- Las personas con ideación suicida pueden tener algunos factores de riesgo que los predisponen a intentar alguna vez autolesionarse o acabar con su vida
*Este reportaje de El Diario se publicó originalmente el 10 de septiembre de 2023
El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) ha encontrado un leve descenso en la cifra de suicidios en Venezuela en los últimos años. Sin embargo, los casos son cada vez más visibles y difundidos en medios de comunicación y redes sociales.
Pese a que cada año la cifra parece ser menor, todavía hay fenómenos y patrones que preocupan a los profesionales, como la incidencia en ciertos estados del país y los casos de niños, niñas y adolescentes que cometen suicidio.
En 2021 se registraron 2.291 suicidios en el país, mientras que para 2022 la cifra nacional fue de 2.173. Entre enero y julio de 2023, el OVV documentó 256 suicidios en todo el país.
El psiquiatra Carlos Tineo expresó que, pese a que no existen cifras oficiales proporcionadas por el Estado, los datos sobre suicidios que logran recabar las organizaciones no gubernamentales (ONG) son preocupantes para quienes estudian la salud mental en el país.
Alegó que para entender la incidencia de estos fenómenos se deben tener en cuenta los factores de riesgo que pueden indicar que una persona sea más propensa a cometer suicidio.
Factores de riesgo
Un factor de riesgo importante es cuando hay antecedentes familiares de suicidio o depresión, porque allí ya existe una predisposición genética a que una persona pueda tomar esa decisión.
El psiquiatra explicó que todo lo que ocurrió en la infancia se debe analizar como posibles factores de riesgo, especialmente si la persona vivió experiencias traumáticas como situaciones de maltrato, abuso sexual, falta de afecto familiar, condiciones de pobreza, abuso de sustancias como alcohol y drogas por parte de alguien en el núcleo familiar.
“Otro factor de riesgo es si la persona tiene algún diagnóstico como un trastorno depresivo. Aunque no solo se suicidan las personas con depresión, también lo hacen personas con alcoholismo, con trastorno bipolar, esquizofrenia y otros trastornos de la personalidad”, agregó.
La salud física también puede actuar como factor de riesgo, Tineo comentó que algunas enfermedades metabólicas como el hipotiroidismo también se vinculan con la ideación suicida.
“Personas con enfermedades crónicas extremadamente dolorosas también tienen cierto riesgo suicida, porque piensan y dicen constantemente ‘yo no quiero sufrir más’ o ‘esto ya no lo puedo tolerar’ y eso podría ser ya una idea de suicidio”, expresó.
Factores sociales en Venezuela
El especialista señaló que Venezuela enfrenta factores sociales muy complejos, que inciden en la salud mental de sus habitantes y a los que no se puede estar indiferente. Aclaró que estas son situaciones que se viven incluso antes de la pandemia por covid-19.
Destacó que la situación económica de la persona puede representar una fuerte influencia a la hora de pensar en suicidio. Alegó que si la persona considera que el ingreso que tiene no le alcanza para sobrevivir, ayudar a su familia, pagar deudas o atender alguna emergencia médica eso se convierte en un factor altamente estresante.
Tineo indicó que si una persona reúne varios de los factores de riesgo mencionados puede considerar en algún momento recurrir al suicidio.
Señales de alarma
El experto señaló que los factores de riesgo pueden dar una idea anticipada de que una persona pueda cometer suicidio, pero existen varias señales de alarma que dan indicios claros de que hay ideación suicida presente.
En caso de que el pensamiento de morir sea frecuente y con un plan, la persona ya está en un nivel alto de riesgo suicida.
Tineo agregó que por la situación social y económica de Venezuela se escuchan con frecuencia frases como: “Es que en este país ya no se puede vivir”, “No se puede sobrevivir en Venezuela”, “Por más que lo intente, no puedo garantizar la comida a mis hijos”, “ Es mejor desaparecer” o “Es mejor morirse”. Aclaró que si estas expresiones son muy frecuentes y con tonos agresivos o de desesperación, deben tomarse en cuenta como señal de alarma.
El especialista explicó que los cambios drásticos en algunos hábitos pueden considerarse signos de alerta. Especificó que se debe prestar atención en las alteraciones alimenticias, de sueño, de higiene y de sociabilidad.
El psiquiatra agregó que los intentos previos de suicidio y las autolesiones también son señales graves de alarma.
Cómo abordar un posible riesgo de suicidio
Carlos Tineo indicó que si la persona se da cuenta por sí misma que tiene ideación suicida debe buscar ayuda profesional en salud mental. No obstante, si el riesgo es identificado por un tercero el protocolo es distinto y se pueden presentar dos escenarios.
“El familiar o amigo tiene que preguntarle a la persona si ha notado o si es consciente de que ha cambiado sus hábitos, su forma de hablar y si ha pensado que podría estar deprimido. Si la persona lo acepta, se le asoma la posibilidad de buscar ayuda profesional”, señaló.
El psiquiatra explicó que el tercero que sugiere acudir a un profesional debe ser muy neutral y evitar hacer comentarios como “pon de tu parte”, “olvídate de eso” o “vamos a salir y se te olvida”, porque son expresiones que pueden hacer sentir peor a la persona.
Ya en consulta, si el familiar o amigo quiere acompañar a la persona debe seguir los lineamientos del especialista para apoyar la terapia. Tineo recomienda que quien acompañe al paciente debe ser alguien por quien sienta respeto y afecto preferiblemente.
Un segundo escenario es que la persona niegue la situación y no quiera buscar ayuda. Si el caso aparenta ser muy grave porque reúne factores de riesgo y varias señales de alarma, se puede considerar la hospitalización.
“Si la persona reúne todos los criterios de ideación persistente suicida, debe ir a hospitalización porque si esa persona está profundamente deprimida y sin energía tarde o temprano va a intentar suicidarse. Si un familiar decide hospitalizar va a poder salvarle la vida”, enfatizó.
Servicios de salud mental
En Venezuela hay servicios de salud mental que cumplen distintas funciones, las consultas de salud mental públicas y privadas buscan a través de la terapia trabajar de forma preventiva o enfocada en algún problema específico como manejo del estrés, ansiedad o traumas.
Los servicios de triaje y emergencia en psiquiatría atienden casos un poco más complejos y en ellos se descarta cuando es necesaria una hospitalización y finalmente están los hospitales psiquiátricos que proveen atención constante a los pacientes mientras están internados.
Tineo explicó que en el Hospital Psiquiátrico de Caracas sí se está haciendo la hospitalización, pero no está activa la consulta por triaje, por lo que es más complejo atender casos que van de moderados a graves. Agregó que hay servicios de este tipo en el sector privado, pero sus costos pueden ser muy elevados.
El especialista detalló que una consulta puede rondar entre 30 y 60 dólares y un psicofármaco puede costar hasta 60 dólares, lo que hace cada vez más costoso mantener la medicación para algún trastorno.
Agregó que si bien es necesario que los venezolanos conozcan sobre las señales de alarma en torno al suicidio, también es importante que tengan acceso y disponibilidad de servicios de salud mental en óptimas condiciones para atender cada caso.