- Son 372 años de devoción, desde que se le apareció al indio Coromoto, en Guanare, en 1652. Tal día como hoy fue coronada canónicamente. Sus devotos, en Venezuela y el mundo, le agradecen su intercesión para recibir distintos milagros
La Iglesia católica en Venezuela celebra este 11 de septiembre 72 años de la coronación canónica de su patrona, Nuestra Señora de Coromoto.
Se trata de una devoción con casi cuatro siglos de historia que se remonta al 8 de septiembre de 1651, cuando se le apareció por primera vez al cacique Coromoto, de la tribu de los indios cospes.
“Es un momento muy bonito para honrar a la Madre de Dios. Un momento de gracia y de bendición. Un momento de unidad con María. El amor a nuestra madre es una característica preciosa del venezolano”, señaló a medios nacionales el pasado 8 de septiembre, el Nuncio Apostólico en Venezuela, monseñor Alberto Ortega, de origen español, quien llegó al país en el mes de julio.
La Iglesia católica ha reconocido solo cuatro apariciones marianas. En Europa: La Virgen de Lourdes, en Francia; y La Virgen de Fátima, en Portugal. En América Latina: la Virgen de Guadalupe, en México, y la Virgen de Coromoto, en Venezuela.
“La virgen siempre trae un mensaje de esperanza, de alegría, de saber que a pesar de los momentos difíciles que pueda estar viviendo un cristiano, se puede seguir adelante. Ella vivió momentos difíciles. En la historia bíblica la vemos a ella pasando momentos de dolor, de incertidumbre… pero ella es la madre que nos muestra que a través de la fe, podemos salir adelante. Ese es el mensaje que nos trae la madre”, comenta, por su parte, monseñor Owaldo Araque, obispo de la Diócesis de Guanare, estado Portuguesa.
En el país, la Virgen de Coromoto se le celebra en tres fechas: el 8 de septiembre, día de su aparición; el 11 de septiembre, día de su coronación canónica pontificia; y el 2 de febrero, cuando se conmemora el traslado de la imagen desde Soropo (donde los indios resguardaron los primeros años la imagen) hasta la Catedral de Guanare, donde estuvo expuesta para la veneración de sus fieles desde 1654 hasta 1996, cuando se inauguró el Templo Votivo Santuario Basílica Menor de Nuestra Señora de Coromoto, erigido en el lugar exacto de la segunda aparición, a 25 kilómetros de la ciudad.
Se cuenta que el Libertador Simón Bolívar, el 24 de mayo de 1821, visitó la Catedral de Guanare, donde estaba aquella reliquia. Allí se arrodilló e imploró el auxilio de la Virgen de Coromoto, pidiéndole por el triunfo de la batalla que tendría en Carabobo. La petición la hizo un mes antes de la gran Batalla de Carabobo que selló la independencia en el país.
A caballo, en bicicleta, corriendo, en carro o a pie, muchos llegan al templo para dar gracias por su protección e intercesión ante Dios. Este año, en aquel templo, el pasado domingo 8 de septiembre se congregaron más de 120 mil devotos, de acuerdo con cifras de la Gobernación de Portuguesa, para venerarla y pedir su intercesión.
“Vinimos a saludar a nuestra madre, nuestra virgen llanera. Con mucha fe, esperanza. A poner en su corazón bendito toda la esperanza de nuestro pueblo, nuestros anhelos y necesidades”, señala a El Diario un fiel.
Esta devoción mariana se celebra dentro y fuera del país. “Soy andina, pero hace muchos años llegué a Guanare y siento una gran devoción a la Virgen de Coromoto. Gracias a ella, estoy sanada. Yo tuve una pierna con un problema de varicocele y la Virgen Santísima me concedió el milagro”, dice una de sus devotas, quien caminó aproximadamente 5 kilómetros hasta llegar al Santuario de la Virgen, como gesto de agradecimiento por los favores concedidos.
La presidenta del Apostolado Mundial de la Virgen de Coromoto, María García De Fleury, explica que esta devoción se ha extendido en al menos 124 ciudades del mundo, en países como Australia, España, Filipinas, Italia, Francia, Bélgica, Alemania, Suiza y en África.
Fue el 1° de mayo de 1942 cuando de forma unánime los obispos venezolanos decretaron y proclamaron oficialmente a Nuestra Señora de Coromoto como Patrona de Venezuela. Dos años después, el 7 de octubre de 1944, el papa Pío XII confirmó el deseo de los venezolanos que había resonado en la voz del episcopado, constituyendo a la Santísima Virgen de Coromoto como “Celeste y Principal Patrona de Venezuela”.
Ocho años más tarde, el 11 de septiembre de 1952, el cardenal Manuel Arteaga Betancourt coronó la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de Coromoto en Guanare, estado Portuguesa, en obediencia al mandato de Su Santidad.
Así la iglesia venezolana, demostraba y reafirmaba que esta imagen mariana había movido a miles de fieles a una veneración sincera a la Madre de Dios desde hacía muchos años.
La historia
Según la tradición, se cuenta que el cacique Coromoto caminaba junto a su mujer por la montaña, y al llegar a una quebrada, vio a una “bella señora” que tenía en sus manos a un niño que caminaba entre las aguas del río. En aquella oportunidad, les habría pedido que se bautizaran: “Vayan a casa de los blancos y pídanle que les eche agua en la cabeza para poder ir al cielo”.
Un año después, el 8 de septiembre de 1652, la Virgen se le volvió a aparecer al indio Coromoto, esta vez en su choza. El cacique quiso agarrarla. En eso, la mujer desapareció. Al abrir la mano, el cacique vio que tenía una diminuta imagen de la Virgen que despedía rayos luminosos muy intensos.
Un sobrino del Cacique, en aras de preservarla, buscó a tres españoles que reconocieron la imagen de la Virgen con el niño. Con gran cuidado y devoción, sabiendo que cargaban a la madre de Dios, regresaron a Soropo, la colocaron sobre una mesa, le rodearon de flores, le prendieron una vela de cebo, le rezaron y le pusieron por nombre: Nuestra Señora de Coromoto.
La Virgen en Venezuela
Solo hay dos casos en el mundo en que la Virgen deja una reliquia: en Guadalupe, México, en 1531; y en Guanare, Venezuela, en 1652. Ambas responden a lo que se conoce como Mariofanía. Es decir, una manifestación de la Virgen viva.
“No es un grabado ni de hechura humana. La reliquia que la Virgen le dejó al cacique Coromoto proviene directamente del cielo”, señala García de Fleury.
En marzo de 2009, con la autorización de la Conferencia Episcopal Venezolana, un equipo de dos restauradores y una químico, iniciaron el proceso de restauración de aquella imagen de la Virgen de Coromoto, que se conoce desde su segunda aparición, en 1652.
Estos estudios, según señala el Apostolado Mundial de la Virgen de Coromoto, se profundizaron en 2012 y 2017, y se pudo comprobar que la reliquia dada por la Virgen al cacique Coromoto es una Reliquia Divina, con una serie de características desconocidas para la ciencia actual.
“Recuerdo que al momento de acercarme al microscopio, para analizarla, vi un ojo del otro lado del lente que me estaba viendo. El susto fue impresionante. Empujé el microscopio, dije una mala palabra y salí corriendo de allí. Lloré muchísimo y le pedí perdón a la Virgen porque no creía que ella estaba allí. Y ella me dijo ‘aquí estoy’. Eso cambió mi vida definitivamente”, señala Nancy Jiménez, una de las encargadas de la única restauración que ha tenido la imagen, hace 15 años atrás.
Ella, científica con más de treinta años de profesión, se conmovió recientemente al compartir su relato con medios nacionales e internacionales, tal y como registra la cuenta de la Arquidiócesis de Caracas.
La reliquia mide 2,5 centímetros de altura y 2 centímetros de ancho, por lo que se equipara al tamaño de una huella dactilar.
“De que esta imagen sagrada que tenemos en Venezuela, bajó del cielo, no hay duda. Hay que creer y pedir con fe. De que ella está en nuestra tierra, está”, sentencia Jiménez.
Para muchos, la Virgen de Coromoto no solo dejó, hace siglos, su imagen estampada en los llanos venezolanos como símbolo de identidad nacional, sino que cada día sigue dejando su huella coromotana en el corazón de los fieles que con fe y regocijo acuden a su auxilio y a su protección.
En Caracas, al menos hay cuatro templos consagrados a ella: la Iglesia Nuestra Señora de Coromoto, en El Paraíso; la Rectoría Nuestra Señora de Coromoto, en Vista Alegre; la Parroquia Nuestra Señora de Coromoto, en Simón Rodríguez; y la Parroquia la Aparición de Nuestra Señora de Coromoto, en La Florida.
Se espera que este sábado 14 de septiembre, en la ciudad capital, se realice una procesión y misa a cielo abierto. La actividad iniciará a las 9:00 am desde la parroquia San Luis Gonzaga, Chuao, hasta la calle El Morao, parroquia La Transfiguración del Señor, en El Cafetal. La misa está programada para iniciar a las 11:00 am.