- Durante el partido entre Uruguay y Portugal, un sujeto con una camisa de Superman y la bandera arcoiris irrumpió por unos segundos en la cancha del estadio Lusail. También portaba mensajes de apoyo a Ucrania y a las mujeres de Irán
Corría el minuto 51 del partido entre Portugal y Uruguay de la Copa Mundial de Fútbol Catar 2022. El marcador todavía estaba igualado cuando, de pronto, el silbato del árbitro ordenó detenerse y los jugadores voltearon confundidos al ver a un hombre correr entre ellos, perseguido por varios guardias de seguridad, quienes finalmente lo sometieron. Se trata del primer caso de invasión de la cancha registrado en lo que va de competición.
Sin embargo, el elemento más llamativo fue la bandera arcoíris. Esta, que al parecer sería la bandera de la paz italiana, es similar al símbolo de la comunidad LGBTI, el cual está completamente vetado por las autoridades de Catar. Incluso con amenaza de sanciones por parte de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) a las selecciones que se atrevieran a utilizarlo. Tras ser alcanzado por los guardias, la bandera quedó en el sueño y fue recogida por el árbitro iraní Alireza Faghani .
El personal sacó al manifestante en medio de una ovación de los espectadores del estadio. Como es usual, las cámaras cortaron la transmisión del juego y evitaron enfocar al manifestante o la bandera. Las autoridades policiales cataríes todavía no han emitido un pronunciamiento oficial sobre lo que ocurrirá con él y las sanciones que se le impondrán.
Símbolo de paz
En un principio, se creyó que la bandera ondeaba por el manifestante era la del orgullo gay; sin embargo, usuarios en redes sociales observaron que se trata en realidad de la bandera de la paz. Ambas son extremadamente parecidas, salvo que la bandera arcoiris de la paz tiene siete franjas, a diferencia de la LGBTI, que tiene seis. Igualmente, tiene los colores invertidos, incluyendo esa franja añadida de color turquesa. Aunque la diferencia más notable es la inscripción Pace, que significa «paz» en italiano.
Aunque la paloma con la rama de olivo y el logo del desarme nuclear son símbolos universales de la paz reconocidos por la Naciones Unidas, no hay una bandera oficial que represente esta aspiración humana. De allí que naciera una campaña para incentivar a cada país a crear su propia propuesta. En el caso de Italia, se escogió la bandera del arcoiris, la cual se creó durante las marchas por la paz de 1961, inspirándose fuertemente del movimiento contra las armas nucleares.
Esta bandera se hizo popular en 2002, cuando se lanzó la campaña «Paz desde los balcones». Más de un millón de personas de varias ciudades italianas y europeas colgaron la bandera de sus ventanas y balcones en señal de protesta contra la guerra en Irak. A partir de allí la bandera arcoíris se convirtió en una de las más representativas del activismo pacifista, batiendo incluso un récord en Bélgica en 2012, con la bandera de la paz más grande del mundo.
¿Qué sanciones podría recibir?
Irrumpir en una cancha de fútbol durante un partido oficial puede considerarse como un delito menor, aunque las sanciones dependen de la legislación de cada país. A mediados de año, la Premier League aprobó un nuevo reglamento que contempla desde multas más fuertes a los fanáticos que incurran en estas faltas. Incluso sanciones contra los equipos que jueguen de casa, o cuya hinchada protagonice las trifulcas. En otros, como México, no hay ninguna norma formal al respecto.
Un precedente que quizás pueda servir para este caso es el de «Jimmy Jump». El español Jaume Marquet Cot es un espontáneo que en 2010 saltó a la cancha durante la final el Mundial de Suráfrica e intentó tomar la copa. Tras ser arrestado, una corte de Johannesburgo le puso una multa de 2.000 rands (264 dólares).
Al ser un Estado musulmán, Catar se rige por la sharía, que es el código de conducta islámico. Este considera a la homosexualidad como un pecado que se castiga con la pena de muerte. No obstante, a diferencia de otros países como Arabia Saudita o Irán, Catar no ha ejecutado hasta el momento a ninguna persona por su orientación sexual, aunque la pena capital sí está permitida allí. Cabe aclarar que, en dado caso, esto solo aplicaría para ciudadanos musulmanes.
Arcoiris vetados
Lo cierto es que las autoridades de Catar han sido enfáticas en que el uso de la bandera del orgullo gay, así como cualquier otro símbolo del colectivo LGBTI, están terminantemente prohibidos. Así lo manifestó el ministro de Interior de ese país, Abdulaziz Abdullah Al Ansari, durante una entrevista a la agencia AP. «Si él -un aficionado- ondea una bandera de arcoiris y yo se la quito, no es porque lo quiera, que en verdad se la quiera quitar e insultarlo, sino más bien protegerlo», declaró.
«De la nada tomaron a mi amigo del brazo de manera bastante agresiva y lo empujaron lejos de la multitud y le dijeron que se quitara el brazalete (…) Entonces me llevaron con él. Dijeron: ‘Vas a quitártelo y tirarlo a la basura o llamaremos a la policía”, aseguró.
Esto también ha dado pie a varios malentendidos y situaciones incómodas entre el personal encargado de la seguridad y la audiencia. Un ejemplo ocurrió el 21 de noviembre durante el partido Gales vs Estados Unidos. Un grupo de aficionados galeses intentó entrar al estadio Ahmed bin Ali con unos sombreros de colores, los cuales fueron prohibidos por el personal de la puerta. Entre los afectados, a quienes se les obligó a quitarse la prenda, estaba la exfubolista galesa Laura McAllister.
Junto a McAllister estaba el periodista estadounidense Grant Wahl, quien tenía una camisa con un balón de fútbol y un arcoiris. Aunque aclaró que no era un símbolo LGBTI, el personal le impidió la entrada. Incluso lo mantuvieron retenido por 25 minutos, quitándole el teléfono por intentar informar sobre la situación en Twitter. Al final, la FIFA les pidió disculpas a Wahl y McAllister.
Protestas silenciosas
El rechazo de Catar a la diversidad sexual quedó latente desde principios de año, cuando las autoridades de Catar comunicaron que los extranjeros que viajaran al país para el Mundial deberían ceñirse a sus normas. Una sentencia que también se aplicó durante Rusia 2018. En ambos casos, la posición de la FIFA ha sido acatar las costumbres locales, no sin reclamos por parte de varias federaciones.
Varias selecciones manifestaron en esta edición abiertamente su rechazo contra estas restricciones, por considerarlas una violación en contra de los derechos humanos del colectivo LGBTI. En señal de rebeldía, países como Inglaterra, Alemania, Dinamarca, Gales y Bélgica anunciaron que jugarían con la banda conocida como One love. Esta tendría varias franjas de colores en alusión al arcoiris, aunque en un orden distinto para no infringir las normas. Al final, la FIFA también prohibió esa banda y amenazó con sancionar a los equipos que la usen, por lo que sus promotres desistieron de la idea. En su lugar, usaron bandas blancas con la inscripción «No a la discriminación».
Pero no todas las protestas han sido contra los organizadores del Mundial. En su primer partido contra Inglaterra, los jugadores de Irán se negaron a cantar el himno nacional. La canción, que rinde homenaje a los ayatolás, ha sido también abucheado por varios iraníes en rechazo a su régimen islámico. Igualmente, en las gradas se ha podido ver pancartas y mensajes de apoyo a los manifestantes de ese país.