998 y en 2013, como ocurrió con Japón y Alemania luego de la Segunda Guerra Mundial.
Agregó que volver a las tasas de crecimiento previas a la crisis deja al país muchas décadas de distancia para lograr estar en el mismo punto de partida. “Para volver a crecer como la Venezuela ‘bolivariana’ (2006-2013) o ‘saudita’ (1973-1982) se necesitan de tres a cinco décadas”, enfatizó.
Limitaciones y desafíos para la recuperación económica
El especialista Giorgio Cunto destacó que el mayor desafío para la recuperación del país se encuentra en la larga lista de restricciones.
En este sentido, Cunto indicó que ese panorama deja en desventaja a Venezuela debido a que su principal fuente de competitividad, que es el sector petrolero, está entrando en un nuevo paradigma energético que hace menos probable un apogeo del petróleo.
“La industria petrolera seguirá siendo punta de lanza de la economía venezolana para las próximas décadas, sin embargo, asumir que se puede depender de ello para tener nuevamente un negocio petrolero que subsidie a todo lo demás está bastante lejos”, aseveró.
Otra de las restricciones que mencionó el economista es la baja productividad y competitividad de la industria local. Además, mencionó el limitado espacio que tiene el país para diversificarse a actividades más complejas.
“En el plano político hay limitado rango para ajustes de naturaleza trascendental, ya que los incentivos favorecen al statu quo y por ende la mayoría de los arreglos y acuerdos son paliativos. No necesariamente hay cambios que se traduzcan en las condiciones para el crecimiento”, añadió.
Factores estructurales
La economista y consultora Claudia Curiel indicó que existen temas estructurales que se deben considerar, como la concentración del mercado del país, la precariedad institucional respecto a la actividad económica y el desaprendizaje tecnológico. Lo que no solamente viene dado por la emigración, sino también porque se han abandonado las celdas de incorporación de innovación y aprendizaje.
“Estamos en una sociedad cuyo desempeño y configuración se ha basado en el papel de la renta petrolera, pero ya hay unos rasgos de mercado que apuntan en otra dirección y que necesariamente problematiza una sociedad que tiene que atravesar unas transiciones”, detalló.
Curiel precisó que esos son factores que caracterizan las condiciones actuales del país. Sin embargo, sostuvo que recuperarse con todos esos temas estructurales no es el mayor desafío.
“El desafío más grande es dibujar un punto de llegada que reconozca unos enormes cambios tecnológicos, que exista una economía que esté abierta y que la sociedad tenga otra configuración”, agregó.
La especialista puntualizó que la estabilidad macroeconómica del país tiene que darse como una condición, por lo que los ejercicios de prospectivas son necesarios para poder identificar las limitaciones y restricciones para encontrar soluciones para avanzar.
