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- Rafael Sulbarán es un periodista zuliano que emigró a Colombia en 2017. Con una mirada a sí mismo ha contado la diáspora venezolana para medios colombianos hasta producir trabajos con los que ha ganado premios y nominaciones. Foto principal: Marina Ramírez / La Opinión
Han pasado cinco años desde que Rafael Sulbarán dejó Venezuela para buscar, como las historias que cuenta, una mejor oportunidad de vida. En 2017 viajó a Medellín, Colombia, para asistir a una edición del Festival Gabo y cuando llegó el momento de regresar, en la estación de buses se preguntó si tomaba el camino para Maicao o para Bogotá.
“Tenía ganas de quedarme, pero era una decisión de vida, porque si regresaba a Venezuela en ese momento luego se me iba a ser difícil salir. Estaba como un turista, pero con ganas de quedarse”, recordó en entrevista para El Diario. Finalmente tomó el autobús para Bogotá.
Desde entonces ha sido un migrante en Colombia con la oportunidad de ejercer su profesión en varios medios de ese país de acogida. Aunque los primeros meses trabajó en otras áreas, poco a poco logró ganar espacios como reportero, editor y profesor universitario.
En octubre de 2022 recibió la noticia de que un trabajo publicado para un medio colombiano sobre la migración le mereció la nominación para la décima edición del Premio Gabo. Su texto, Menores no acompañados, las víctimas invisibles del éxodo venezolano en Norte de Santander, fue escogido entre 1.980 postulaciones. No consiguió el galardón, pero estar en ese grupo de los 50 mejores trabajos periodísticos de Iberoamérica ya fue una satisfacción, según confesó Sulbarán.
Una mirada local
Rafael David Sulbarán Castillo es oriundo de Cabimas, estado Zulia. Tiene 40 años y es egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta de Maracaibo. En esta zona del occidente venezolano ejerció por más de 10 años, cubriendo fundamente la fuente de deportes. Pero la situación lo llevó a escribir de otros temas y desde que está lejos de su ciudad natal, lo hace para abordar la migración.
El hecho de escribir sobre sus compatriotas y de la crisis que él mismo ha experimentado le ha valido la oportunidad de trabajar para medios reconocidos en Colombia como Blu Radio y Semana, así como ser galardonado con el premio Simón Bolívar 2021 y la nominación al Gabo 2022.
Señala que al analizar el trabajo por el que fue nominado al Gabo, puede decir que este texto aporta una mirada local de un problema universal. Destaca el hecho de que el reportaje se haya escrito para un periódico local como La Opinión, que es un medio grande, pero de Norte de Santander. Eso no solo es un empuje para él como periodista venezolano, sino también para este medio colombiano.
El comunicador añadió que las historias de estos menores migrantes venezolanos son muy humanas y cercanas. Precisó que el aporte lo logró gracias a una larga reportería en la que recabó ocho entrevistas hasta escoger las tres que contaron con más detalles.
Valoró también que dentro de una crisis migratoria un periodista venezolano, que está llegando a un medio de comunicación importante, haga un trabajo destacado y reciba una nominación para un premio como El Gabo y que precisamente sea sobre el éxodo de su país.
Sulbarán confesó que las premiaciones le han llegado de sorpresa, porque poco piensa en ello y considera que ante todo es periodista. Tampoco cree que sea un especialista en migración por el solo hecho de ser venezolano, sin embargo, tiene claro que el migrante llega sin base económica sólida.
Agregó que como migrante tiene una mirada distinta a la del reportero de la zona, porque de alguna manera es narrar sobre sí mismo. “Uno lo vivió, lo conoce y no solo de la migración venezolana sino de la migración en general. Además, ahora miramos distinto a la propia migración en Venezuela, la de los colombianos, los españoles, los italianos que llegaron a Venezuela, y los comprendemos un poquito más”.
La niñez como tema
Rafael Sulbarán señala que su primer trabajo en el área de periodismo fue como profesor universitario de la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior (CUN). Allí estuvo durante cuatro semestres y en ese periodo buscó hacer colaboraciones de manera independiente tras conocerse en 2018 la situación de los caminantes, migrantes venezolanos que recorrían países a pie para establecerse. Se planteó una investigación de los caminantes que presuntamente habían fallecido en el paso por el Páramo de Santurbán. “Al principio era increíble y luego se hizo visible”, destacó.
Luego de la estabilidad laboral que le dio la universidad vino un recorte de personal. Eso sucedió unos meses antes de la pandemia y fue un tiempo difícil, solo contaba con un proyecto sobre la niñez migrante con una reportería puntual para Historias que laten.
Antes de eso había publicado con el Proyecto Migra Venezuela, que fue el que le abrió la puerta de publicar en un medio de Colombia de manera independiente. Pero en pandemia también logró un contrato con este mismo proyecto de Semana, con el que desarrolla una segunda entrega sobre la niñez migrante que luego se hace merecedora del premio al periodismo colombiano Simón Bolívar 2021.
Con esta experiencia previa sobre la niñez, Sulbarán llega a formar parte del proyecto Estoy en la frontera de La Opinión y es cuando comienza su investigación en las calles de Villa del Rosario. Gran parte de sus historias las consiguió en Deredez, una organización que ayuda y brinda orientación y protección a migrantes venezolanos.
En una de esas jornadas de los jueves cuando Deredez reparte sopa conoció a dos de los personajes de sus historias: Ángela y Jair, a Dulce María la conoció por medio de una iglesia cristiana.
“Cuando vinieron las postulaciones para premios, recordé un comentario del editor de La Opinión: ‘Tú deberías postular este trabajo para un premio. Eso fue una pista y al leer nuevamente el trabajo me sorprendí de lo que escribí”, dijo Rafael Sulbarán.
Pero más allá de tener una buena historia y pensar en premios, consideró que su reportaje aporta una mirada sobre las instituciones del Estado. “El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) se presenta como salvador de los niños, que los protegen, pero en los protocolos los niños migrantes no existen”. Añadió que en las entrevistas pudieron conocer que los menores venezolanos les huyen. “Si nos agarran, nos meten en esos albergues y no podemos trabajar y ayudar a nuestra familia”, le decían los entrevistados al comunicador.
Así, con historias tan humanas y propias, este periodista ha trazado un camino y ha aportado al periodismo colombiano desde una visión venezolana.
