• Algunos de los estados de ánimo que impulsan a comer aunque no haya hambre son el estrés, tristeza, preocupación y soledad

En algunas oportunidades las personas han experimentado la necesidad de comer, aunque no tengan hambre. El antojo usualmente es de comida rápida o de alimentos con mucha azúcar. Este tipo de situaciones tienen que ver con el estado de ánimo que se encuentran afrontando en ese momento.

Michelle Labbé, profesora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello de Chile, explicó cómo el estado emocional de una persona puede influir en la decisión de comer, lo que catalogó de hambre emocional.

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En una entrevista para el portal chileno Mega Noticias, la especialista aclaró que esta situación depende de cada persona, según sus experiencias de vida. Destacó que las emociones pueden tener un impacto importante en los hábitos alimenticios y estado nutricional de una personas.

 ¿Cómo influye el estado de ánimo en el hambre de las personas?

“Existen alimentos que pueden influir en nuestro estado anímico, generando una interconexión entre nuestras emociones, los patrones alimentarios y nuestro estado de salud y nutrición”, comentó. 

La especialista en nutrición argumentó que el concepto de hambre emocional se le da al impulso de comer dependiendo de las emociones que esté experimentando la persona, es decir, que el estado de ánimo interfiere directamente en lo que se come. 

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Los alimentos que se eligen dependiendo de el estado emocional 

Labbé comentó que el deseo de comer cuando la persona en realidad no tiene hambre está conectado a emociones como estrés, ansiedad, preocupación, tristeza, soledad, aburrimientos, entre otros. 

 ¿Cómo influye el estado de ánimo en el hambre de las personas?

“El hambre emocional puede llevarte a elegir ciertos alimentos, generalmente altos en grasa, como pizza, papas fritas o ricos en azúcar, como chocolates, helados y postres. Esto es lo que conocemos como comidas confort, pues solemos relacionarlas con alegría o satisfacción”, explicó. 

Advirtió que estas conductas alimenticias pueden generar un efecto contraproducente, ya que al comer sin que el cuerpo lo requiera podría ocasionar el sentimiento de culpa. 

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Recomendaciones de la especialista

Labbé indicó varias recomendaciones para que las personas eviten comer dependiendo de su estado de ánimo. Enfatizó que se debe ser consciente de por qué surge la necesidad de comer e identificar la razón, si es por cansancio o estrés. 

Comentó que de no hallar el motivo, es mejor dejar de comer por unos minutos para replantearse las razones por las que se quiere comer. 

Asimismo, recomendó evitar distracciones y detectar qué alimentos se están consumiendo en esos momentos en los que se come cuando no hay hambre. 

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 ¿Cómo influye el estado de ánimo en el hambre de las personas?

“Otro llamado es a reconocer las situaciones que te llevan a comer sin tener hambre fisiológica. Se debe comer sentado en una mesa, sin distracciones y prestando atención al plato de comida, de esta forma tu cerebro reconocerá el acto de comer y te ayudará a sentir las señales de cuando estás satisfecho”, dijo. 

Mencionó que la sensación de saciedad tarda al menos 20 minutos en experimentarse, por lo que recomendó comer con calma, masticar lento y soltar los cubiertos entre bocados. 

Instó a las personas a buscar ayuda con un especialista al detectar que esté presentando alguna complicación nutricional.

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