- Desde febrero han muerto más de 5.000 civiles, así como 9.000 militares ucranianos y 25.000 militares rusos, con una cifra de refugiados que supera los 7 millones de personas, según la ONU. A propósito del acercamiento de Ucrania con Latinoamérica, el equipo de El Diario conversó con el diplomático Ruslan Spirin, quien ofreció un análisis sobre el conflicto | Foto: José Daniel Ramos (@danielj2511)
Tras casi ocho meses, Ucrania continúa resistiendo a la guerra iniciada por Rusia. El 7 de octubre, el presidente Volodímir Zelenski anunció que recuperaron al menos 2.500 kilómetros cuadrados desde el comienzo de la contraofensiva para rescatar los territorios ocupados por fuerzas rusas. Es una nación que a pesar de vivir una de sus peores épocas, se mantiene de pie y gira ante el mundo en busca de apoyo, y así como lo hizo con Europa, ahora lo hace con América.
En medio de la tensión regional por la crisis energética que ha ocasionado la guerra y el temor global por posibles ataques nucleares rusos, Ucrania emprendió desde hace varias semanas una operación militar para recuperar su territorio ocupado, incluyendo Crimea, tomada por Moscú en 2014.
A pesar de que Rusia ocupa aproximadamente el 20 % del país, y anexó con un referendo amañado a otras ciudades al este ucraniano, se han recuperado más de 29 ciudades y 96 localidades, incluyendo Jersón y Jarkóv, anunció el presidente Zelenski. Separatistas prorusos, por su parte, reivindicaron conquistas en el este en Otradivka, Vesela Dolina y Zaitseve en Donetsk, pero aun así, las fuerzas ucranianas se mantienen esperanzadas que ganarán el conflicto con el apoyo militar y económico de distintos países del mundo.
Lazos históricos
Para Ruslan Spirin, encargado de Ucrania para América Latina y el Caribe, los lazos entre Latinoamérica y Ucrania son históricos e importantes para el país. Durante los años de poderío ruso en la Unión Soviética (1922-1991), donde los ucranianos debían dar todos sus bienes a Moscú, miles de ucranianos huyeron. Explica que en América, lo hicieron principalmente a Estados Unidos, Argentina y Brasil, porque la política migratoria en esos países era favorable y también se les brindó terrenos para poder trabajar.
Durante la Segunda Guerra Mundial, con los ataques Nazis, también ocurrió la segunda ola de inmigración ucraniana a distintos países de América y otras partes del mundo. En la década de los noventa, cuando Ucrania se independizó y se convirtió en República, siguió teniendo conexión con Latinoamérica. Ahora que desde el 24 de febrero de 2022, con la toma de Donetsk y Lugansk, el país está en guerra, las relaciones con los países del mundo han recobrado su significado.
Cifras de la guerra
La guerra ruso-ucraniana ha dejado a la fecha la mayor crisis humanitaria y un despliegue militar que supera el millón de personas, el mayor desde la Segunda Guerra Mundial en Europa. De acuerdo con el alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, han muerto hasta septiembre más de 5.916 civiles y 8.616 personas han resultado heridas.
De acuerdo con cifras registradas por The New York Times, las bajas militares ucranianas superan las 9.000 personas y las rusas rebasan las 25.000 personas. No obstante, Estados Unidos estima que las muertes militares rusas podrían ser mayores, hasta 60.000 personas. Además, Ucrania ha gastado 113.500 millones de dólares en la guerra, con compromisos de donaciones de otros países que superan los 83.000 millones de dólares en asistencia y armamento.
El alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (Acnur) estimó hasta septiembre que la guerra ha llevado a 7,4 millones de ucranianos a huir del país, principalmente a Rusia, Polonia, Alemania, Hungría y Rumania, también aseveró que parte de la población ha regresado, sin revelar cifras. La ONU también anunció hace varias semanas que investigarán los presuntos crímenes de guerra ejecutados por fuerzas rusas.
El también exembajador de Ucrania en México considera que “no se puede confiar en Rusia”. Pone el ejemplo de cómo ese país rompió lo establecido en el Memorandum de Budapest (1994), que hizo posible el desarme de potencias nucleares a cambio que se respetara la soberanía e independencia.
“Cuando Rusia inició la guerra pensaron que conquistarían al país en tres o cuatro días”
“Para Ucrania todas las naciones son hermanas. Tenemos relaciones buenas con los distintos países. Somos un país pacífico y demostramos que para nosotros lo más importante es vivir en paz, hacer negocios, comercio, intercambio cultural, como se hace en todo el mundo. Somos pacíficos porque hemos mostrado al mundo, porque cuando Ucrania fue tercera potencia nuclear mundial, nos deshicimos de él material nuclear, mostrando al mundo que somos un país pacífico y pretendemos vivir en paz”, agregó Spirin.
El diplomático considera fundamental dar a conocer en Latinoamérica la situación sobre la guerra en Ucrania, a diferencia de la propaganda difundida por medios rusos. Según Spirin, Rusia gasta millones de dólares ”para mantener desinformado a todo el mundo” con sus técnicas de desinformación creadas y desarrolladas desde la Revolución Bolchevique (1917-1923). Igualmente dice que, así como lo fue Estados Unidos, Ucrania ahora es el “enemigo número uno” de Rusia.
“Cuando Rusia inició la guerra pensaron que conquistarían al país en tres o cuatro días, pero no lo lograron”, opinó Spirin. En lugar de eso, se ha prolongado la crisis en el país, lo que ha generado una situación que compromete distintos ámbitos de la economía en Ucrania, incluyendo la agricultura, una de las principales fuentes de ingresos de la nación.
Los bombardeos también han generado destrucción, según The New York Times, en más de 130.000 edificios, 2.290 centros eductivos, 1.991 tiendas, 473 hospitales, 511 edificios adminstrativos, 28 depósitos de petróleo, 18 aeropuertos y 24.700 kilómetros de carreteras fueron dañadas.
“Toda la población civil ucraniana, el Ejército, se levantó contra los ocupantes enemigos. Se formaron guardias civiles de defensas territoriales y empezaron a luchar con mano enemiga para defender nuestra tierra, nuestros hogares, nuestra familia”, destaca sobre el frente ucraniano.
Ucrania, del campo a la guerra
El encargado de Ucrania para América Latina y el Caribe señala que la fortaleza del país y del Ejército ucraniano está enraizada en su historia, que se gestó desde hace más de 1.500 años, con el imperio Rus de Kiev. También indica que Kiev es una de las ciudades más antiguas del mundo y se considera la cuna de los países europeos.
La historia milenaria que empezó con campesinos y dio paso a una nación moderna, que actualmente tiene más de 600.000 kilómetros cuadrados y 45 millones de habitantes, también cosechó guerreros de acuerdo con el diplomático, quienes han colaborado a desarrollar y proteger el país.
“No solo estamos defendiendo nuestra tierra, estamos defendiendo a Europa”
“Cuanto más rápido ayuden a Ucrania más rápido se retirará el Ejército ruso y restablecer la paz. No solo estamos defendiendo nuestra tierra, estamos defendiendo a Europa. Rusia es una amenaza global y los países del mundo deben entender la gravedad”, expresó el diplomático, quien denuncia que Moscú pretende conquistar otros países si lo hace con Ucrania
A pesar de que Ucrania se mantiene al límite frente al avance ruso, anunció que garantizará la vida y la seguridad a soldados rusos que se rindan Moscú espera sumar hasta 300.000 reservistas a la guerra, en el afán de conquistar nuevos territorios. Es una situación que distintos expertos esperan que se prolongue en el tiempo. Para la reconstrucción posguerra de ese país, se estima que se necesitarán más de 200.000 millones. Luego, Ruslan Spirin tiene la certeza que Rusia quedará aislada una vez finalice la guerra.
“Hay un refrán que dice que en cada suceso malo siempre puedes encontrar algo bueno. Aunque Ucrania esté destruída y robada, eso nos da posibilidad de reconstruir nuestro país. De seguro cuando termine la guerra y reconstruyamos, Ucrania será más moderna. Somos ejemplos para el mundo de cómo se lucha contra los bárbaros”, sentenció el diplomático sobre esa, la nación que resiste.