- Un equipo internacional realizó un estudio para demostrar los cambios genéticos que sufre el feto por las emociones maternas
Investigadores del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona (España) y del Instituto Max Planck de Psiquiatría en Alemania revelaron que el estrés que experimenta una mujer durante el embarazo puede dejar huellas en la placenta.
De acuerdo con el estudio, publicado el 29 de enero en la revista European Neuropsychopharmacology, el poco bienestar emocional materno podría influir en el desarrollo del bebé y en la salud de la madre.
La investigación contó con la colaboración de diversas instituciones mundiales para comprobar las marcas epigenéticas que deja el estrés materno en los genes presentes en la placenta.
Las huellas epigenéticas son modificaciones que no alteran la secuencia genética en sí, pero afectan su funcionamiento. En este caso particular, los investigadores identificaron cambios en genes relacionados con la regulación del cortisol, una hormona que juega un papel en las respuestas al estrés.
Estos hallazgos sugieren que el estrés materno, especialmente durante los primeros meses del embarazo, podría tener repercusiones negativas para el correcto desarrollo del feto.

¿Cómo realizaron el estudio?
Para llevar a cabo la investigación, los científicos seleccionaron 45 mujeres embarazadas sin enfermedades de base o asociadas a la gestación.
Durante el transcurso del embarazo, los investigadores midieron los niveles de cortisol de las mujeres y se evaluaron síntomas depresivos.
Posteriormente, tras el parto, los miembros del equipo analizaron las placentas obtenidas y realizaron una evaluación del neurodesarrollo de los bebés a las siete semanas de nacidos mediante un test especializado, conocido como prueba de Brazelton o escala de evaluación del comportamiento neonatal.
El equipo utilizó técnicas avanzadas de secuenciación para observar los cambios epigenéticos a gran escala dentro del ADN, lo que les permitió obtener una visión detallada sobre cómo responde la placenta al estrés materno.
Los resultados revelaron modificaciones en genes clave para la regulación del cortisol, tales como HSD11B2, NR3C1 y FKBP5.

Implicaciones para la salud del bebé y la madre
De acuerdo con el estudio, la implicación más preocupante es que el estrés experimentado por las madres durante el embarazo puede tener efectos duraderos en sus hijos, como por ejemplo, problemas en el flujo sanguíneo y la oxigenación del feto.
Además, la exposición al estrés prenatal puede alterar el desarrollo del cerebro del bebé, afectando áreas relacionadas con la regulación emocional y el comportamiento.
No obstante, los autores del estudio destacaron que se requieren de más investigaciones para observar y comprobar los cambios que experimentarán estos niños a medida que crezcan.
Los cambios genéticos derivados del estrés materno también podrían aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas en la edad adulta, como obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Además, el sistema inmunológico del bebé se vería comprometido, haciéndolo más susceptible a infecciones y enfermedades, debido a las huellas epigenéticas que causó el estrés en su ADN.