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- Varias escuelas y liceos no empezaron las actividades por el mal estado de sus infraestructuras. En otros centros la asistencia fue masiva, pero los docentes decidieron iniciar con clases de integración, no académicas. Foto: José Daniel Ramos @danielj2511
A las 7:00 am de este lunes 3 de octubre en los alrededores de la Unidad Educativa Experimental Venezuela, ubicada en el centro de Caracas, el ambiente escolar era el gran ausente: no había niños, representantes ni tampoco docentes en la entrada de la institución. En su lugar estaba un grupo de obreros que comenzó recientemente a realizar trabajos en el centro educativo. Es un panorama atípico para esta fecha que fue pautada por el Ejecutivo para el comienzo del año escolar 2022-2023 de todos los niveles educativos. Y es que no todo el sector pudo sumarse por diversos motivos, uno de los más comunes precisamente fue el mal estado de las infraestructuras de las escuelas.
Ana Valeska Morales, directora de la Unidad Educativa Experimental Venezuela, supervisó los avances de las obras durante este lunes. Comentó que no sabe con certeza cuándo comenzarán las clases presenciales en el plantel, el cual cuenta con una matrícula de 1.968 estudiantes.
“Vamos a ir avanzando esta semana. No sabemos con exactitud, pero esperamos que puedan comenzar la próxima semana. Esta es una escuela que tiene 83 años y nunca se le había dado una manito”, dijo en entrevista para El Diario.
La reparación del plantel es algo que habían solicitado maestros, representantes e incluso sindicalistas del sector, en varias oportunidades, dado su alto estado de deterioro. Sin embargo, los trabajos tomaron por sorpresa a muchos docentes.
Griselda Sanchéz, presidenta de la Formación de Dirigentes Sindicales (Fordisi), denunció a través de sus redes sociales que en parte de los estantes que sacaron de la escuela había material pedagógico de los maestros, a quienes no se les notificó previamente para sacarlos.
La Unidad Educativa Experimental Venezuela no fue la única que permaneció cerrada este lunes. La escuela básica Josefina Daviot, ubicada en La Candelaria, no pudo comenzar las actividades académicas por el mal estado en el que se encuentra su infraestructura, Personal del plantel aseguró a El Diario que ya hay trabajadores reparando las fallas.
Al menos 16.000 escuelas con daños en su infraestructuras
El deterioro de la infraestructura de las escuelas ha sido un tema denunciado en reiteradas oportunidades por voceros del sector educativo, especialmente desde octubre de 2021 cuando docentes y alumnos retornaron a las aulas de clases tras dos años de educación a distancia.
La cifra exacta de instituciones en mal estado es difícil de precisar. La ministra de Educación, Yelitze Santaella, dijo en julio de 2022 que “son poco más de 8.800 centros educativos” en mal estado, los cuales aseguró que serían atendidos por las Brigadas Comunitarias Militares (Bricomiles).
En septiembre de 2022, Alexander Borges, miembro de la Federación Nacional de Colegio y Sindicatos de Trabajadores Profesionales de la Educación de Venezuela (Fenatev), denunció en entrevista con Radio Fe y Alegría que 80 % de las instituciones públicas del país no habían recibido ningún tipo de atención para mejorar su infraestructura.
Por su parte, Carmen Teresa Márquez, secretaria general de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), coincidió en que no existían condiciones en las escuelas públicas para el regreso a clases porque cerca de 16.000 instituciones presentaban serios daños. Es decir, casi el doble de las que reconoció Santaella.
“Lo que están colocando son unos paños calientes, la mayoría está destruida, sin mobiliario, saqueadas por el hampa, sin baños, sin electricidad, sin agua; es decir, no están acordes para recibir a la población estudiantil”, afirmó.
De acuerdo con la primera Encuesta de Establecimientos Educativos, elaborada en septiembre de 2021, estas escuelas presentan fallas en servicios de agua, electricidad e Internet. También tienen visibles daños en sus infraestructuras filtraciones y faltas de bibliotecas y canchas deportivas.
Asistencia de estudiantes y docentes
A unos metros de la Unidad Educativa Experimental Venezuela está el Complejo Educativo Andrés Bello, ahí el panorama era distinto. Comenzaron las clases con todos los niveles de básica y primer año de bachillerato, el resto se irá incorporando esta semana de manera progresiva.
La asistencia de estudiantes a la institución fue media si se compara con el número de su matrícula (alrededor de 1.200 estudiantes).
Ana González tiene una hija que cursa quinto grado en este centro. Dice que la comunicación entre representantes y docentes para este inicio de año escolar fue buena, especialmente cuando hubo confusión sobre la fecha de inicio de clases.
Sobre los útiles asegura que la lista no fue extensa y que la institución ha sido flexible con el tema del uniforme escolar, especialmente con el tipo de zapatos, los cuales suelen ser uno de los accesorios más costosos para el regreso a clases.
En un recorrido previo el equipo de El Diario pudo constatar que un par de zapatos escolares oscila entre los 10 y 40 dólares. Mientras que un uniforme (chemise, pantalón y bolso) puede costar hasta 50 dólares. Precios muy por encima del salario mínimo que actualmente ronda los 16 dólares.
Los trabajadores de las ferias escolares que fueron consultados reconocieron que las ventas han estado muy por debajo en comparación con años anteriores. Esto refleja cómo los altos costos de estas prendas y de los útiles escolares deja a muchos padres y representantes sin posibilidades.
El tema de la flexibilización de uniformes también se maneja en el Colegio San Judas Tadeo, ubicado en La Pastora, donde son comprensibles en torno al tiempo que puede tomar a un representante comprar todo el uniforme escolar.
“Todos deben estar uniformados, pero en caso de no tenerlo el representante puede enviar una constancia detallando la situación y para cuándo podría solventar y se le permite al niño seguir viniendo”, explica Nelly Castillo, coordinadora de la institución.
Pese a que este lunes iniciaron formalmente las actividades educativas en el Colegio San Judas Tadeo, aún hay representantes inscribiendo a alumnos esta semana.
En este plantel comenzaron las clases preescolar y primaria. La próxima semana se incorpora bachillerato. Castillo afirma que la asistencia de estudiantes y docentes fue masiva este lunes.
En el Colegio Fe y Alegría Las Mayas la asistencia de estudiantes y docentes también fue alta, salvo el maestro de Educación Física cuya vacante aún está disponible. Durante estos dos primeros días de clases se tienen previstas actividades recreativas y de integración, no académicas.
Además, al igual que en el Colegio San Judas Tadeo, se mantienen activas las incripciones de nuevos alumnos.
Ausencia de docente fue de casi 60 %
La Unidad Democrática del Sector Educativo (UDSE) estima que la asistencia estudiantil fue de un 20 % en todo el territorio nacional. Mientras que el déficit de docentes se ubicó en casi 60 %.
Además, UDSE añade que apenas el 15 % de las instituciones ofreció el Servicio de Alimentación Escolar a los alumnos.
Carmen María Ruiz, coordinadora de pastoral del centro, comenta que en el mes de agosto se trabajó en la recuperación y mantenimiento de los espacios del plantel para poder recibir a los niños.
Desde agosto se inició un trabajo de remodelación de cocina, baños, pintura para salones, cambio de bombillos. Esto también se logra con la ayuda de los padres y representantes que colaboran con productos y otros utensilios
Uno de los puntos más críticos por tratar en este año escolar serán las deficiencias de aprendizaje por las clases a distancia, afirma la docente. Se trata de un problema que persiste en muchos alumnos del centro educativo. “Todos los niveles están perjudicados, especialmente preescolar, primer grado y segundo en el área de la lectura , es difícil aprender a leer por medio de una computadora”, dice.
El avance en estas áreas dependerá en gran medida de que no haya interrupciones en el calendario escolar, tal y como sucedió semanas antes del inicio de año escolar, el cual tradicionalmente está pautado para la primera quincena de septiembre pero se pospuso hasta el 3 de octubre por orden del Ejecutivo.
“Se está trabajando en función de que ellos puedan avanzar esos niveles de aprendizaje acorde a su curso. Hay programas educativos nuevos y estrategias nuevas que están impulsando para que el muchacho pueda aprender, tenemos fe en eso (…) Es cuesta arriba porque a veces trabajamos muy solos. Las propuestas que damos no tienen un seguimiento por parte de los representantes (…) Empezar el 3 de octubre fue un tranca para Fe y Alegría porque se interpone en el proceso pero bueno, uno se ajusta y trata de salir adelante”, agrega.
