• El comediante del podcast Escuela de Nada, visitará Venezuela en mayo para su gira En vivo. En entrevista a El Diario, habló sobre sus inicios como redactor creativo en un momento en que la comedia venezolana se reinventaba, y cómo entre tropiezos y migraciones logró convertirse en uno de los referentes actuales del humor venezolano

El primer dato curioso que se debe conocer sobre Chris Andrade es que su segundo nombre es Sting, como el líder de la banda de rock británica The Police. Justo un mes antes de su nacimiento, que fue el 15 de marzo de 1988, el músico, ya para entonces solista, había lanzado Nada como el sol, un inusual EP en el que versiona al español algunas de sus canciones.

El segundo dato es que, junto a Leo Rojas y Nacho Redondo, creó en 2018 Escuela de Nada (EDN), actualmente uno de los podcasts más populares no solo en Venezuela, sino en toda Latinoamérica. Esto en parte por su formato de tertulia, donde cada uno aporta su estilo de humor como una extensión de sus propias personalidades. En el caso de Chris, destaca por su profundidad al hablar sobre temas como política o cultura general, dándoles siempre la vuelta para sacar un chiste. Un talento que ha perfeccionado gracias a su larga experiencia como guionista y redactor creativo.

Para su entrevista con El Diario, Andrade intenta romper el hielo haciendo un comentario sobre el clima. Parece que hace frío en Ciudad de México, donde reside desde hace ya seis años. Luego se lamenta por la derrota de los Tiburones de La Guaira en la final del campeonato de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP). Aunque rescata algo bueno: por primera vez en años no se sintió solo alentando a su equipo, en lo que considera como un resurgimiento de esa antigua chispa que apasionaba a los venezolanos cada vez que iban al estadio.

Ciertamente, la conversación empieza como si en lugar de una entrevista, fuera una videollamada con un viejo amigo en el exterior. Precisamente la sensación que busca transmitir en cada episodio de EDN. “Es super interesante ver cómo funciona hablarle a una cámara por horas. Vas siendo como una cebolla a la que le quitas capas hasta descubrir quién eres tú en tu realidad”, afirma.

World tour

El comediante cuenta con emoción que se prepara para su gira Chris Andrade en vivo. La primera parada será España, con presentaciones en Madrid el 16 de marzo y un día después en Barcelona. Luego volará hasta Buenos Aires, Argentina, para el 14 de abril y posteriormente Santiago de Chile, Lima (Perú), Bogotá (Colombia) y de regreso a Ciudad de México.

Sin embargo, el plato fuerte está en Venezuela, donde estará de gira por cuatro ciudades. Comenzará en Maracaibo el 14 de mayo en el Teatro Baralt. Luego en el restaurante Drums Bar & Food, en Lechería (Anzoátegui), el 17 de mayo y en el Teatro Juares de Barquisimeto, el 18 de mayo. Su show cerrará en Caracas, en la Concha Acústica de Bello Monte, el 20 de mayo. 

“Me estoy cocinando un par de cosas interesantes, sobre todo en Caracas, donde el show es de 4.000 personas. Espero que se llene y todo va encaminado a que será así, para que sea una celebración de comedia, de gente que disfrute mi contenido y el de Escuela de Nada. Eso es como una licuadora donde metí emoción, nervios, presión, adrenalina y estrés”, adelanta.

Andrade asegura que, si bien ya había ido a varios de estos países con Escuela de Nada en su tour Semper bichos, esta es la primera vez que lo hace en solitario. También es su primera vez recorriendo Venezuela. En agosto de 2022 se presentó por tres días en el Anfiteatro de El Hatillo, en Caracas, con su show 1845. De ese experimento, en el que se reencontró con la ciudad que había dejado atrás cuando emigró definitivamente en 2017, tuvo la seguridad para querer volver.

“Fui a abrir una puerta que quiero dejar abierta, porque es mi casa. Ahora soy muy afortunado porque aquí en México también me siento como en casa, pero eso es lo que yo quisiera, ir y venir”, comenta.

Retrovisor

Chris Andrade: “Vivo mucho en mi cabeza, pero casi siempre estoy pensando en comedia”
Foto: Cortesía

Christopher (su nombre completo) descubrió desde muy joven que hacer reír era una forma efectiva de llamar la atención de los adultos. Un acercamiento involuntario a la comedia que se fue formando por el ambiente en el que creció. “En mi familia soy el menos chistoso. Tengo mucha gente cercana que es muy, muy chistosa, solo que yo fui el que se dedicó a esto”, cuenta.

Desde chiquito siempre he sido fanático de la comedia. A mí me crió mucho el televisor, y mi mamá se molesta cuando digo eso, pero yo veía Seinfeld cuando tenía como 9 o 10 años, porque por alguna razón lo pasaban en cable. Y entendí joven, porque también veía mucho a Er Conde del Guácharo escondido, que había una forma de hacer reír que era tú con un micrófono frente a la gente”, acota.

En la escuela, si bien no era el payaso del salón, reconoce que era la mente maquiavélica detrás de las bromas que hacían sus compañeros, y de las que lograba salir impune. Fue en el liceo cuando descubrió que tenía talento para decir comentarios ocurrentes a partir de temas serios.

“Fue cuando comencé a entender que hacía chistes inteligentes, aunque un chiste inteligente de un adolescente no existe (se ríe), pero sí tenía esa chispa y esa capacidad de hacer reír sobre cosas, que creo que es mucho más interesante que simplemente ser un payaso”, dice.

Una decisión importante

Chris cursó Estudios Internacionales en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Por esas fechas, también comenzó a trabajar como pasante en Plop Contenido, una productora conocida por proyectos como Cochinopop, El Mostacho y El Chigüire Bipolar.  Allí descubrió que su vocación estaba en la comedia.

2014 fue un año decisivo para el humorista. Cuenta que le faltaba tan solo un semestre y dos materias para terminar la carrera, pero todas las actividades universitarias se paralizaron debido a las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro conocidas como La Salida. Eran tiempos de aulas cerradas y lacrimógenas en las calles, pero también de oportunidades. En ese momento entró formalmente como redactor creativo a Plop Contenido, por lo que decidió dejar los estudios para dedicarse de lleno a su trabajo. 

“Como fue mi primer acercamiento a rodearme de gente que trabaja en esa área, decidí abocarme más a eso. Esa es la gran frustración de mi vida, no haber terminado la universidad. Me hubiese encantado hacerlo, pero en esa circunstancia era imposible”, lamenta. 

Aunque intentó luego retomar la carrera, e incluso estudiar y trabajar a la vez, los constantes paros e inestabilidad en la universidad se lo impidieron. La crisis económica y humanitaria de Venezuela acabó por sepultar esa esperanza cuando emigró por primera vez en 2015. Sin embargo, Andrade resalta que todavía repasa lo visto en clases y mantiene el interés en aprender.

“Soy apasionado de leer de política, economía y geografía todavía, solo que con esa circunstancia y todo lo que pasó se me hizo super difìcil. A partir de allí vinieron un poco de cosas más que llevaron a la decisión de irme de Venezuela. De repente regresé, pero no había clases, era todo un tema. Al final creo que fue la decisión correcta haber elegido la comedia por encima de eso, pero sí es frustrante”, agrega.

Bipolar

Chris Andrade: “Vivo mucho en mi cabeza, pero casi siempre estoy pensando en comedia”
Foto: Cortesía

“Estoy retomando ese interés por escribir y estoy soltando la mano ahí a ver qué sale”, comenta Chris, pensando en hacer un artículo sobre la renovada fiebre por el béisbol en Venezuela. Suele publicar sus textos en Substack, una plataforma de boletines y blogs por suscripción.

Precisamente fueron sus conocimientos los que le ayudaron a crecer dentro de Plop Contenido. Relata que uno de sus primeros proyectos fue en un programa conducido por el comediante José Rafael Briceño, donde se abordaban noticias de forma satírica. Aunque todavía era inexperto en la parte humorística, afirma que su dominio de temas geopolíticos e internacionales se convirtió en el valor agregado para profundizar en el lado serio de los chistes y hacerse notar entre el resto de redactores.

Tenía esa ventaja de ser una persona que era interesada en estos temas. A pesar de que fui un pésimo estudiante, nunca fui el más bruto, así que conocía un poquito más de las cosas y ese era mi aporte a la sala de redacción”, recuerda.

Donde Chris pudo destacar fue en El Chigüire Bipolar. La naturaleza surrealista de lo que ocurría en el país se volvió la fuente de inspiración de toda una generación que, como en su momento hizo Radio Rochela en la televisión, ahora usaba Internet para manifestarse a través de la sátira. “Fue una época muy álgida en Venezuela, pero también donde se hacía comedia muy buena”, asevera.

Del equipo de entre 15 y 20 personas que trabaja en la oficina Plop Contenido, al menos 12 eran comediantes con carreras emergentes. Figuras como Juan Andrés Ravell, Jesús “Chucho” Roldán y Víctor Medina (Nanutria) comenzaron allí. Otros un poco más consolidados como Led Varela y Ricardo del Búfalo también colaboraban habitualmente. Chris llegó a ser editor en El Chigüire, además de participar como guionista en otros proyectos como El Mostacho y los últimos episodios de la serie animada Isla presidencial. Destaca que detrás de cada artículo del portal, habían intensas sesiones de documentación, brainstorming, pruebas e ideas descartadas.

“Creo que trabajar en esa naturaleza colaborativa te ayuda a pensar muchísimo y a encontrar puntos de comedia que son más específicos. Y eso es lo que a la gente le gusta del Chigüire. Incluso ahora, cuando la gente lee una noticia y le parece loca, dice que esto parece sacado del Chigüire. Se convirtió en su propio lenguaje”, resalta. 

Leo Rojas Escuela de NAda
Foto: Cortesía

*** 

—¿Fue clave para ti sumarte a esa primera ola del humor en Internet?

—Sí, uno es producto de su época. Las partes fundamentales en mi carrera han sido un 80 % en Internet y el otro 20 % que es lo que quisiera sumar yo ahora, son los shows en vivo. Yo hago esta gira de stand up, y hay gente que piensa que es mi primera vez, y no lo es. Yo hacía stand up aquí en Venezuela, solo que hay una evolución que es notable en la forma en que hago comedia. Pero sí, es muy cliché, pero creo que Internet lo que viene a servir es como una herramienta para poner tu voz allí afuera y descubrirte. 

—Antes los referentes humorísticos del país eran Er Conde del Guácharo, Emilio Lovera o Radio Rochela, pero con la llegada de comediantes como Led Varela y José Rafael Guzmán, además de Santo Robot y El Mostacho, se refrescó por completo la forma de hacer comedia en Venezuela. ¿Qué opinas de ese cambio de paradigma y cómo influyó en tu propio estilo?

—Es interesante porque es la llegada de una nueva generación influenciada por los primeros, pero también por la comedia que viene de afuera, porque tenían acceso a Internet, a comediantes de afuera, series de afuera. Es la confluencia de eso lo que hizo que los monologuistas o cuentachistes evolucionaran en el stand up o en proyectos digitales. En mi estilo de hacer humor yo veo mucho del Conde, a mi manera. Pero también veo mucho de otras influencias. Es lo que hace que los comediantes venezolanos seamos bastante diferentes.

En tarima

Chris Andrade: “Vivo mucho en mi cabeza, pero casi siempre estoy pensando en comedia”
Foto: Cortesía

La carrera de Chris Andrade fue como un efecto mariposa donde cada acontecimiento en su vida lo encaminó hacia la comedia. La chispa de su familia y sus bromas en el liceo, se semestre de protestas que lo alejó de convertirse en internacionalista, pero que le dejó bases sólidas, y el ímpetu creativo dentro de Plop fueron claves para entender al Chris actual. El de los lentes de sol y frases icónicas como “no lo hagan”, y al que solo le faltaba una cosa para consagrarse: hacer reír en vivo.

“Todos los comediantes tenemos esta sensación al ver a alguien en la tarima y pensar yo puedo hacer eso mejor. Hay algunos que lo aceptan, otros que no, y no es una cuestión negativa, a pesar de que somos muy cínicos. Hay veces que tú ves a alguien en tarima y te da ese impulso, porque quieres esa atención para ti”, indica.

Por eso, cuando ya estaba más empapado en ese mundo, decidió incursionar en el stand-up. Precisamente ese formato había ganado popularidad en Venezuela debido a los shows en el antiguo Moulin Rouge de Caracas (ahora El Molino). Inspirado por esa generación de George Harris, Led Varela y José Rafael Guzmán, y alentado por sus amigos del medio, comenzó a asistir a sesiones de micrófono abierto. Luego aprendió de otros comediantes cómo funcionaba la industria e incursionó en varios circuitos de la ciudad.

“Son épocas que recuerdo con mucho cariño porque son las que te forjan. Yo hice stand up en Guarenas frente a seis personas, y créeme que no fue ni de lejos mi peor presentación. Pero son cosas que tú dices ah mira, esto es así, y que ahora cuando hago show de repente en Maracaibo, y se vende la mitad de la sala en un día, yo vuelvo atrás y veo que esto fue lo que hizo que llegara hasta aquí”, evoca.

Al desnudo

Chris Andrade: “Vivo mucho en mi cabeza, pero casi siempre estoy pensando en comedia”
Foto: Cortesía

Chris parece a ratos serio, concentrado en la conversación. De vez en cuando suelta algún chiste o comentario jocoso para aliviar el peso de sus respuestas, cuando cree que se ha ido por caminos mucho más densos. 

“Soy una persona muy observadora. Pero también tengo una habilidad para llamar la atención, o lo que llamamos el modo comedia. Pero eso se prende pocas veces. De resto estoy escuchando bastante y en mi cabeza dándole sentido a las cosas. Vivo mucho en mi cabeza. Pero casi siempre estoy pensando en comedia”, afirma.

Para el momento de la entrevista, EDN tiene publicados 448 episodios en su canal de YouTube. También son ya cinco años en los que siente que ya no puede falsear su personalidad ni engañar a nadie (ni siquiera a sí mismo). Esto pues toda su vida, su forma de ser y pensar ha quedado registrado en cada video. 

Incluso sus fanáticos lo conocen tan bien, que su entrada de Wikipedia posee información muy específica, extraída de todo ese gran rompecabezas de sus anécdotas ante el micrófono. A Chris no parece molestarle sentirse desnudo ante Internet. “Es metafóricamente, pero si un día empieza a irme mal lo puedo hacer en un Onlyfans y que ya la gente lo vea literal”, bromea.

En otra tierra

La primera vez que Chris emigró fue a Argentina, en 2015. Reconoce que no le fue tan bien. Allí supo lo que era ser despedido de un trabajo, además de no adaptarse a la cultura. “No fue una experiencia cool porque yo nunca me sentí cómodo en Buenos Aires, me sentía súper alejado de lo que yo conocía. Probablemente no estaba preparado para emigrar”, admite. 

Como ya había tomado cierto impulso en su carrera en Venezuela, intentó retomarlo en las tablas bonaerenses. Dice que lo intentó un par de veces  (en realidad varias), pero sin mucho éxito. “Eventualmente lo dejé y no lo retomé porque precisamente no le veía ganancia, y no me refiero a lo económico, sino a lo profesional. No sentía que estaba haciendo nada con eso”, señala.

—¿Qué fue lo que cambió en México?

—Yo creo que sí hay algo cultural que a mí me gusta de vivir aquí, pues me siento más cercano a lo que conozco. Por eso admiro mucho a la gente que se va a otros países donde la cultura cambia, porque en sí estamos hablando de Latinoamérica, pero hay personas que se van a lugares lejanos y se encuentran con una realidad diferente. Yo siento que México es muy como la capital de Latinoamérica en muchos sentidos, entonces te sientes como un pez en una pecera gigante en donde puedes tener libertad para hacer algunas cosas creativas. También hay una economía diferente, eso también es una realidad. Por ejemplo, comprar equipos para hacer podcast acá cuando comenzamos Escuela de Nada fue mucho más sencillo que si lo hubiera hecho en Argentina.

Los tres mosqueteros

Leo Rojas: lo de Dross fue para sacarnos las telarañas y ahora viene una gira muy grande de Escuela de Nada
Foto: Cortesía

Fue en México donde Chris conoció a Leonardo Rojas y a Ignacio Redondo. Los tres habían colaborado antes en varios proyectos en Venezuela, por lo que ya tenían una amistad que luego se volvió en sociedad cuando Leo propuso crear Escuela de Nada. “Estábamos en el mismo mindset y queríamos construir algo creativo, que fuera nuestro”, agrega.

Admite que para ese momento, al haber estado la mayor parte de su carrera detrás cámaras, era el que tenía menos seguidores en redes sociales. Leo y Nacho ya venían de una larga trayectoria que ayudó a darle visibilidad al proyecto en sus inicios. Sin embargo, considera que la clave de su éxito, más allá de haber comenzado en un momento en el que el podcast apenas cobraba fuerza como medio de entretenimiento en Latinoamérica, fue la constancia. Pasar de ser tres amigos improvisando en una sala a convertir sus programas en un auténtico show.

Hay veces que la gente me dice no, que tú a lo que dedicas es a hablar, pero es que hablar es el 5 % de lo que yo hago. Luego vienen un montón de cosas que hay detrás que no se ven, pero que son fundamentales para que el proyecto camine, porque si no cualquiera lo haría y ya, y no es así. Hay una constancia, una profesionalización, hay una planeación, una estrategia que la gente no ve, pero que es lo que hace que la cosa funcione”, explica.

De la mano de su productor, Daniel García “Nancy”, han intentado mejorar no solo en aspectos técnicos, sino también dentro de la propia estructura del podcast. Un ejemplo son sus entrevistas, en la que han incorporado a sus tertulias a diferentes personalidades como Franco Escamilla, Benjamín Rausseo (Er Conde del Guácharo), Big Soto o Neutro Shorty. Chris señala que ha sido una oportunidad para conocer a artistas que creció admirando, como en el caso del reggaetonero Arcángel. “Fue para mí un momento épico en mi vida que nunca voy a olvidar”, añade.

“Siento que la entrevista es como una nueva ventana, además que el podcast es como un árbol del que se desprenden varias ramas y creo que esta rama se va a convertir en su propio árbol. Es algo que los tres disfrutamos muchísimo hacer. Disfrutamos que la gente salga del estudio diciendo wow, qué buena conversación”, apunta.

Leo Rojas Escuela de Nada
Foto: Cortesía

***

—¿Cuando crearon Escuela de Nada no sintieron que su idea era muy arriesgada, ya que el podcast no era un formato aún muy conocido en Venezuela?

—No porque, desde lo personal como consumidor de podcast, yo entendía que el género estaba en un crecimiento brutal, y creo que teniendo cuatro años haciéndolo, lo que hemos visto es una curva exponencial de gente haciendo contenido de esta naturaleza. Luego, cuando tú miras hacia atrás, los podcast han ido y venido, y a mí no me gusta como vanagloriarme, pero nosotros estamos en la camada de los pioneros del podcast en Latinoamérica. Porque hay muchos podcast famosos que vinieron después y nos escriben para decirnos que fuimos su referencia para iniciar, y todo eso imaginate cómo te sientes tú. Entonces creo que miedo no hubo. Lo que hubo fue una conversación donde dijimos que si en un año no le iba bien, lo íbamos a dejar, y bueno, al final le fue bien y aquí vamos. 

—¿Cómo puede un comediante mantenerse vigente con el humor tan cambiante y abstracto que hay hoy en las redes sociales?

—Creo que la comedia está en constante evolución y tal cual el comediante o el artista que quiere mantenerse relevante está obligado a evolucionar. No sé si eso está tan bien, porque muchas veces esa evolución va de la mano con la nueva y excesiva velocidad de las redes o del Internet. Pero mientras sea algo personal, me parece perfecto crecer, evolucionar o desarrollarse. Quedarse quieto hoy en día es morirse.

Volver

Chris Andrade: “Vivo mucho en mi cabeza, pero casi siempre estoy pensando en comedia”
Foto: Cortesía

“Mi plan con mi carrera es tratar de posicionarme primero como este comediante que quiero ser, que habla de cosas personales, que trata de conectar con alguien a pesar de que no tenga su misma experiencia de vida”, apunta Chris Andrade sobre a dónde le gustaría dirigir su carrera.

Actualmente dice que está disfrutando todo el proceso de su gira. Desde ver cómo se venden las entradas hasta recibir fotos de sus seguidores emocionados por asistir. Eso lo motiva a seguir, y a querer continuar con ella en nuevos países en el futuro. “Yo soy muy esta persona de hice esto y quiero que lo veas, entonces este show en vivo es eso: hice esta rutina, quiero que la veas. Quiero mostrarsela a la mayor cantidad de personas posible”, afirma.

Agrega que le gustaría poder llevar su presentación a Estados Unidos a finales de 2023, y no descarta venir ahora con más frecuencia a Venezuela. “El año que viene quiero volver con otro show completamente diferente y por lo menos una vez al año o dos. O tres, si La Guaira va a la final otra vez, me gustaría ir”, sonríe con esperanzas. Tanto por ver otra final de los Tiburones, como por reencontrarse con su país.

Noticias relacionadas