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- La disciplina y cambios en los hábitos son claves para que un paciente con bipolaridad se estabilice y evite recaídas
El trastorno bipolar lleva ese nombre porque se divide en dos estados de ánimo o polos específicos: la depresión y la euforia o hipomanía. Esta afección mental debe ser tratada por un psiquiatra para lograr una calidad de vida óptima.
Aunque no todos los diagnósticos de trastorno bipolar son iguales ni los tratamientos, esto se regula de acuerdo con la intensidad de los episodios de depresión e hipomanía. También existen aspectos que se pueden cambiar en el estilo de vida para apoyar al tratamiento psicofarmacológico.
El psiquiatra Carlos Tineo explicó que los episodios depresivos se caracterizan por momentos de mucha tristeza, decaimiento, pérdida de interés por las actividades, llanto y cambios en los hábitos de la comida y el sueño.
Con respecto a los periodos de hipomanía, manía o euforia, el especialista indicó que vienen acompañados de exaltaciones del estado de ánimo, pensamientos excesivos y, en algunos casos, alucinaciones e incoherencias.
Señales de que existe un posible trastorno bipolar
Tineo explicó que lo más frecuente es que el diagnóstico de trastorno bipolar se dé en pacientes de entre 30 y 40 años de edad. Sin embargo, es una afección que también puede aparecer en niños
El especialista aclaró que los casos infantiles son menos frecuentes que los de adultos, pero insistió en que no se debe bajar la guardia si se tiene alguna sospecha con los síntomas que presente un niño.
Una de las formas de identificar un posible trastorno bipolar es confirmar la alternabilidad entre los dos estados de ánimo, es decir, que se marque la diferencia entre los episodios depresivos y los eufóricos. El psiquiatra indicó que puede haber un periodo de aparente tranquilidad entre ambos episodios denominado eutimia.
Variaciones de los síntomas
El psiquiatra indicó que hay varios diagnósticos de trastorno bipolar, pero los más comunes son el tipo I y el tipo II.
En el trastorno bipolar tipo I se alternan fases depresivas, maníacas y mixtas. En este caso los episodios maníacos se diferencian por una o dos semanas de euforia, irritabilidad, ideas de grandiosidad, aceleración del habla, hiperactividad, incoherencias y alucinaciones.
Con respecto al trastorno bipolar tipo II solo se alternan los episodios depresivos con los de hipomanía, en este caso los síntomas son similares a los de la manía, pero menos pronunciados.
“La duración de los episodios depende de cada paciente, hay personas que pueden estar deprimidas una semana y luego están semana eutímicas y luego tienen una fase de euforia en otra semana. O están deprimidos un mes y al siguiente día comienzan a tener crisis eufórica o crisis maníaca”, indicó el psiquiatra.
Asimismo, dijo que se presentan casos de pacientes que estuvieron asintomáticos por años y repentinamente tienen una crisis depresiva o eufórica.
Todas estas variaciones son determinantes para dar con un tratamiento que genera cambios en la vida del paciente a largo plazo.
Cómo tratar el trastorno bipolar
Tineo enfatizó que el trastorno bipolar solo se corrige con medicación, debido a que sus causas son fundamentalmente una alteración química en el cerebro
La medicación a utilizar depende del episodio que presente el paciente. En las fases depresivas se debe utilizar la dosis indicada de antidepresivos, mientras que en los períodos de manía o euforia es necesario el uso de estabilizadores del estado de ánimo e incluso de antipsicóticos.
En las fases mixtas, también se puede indicar un medicamento con efecto antidepresivo y antipsicóticos.
La disciplina es clave
Tineo aseguró que si el diagnóstico es acertado, el tratamiento se regula y el paciente es disciplinado se logra una estabilidad emocional duradera.
“Tengo pacientes abogados, médicos y gerentes de empresas con trastornos bipolares que funcionan muy bien, porque son disciplinados. Es muy importante que el paciente se eduque a sí mismo y reconozca sus síntomas y que eduque a quienes los rodean”, enfatizó.
Agregó que en el caso de los niños con bipolaridad es un poco más complejo, porque esa disciplina y la educación deben ejercerla los padres. De ellos dependerá que el paciente cumpla con las horas de los medicamentos y la identificación de las crisis.
El control médico de cada paciente estará sujeto a la fase en la que esté el trastorno y en su evolución. El especialista indicó que los pacientes recién diagnosticados deben ir a consultas semanales y luego el psiquiatra va espaciando esos encuentros.
Las personas que tienen años con el diagnóstico se pueden realizar un control psiquiátrico cada cuatro a seis meses, aunque si tienen una crisis por un cambio que no notaron en sus síntomas se pueden adelantar las consultas.
La dieta también es esencial para un buen control
El especialista comentó que la alimentación saludable y evitar ciertas comidas y bebidas pueden ayudar a que el paciente con trastorno bipolar se acople mejor a su tratamiento y evite caídas abruptas.
“Hay alimentos que son tóxicos para el cerebro como el azúcar, la harina de trigo, la leche, la sal y la carne roja, entonces una de las cosas que trabajamos con los pacientes es cómo ir implementando cambios en su alimentación”, señaló.
Tineo sugiere a sus pacientes incorporar a su dieta semillas, granos, vegetales verdes y frutas con mayor frecuencia para ir adecuando ese balance alimenticio, que posteriormente representa una mejora en la química cerebral.
Agregó que un descontrol en la dieta, el consumo de alcohol y trasnocharse pueden provocar recaídas en pacientes que han estado estables gracias al tratamiento.
Problemas en el acceso a los tratamientos
El especialista lamentó que en el país sea complicado el acceso de toda la gama de psicofármacos. Indicó que algunos están escasos, mientras que otros están disponibles a precios muy altos.
El psiquiatra comentó que algunos pacientes están tomando como alternativa genéricos que vienen de países como India e Irán y que son distribuidos en las farmacias del Estado. No obstante, Tineo advierte a sus pacientes tener cuidado con dichos fármacos porque son de “procedencia dudosa”.
Señaló que algunos laboratorios venezolanos hacen el esfuerzo de traer psicofármacos, pero no son accesibles para el paciente. Asimismo, reiteró que en la red pública de hospitales no hay disponibilidad de ninguno de esos medicamentos.
“Hay pacientes que hacen un esfuerzo muy grande para llegar al hospital y se encuentran con que no hay cómo tratarlos. Estas personas hacen crisis porque tienen recaídas importantes porque no están cumpliendo el horario del tratamiento y eso debe seguirse al pie de la letra”, alegó.
Añadió que pese al conocimiento de los médicos y especialistas en salud mental, el sistema sanitario no cuenta con las herramientas para garantizar una calidad de vida apropiada a los pacientes con trastorno bipolar en Venezuela.
