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  • El también escritor confirmó que fue diagnosticado con la afección hace más de dos años | Foto: Últimas Noticas Argentina

El periodista y escritor argentino Martín Caparrós reveló que padece desde hace más de dos años de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa.

Caparrós indicó que el 24 de octubre sus memorias Antes que nada, en el que habla por primera vez sobre su enfermedad. En una entrevista con  el diario español La Vanguardia expresó que no había conversado de la afección ni con sus amistades, ya que no quería que lo vieran “como un moribundo”.

“Los científicos ni siquiera entienden cómo funciona ese proceso biológico. Lo que sí saben es que la esperanza de vida es de 3 a 5 años, que en algún momento tienes problemas para respirar o incluso para hablar. Y en algún momento te mueres. Lo que no está mal, porque así te toleran ciertas cosas, como que te comas todo el chocolate que te apetezca”, dijo.

Foto: El Comercio de Perú

Marta Nebot, pareja del periodista, confirmó en una columna en el periódico español Público que durante el fin de semana del 19 de octubre, ella y Caparrós decidieron “salir del armario” y contar públicamente que pertenecen “al selecto club de los ‘ELAdos’ y sus parejas de hecho”.

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“Solo tengo palabras de admiración sobre cómo está transitando el vía crucis de esta enfermedad”, aseguró Nebot.

Obras de Martín Caparrós

-Ansay o los infortunios de la gloria
-No velas a tus muertos
-El tercer cuerpo
-La noche anterior
-La Historia
-Un día en la vida de Dios
-Valfierno
-A quien corresponda
-Los Living
-Comí
-Echeverría
-Todo por la patria
-Sinfín
-Los abuelos
-Sarmiento

Qué es la ELA y cómo afecta a la salud de quienes la padecen

La esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad del sistema nervioso y afecta a las neuronas del cerebro y a la médula espinal. De acuerdo con la Clínica Mayo, la afección empeora con el tiempo y causa que el paciente pierda el control muscular. 

La ELA también es conocida como enfermedad de Lou Gehrig, un jugador de beisbol estadounidense, al que se le diagnosticó esta enfermedad. Murió el 2 de junio de 1941, a los 37 años de edad, por esta enfermedad.

La Clínica Mayo aclara que se desconoce la causa exacta de la afección; sin embargo, en un bajo número de casos, es hereditaria. Asimismo, no hay una cura para tratar la enfermedad. 

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Entre los síntomas que presentan las personas que padecen ELA están los espasmos y debilidad muscular en brazos o piernas. Con el tiempo, los pacientes pueden perder el control para moverse, hablar, comer y respirar.  

Estos son otros de los síntomas que puede presentar una persona con ELA:

-Tropezones y caídas

-Debilidad en las piernas, los pies o los tobillos

-Debilidad o torpeza en las manos

-Dificultad para hablar o problemas para tragar

-Debilidad asociada a calambres musculares y espasmos en brazos, hombros y lengua

-Llanto, risa o bostezos intempestivos

-Cambios en el pensamiento o comportamiento

Los expertos en el área de la salud destacan que los músculos se debilitan a medida que mueren más células nerviosas.

Factores de riesgos 

Los factores de riesgos que podrían llevar a una persona sufrir de ELA, están relacionados con la genética, edad y sexo. 

La Clínica Mayo explica en su página web que alrededor del 10 % de las personas con la enfermedad presentan el gen de riesgo, transmitido por un familiar. Es decir, que el 50 % de los hijos de personas con ELA corren el riesgo de heredar la enfermedad.

Por otro lado, el riesgo de padecerla aumenta después de los 75 años de edad, aunque es común entre personas entre los 60 y 80 años de edad. 

En cuanto al sexo, antes de los 65 años de edad, es un poco más frecuente en hombres que en mujeres. Diferencia que desaparece después de los 70 años de edad. 

Asimismo, los expertos han asociado algunos otros factores como: fumar, exposición a toxinas ambientales e incluso en personas que formaron parte del servicio militar, debido a la exposición a ciertos metales o sustancias químicas, lesiones traumáticas, infecciones virales o esfuerzo intenso.

Diagnóstico y tratamiento 

Para dar con el diagnóstico del ELA, los pacientes deben ser sometidos a varios exámenes de sangre y orina, así como a análisis de la velocidad de conducción nerviosa (NCV, por sus siglas en inglés).

Además, se les realizan electromiografías (EMG), punción lumbar, radiografías, mielograma de la columna cervical, biopsias de los músculos y nervios, y examen neurológico completo.

En cuanto al tratamiento, aunque no puede revertir el daño provocado, pueden retrasar la progresión de los síntomas y complicaciones.

Los médicos podrían recetar medicamentos, terapias para la respiración, del habla, ocupacional y fisioterapia. Además, recomiendan contar con apoyo de un nutricionista para que el paciente pueda ingerir alimentos que sean fáciles  de tragar, así como apoyo psicológico. 

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