- Sus videos se han viralizado en TikTok. En cada publicación está la historia de un animal rescatado al que le dieron una oportunidad de vida luego del maltrato que sufrió
Darwing Aponte trabaja como mensajero motorizado en Caracas. Su rutina consiste en recibir y recoger envíos y, como él dice, “hacer uno que otro mandado” por la ciudad. Aunque este es un empleo que normalmente se hace en solitario, Darwing siempre se ha negado a seguir la corriente y disfruta de la compañía de los perros. Por eso, él es un mensajero motorizado con una peculiar pasajera: Tokio, una mestiza que adoptó y que ahora lo acompaña en moto por las avenidas caraqueñas.

Ambos salen todos los días desde la redoma de Petare, en Caracas, y recorren la autopista Francisco Fajardo hasta llegar al distribuidor Altamira. El mensajero se estaciona en un edificio cercano a Bello Campo, y Tokio aguarda sentada en la moto a que regrese su dueño, debido a que no se le permite entrar al edificio. La perrita está entrenada para evitar moverse, es tranquila, a menos que algo a su alrededor la perturbe.
Para poder salir a la calle, Darwing le adaptó a su moto una canasta. También le consiguió unas cuerdas de paracaidismo para asegurar a Tokio en el asiento y que no se tambalee. Cuando su dueño se va, siempre se queda con un bozal puesto, además de unos lentes de motociclista que Darwing le compró hace poco.
Darwing relata que en una oportunidad se estacionó con Tokio y a los minutos el guardia de seguridad del edificio le pidió que corriera hasta donde estaba su moto porque la iban a remolcar. Él cuenta que no fue mucho lo que pudieron hacer debido a que la perrita no permitió que los funcionarios de tránsito se acercaran a la moto. Solo cuando vio a su dueño, Tokio se calmó. Su comportamiento, de no permitir que nadie que no sea de su confianza se le acerque, es una consecuencia del maltrato que sufrió cuando era cachorra y vivía en la calle.
Los lazos de su infancia lo condujeron a Tokio

Desde su infancia, Darwing estaba fascinado por una telenovela mexicana llamada Carrusel que se emitió en 1989. Sin embargo, lo que realmente capturó su memoria no eran los dramas de la escuela ni las travesuras de los niños, sino un personaje en particular: un niño llamado Mario, quien tenía un fiel compañero de cuatro patas, un perro que nunca lo abandonaba y que era apodado Rabito.
A los 8 años de edad, Darwing sintonizaba la serie cada vez que podía y su admiración por Mario y su perro era inmensa. Soñaba con tener una relación similar con un perro que lo acompañara a todas partes, al igual que en la serie. Era un deseo que creció con los años, aunque parecía inalcanzable en su vida adulta.
En 2019, Darwing, de 37 años de edad, encontró a una perrita en la autopista Francisco Fajardo en Caracas, quien luchaba por sobrevivir. Intentó llevarla a Misión Nevado para que la ayudaran, pero no pudieron recibirla en ese momento. Darwing la llevó a su casa con la intención de regresar al día siguiente, pero nunca lo hizo.
Darwing decidió adoptarla y allí comenzó su historia con Abril. La perrita disfrutaba montarse en la moto y lo acompañaba en su trabajo, realizando el sueño de infancia de Darwing de tener una fiel compañera. Sin embargo, todo cambió drásticamente en 2020.Abril enfermó de moquillo y, a pesar de la asistencia veterinaria que recibió, el cuadro infeccioso fue muy fuerte y falleció.
La pérdida afectó mucho a Darwing y a su familia. Confiesa que se sintió desolado por la muerte de su fiel mascota y esa sensación de compañía le hacía falta cada vez que iba a trabajar. El hombre se negó a estar solo y fue allí cuando encontró a Tokio.
Con Tokio, Darwing se siente pleno porque volvió a tener una mascota que disfruta de su compañía todos los días, algo que él pensó que no era posible volver a tener luego de la pérdida de Abril. Él considera que cada perro es único, por lo que agradece que Tokio le permita tener un vínculo como lo había imaginado desde niño.

La compañía y la fidelidad de Tokio no solo llenaron el vacío que Darwing sentía desde su niñez, sino que también le recordaron la importancia de mantener viva la esperanza desde su infancia. La serie Carrusel y su deseo de niño se habían convertido en una realidad tangible. La vida le dio la oportunidad de experimentar la misma conexión especial que tanto había admirado en la pantalla.
Nadie quería a Tokio por su comportamiento

Tokio fue rescatada por el personal de un refugio en Chacao. De su camada, ella fue la única que sobrevivió. Darwing cuenta que desde muy cachorra fue golpeada hasta el punto de tener la cola fracturada. Su dueño también relata que Tokio suele orinarse cuando está durmiendo, un síntoma que, de acuerdo con lo que le comentaron los veterinarios, es una secuela de los golpes que sufrió. Haber pasado por este trauma la convirtió en una perrita desconfiada y reacciona en caso de sentirse amenazada, situación que dificultó su proceso de adopción.
Muchas personas se interesaron en ella, pero no pasaban muchos días para que devolvieran a Tokio al refugio. Darwing conoció a Tokio en 2020. Buscar una nueva compañera lo hizo recorrer varios sitios hasta que dio con el centro de adopción de La Floresta. Allí le hablaron de una perrita que tenía un comportamiento difícil, pero que necesitaba una oportunidad.
“Me dijeron que cuando llegara, Tokio me tenía que aceptar porque ella me debía escoger. Esa era la única manera para que me la pudiera llevar. Yo vine con mi esposa y la primera reacción de la perrita fue venir corriendo a lamernos la cara. Allí sabía que me había elegido”, dijo Aponte en exclusiva para El Diario.
La oportunidad

A Tokio le costó adaptarse a su nuevo hogar. Sin embargo, Darwing se negó a la idea de que la perrita viviera toda su vida en un refugio solo por su comportamiento. Fue así como buscó asesoramiento para ayudarla y contactó a un entrenador canino que le enseñara sobre autocontrol y cómo manejarla en estos casos.
Darwing quería que Tokio fuera más tolerante con el mundo y que perdiera el miedo que la hacía reaccionar. Muchos le sugirieron “dormir” a Tokio porque consideraban que no había una solución. También le comentaron que lo mejor era echarla nuevamente a la calle por ser “malagradecida”. Fueron muchas las razones que lo empujaban a abandonar a Tokio, pero él nunca lo hizo.
Actualmente, Darwing lleva todos los días a Tokio a clases de entrenamiento canino. Ha sido un proceso lento, pero con resultados que hoy lo enorgullecen.

“Hacer que ella se montara en la moto no fue fácil. Ella aprendió lo que es el autocontrol y otras cosas que no se ven a simple vista. Fuimos trabajando progresivamente. Primero la acercabamos a la moto, luego que la tocara y por último la enseñamos a que se montara para que pudiera entender que no le iba a pasar nada malo en la calle. A nosotros nos pasan carros, camionetas, otros perros y ella ya es capaz de hacer el ejercicio de mantenerse tranquila y perder el miedo”, explicó su dueño.
Darwing afirma que todos los días le da una oportunidad a Tokio. Admite que existen ciertos momentos de retroceso en los que la frustración amenaza con ganarle, pero él sostiene que nunca se va a rendir. “Todo lo hago por ella, porque sé que en la calle ella no duraría mucho. Hoy he logrado cosas con Tokio que yo pensé que jamás pasarían. Siempre le permito equivocarse porque mañana será otro día y ella va a dar lo mejor de sí para cambiar”, concluyó.
Sigue a Tokio en su cuenta de TikTok
Darwing le creó una cuenta donde publica contenido sobre su rutina de trabajo con Tokio. Se llama @LasMascotasDeLasAponte.