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  • Para ayudar a los niños, niñas o adolescentes que sufren de bullying en sus escuelas, es fundamental coordinar un plan de acción entre el plantel y sus padres o representantes con acompañamiento de especialistas en psicología infantil o familiar | Foto principal: Freepik

En un lapso de aproximadamente cinco meses, Rodrigo*, de 7 años de edad, cambió completamente su comportamiento, según el testimonio de sus padres, Marta y Carlos. La pareja contó a El Diario que el “niño tierno” al que le gustaba compartir sus juguetes y hacer amigos, se desdibujó y se convirtió en una persona arisca y poco comunicativa.

Al principio, Marta y Carlos asumieron que se trataba de un acto de rebeldía. Sin embargo, el estado de ánimo y la conducta de Rodrigo no fueron lo único que comenzó a cambiar, también lo hizo su disposición para hacer tareas, bañarse, comer y hacer actividades extracurriculares como jugar fútbol.

Nos citaron del colegio (unidad educativa ubicada en el municipio Sucre de Caracas) para informarnos que Rodrigo golpeaba a sus compañeros, cosa que nos costó creer a primeras porque, como padres, nunca quieres que tu hijo sea el malo de la película”, dijo Marta.

Para ayudar a su hijo, los padres iniciaron terapia psicológica familiar, donde el experto determinó que el niño tenía un trastorno negativista desafiante, que consiste en un patrón frecuente y constante de ira, irritabilidad, discusiones y desobediencia hacia el padre, la madre y otras figuras de autoridad.

Rodrigo desarrolló este comportamiento desde el periodo escolar anterior, cuando fue víctima de acoso escolar por parte de tres niños dos años mayores que él.

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“Cuando veo en perspectiva la situación de Rodrigo entiendo que estaba pasando por algo, pero con el día a día se pierde la perspectiva y jamás piensas que a tu hijo lo van a maltratar otros niños. Como mamá, la observación y comunicación con sus hijos es lo más importante. Rodrigo mejora progresivamente su conducta con ayuda de la familia y terapia psicológica”, comentó la madre.

Foto: Jose Daniel Ramos @danielj2511

 ¿Cuáles son las señales del acoso escolar?

Para Alejandro Bolívar, psicólogo especializado en terapia familiar, el diagnóstico de Rodrigo es uno de los escenarios posibles y más catastróficos que el niño, niña o adolescente puede desarrollar en caso de sufrir acoso escolar, sin embargo, aclaró que la alerta principal es el cambio de conducta.

Las características que dan un indicio de que los menores de edad sufren de bullying en sus escuelas son los picos emocionales y continuos en sentimientos que se consideran “negativos” como la irritabilidad, tristeza, miedo, rabia y la frustración.

El experto agregó que los niños, niñas y adolescentes que sufren acoso escolar pasan por un periodo de aislamiento, en el que evitan compartir con sus padres, familia y amigos de otros entornos; además, reprimen sus emociones y se limitan a hablar de sus sentimientos.

“Esto nos indica que algo negativo está sucediendo con el niño, el acoso escolar siempre da señales que pueden ir evolucionando o agravando”, afirmó.

Bolívar expuso que el cambio emocional del niño, niña o adolescente es progresivo y aumenta con el tiempo. En caso de que el bullying perdure en el tiempo, las conductas disruptivas del menor de edad lo llevarán a un “punto de quiebre” en su estado psicológico.

“Cuando llega ese punto del desequilibrio emocional donde el acoso ha escalado, es donde se ven afectados otros ámbitos fuera de la escuela, como su desempeño en actividades extracurriculares e interacción con otros niños que no pertenezcan al plantel. Vemos desde el principio un comportamiento disruptivo donde el infante se vuelve poco funcional en otros entornos”, argumentó.

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Además, otra de las señales de acoso escolar es el bajo rendimiento escolar. Esto es causado por la desmotivación y la disminución en el nivel de concentración, lo que dificulta el aprendizaje.

Foto: Jose Daniel Ramos @danielj2511

Posibles secuelas del acoso escolar 

El psicólogo explicó que en los casos donde el acoso escolar no es tratado en conjunto por la familia, la escuela y, si lo amerita, por profesionales en el área de la psicología, los menores de edad podrían llegar a presentar secuelas.

De acuerdo con Bolívar, los cambios de temperamento en niños, niñas o adolescentes podrían provocarle una sintomatología ansiosa, estrés o depresión. Aclaró que son distintos a los trastornos de ansiedad y depresión.

En casos más extremos, las personas que sufren de acoso escolar pueden llegar a desarrollar comportamientos agresivos, trastornos de conducta o mutismo selectivo, donde el menor de edad deja de hablar de forma súbita en situaciones sociales puntuales.

¿Cómo afrontar los casos de acoso escolar?

Para que el niño o adolescente llegue a presentar estos síntomas, el experto recomendó crear un plan de acompañamiento para que los padres, representantes y maestros puedan aplicarlo en conjunto a través de una constante comunicación.

Se debe crear una alianza con los hijos, no para tomar el rol de amigo, sino para conectar más fácilmente con su lado emocional y saber hacer las preguntas correctas sin que el niño sienta que está siendo interrogado”, dijo.

La recomendación del psicólogo es hacer estas preguntas de forma eventual y una por día para evitar que el niño, niña o adolescente acosado no se sienta intimidado por las preguntas o perciba una falsa violación a su privacidad.

Preguntas para hacerle a los niños, niñas y adolescentes, según el especialista:

-¿Cómo te fue en el colegio y qué aprendiste?

-¿Cómo se llama tu mejor amigo?

-¿Aprendes mucho con tu maestra?

-¿Te gusta tu grupo de compañeros?

-¿Qué es lo que no te gusta de tu salón de clases

El psicólogo definió las escuelas o unidades educativas como ambientes donde el niño, niña o adolescente debe sentirse cómodo y seguro en los que se les permite desarrollarse principalmente en ámbitos académicos y sociales.

“El infante pasa gran parte de su vida en su colegio, por lo que es primordial que se sienta seguro. Las escuelas deben ser capaces de evidenciar los casos de acoso escolar, así como los comportamientos disruptivos en sus alumnos y comenzar una comunicación directa con sus padres o representantes”, indicó Bolívar.

Foto: Jose Daniel Ramos @danielj2511

El psicólogo adelantó que, en caso de que la familia del menor de edad no logre coordinar un plan de acción para cuidar del niño, niña o adolescente en torno a algún caso de acoso escolar, los padres o representantes deben acudir a la vía legal donde la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopnna) deberá intervenir.

En caso de que esto suceda, se debe recurrir a instituciones del Estado u organismos no gubernamentales como:

-Consejería de Protección del Niño, Niña y Adolescente

-Defensoría del Pueblo

-Ministerio Público

-Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap).

*El nombre del niño se cambió para proteger su identidad

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