Un equipo de investigadores de la Universidad Riverside de California (Estados Unidos) presentó un estudio con un enfoque pionero para encontrar señales de vida extraterrestre en planetas fuera del sistema solar utilizando el telescopio James Webb.
En la investigación, publicada en la revista Astrophysical Journal Letters, los científicos explicaron cómo definieron la nueva técnica para identificar posibles formas de vida en mundos que no se asemejan a la Tierra, centrándose en gases que normalmente no se consideran en la búsqueda.
De acuerdo con el estudio, la técnica se basa en identificar los llamados mundos hicéanos, que son exoplanetas con atmósferas ricas en hidrógeno y vastos océanos de agua líquida, características que hacen que sean entornos potencialmente habitables, lo que los convierte en candidatos ideales para la búsqueda de formas de vida.
Los investigadores identificaron específicamente los haluros de metilo como un tipo de gas clave en esta búsqueda. Este gas está compuesto por un grupo llamado metilo, que incluye un átomo de carbono y tres átomos de hidrógeno, junto con un átomo de halógeno.
A los planetas hicéanos, los autores del análisis los describen como calientes, oceánicos y con una atmósfera rica en hidrógeno, por lo que la presencia de haluros de metilo no sería rara de hallar. No obstante, acotaron que este tipo de gases se producen principalmente en la Tierra a partir de plantas, hongos y algas marinas.

El objetivo es lograr que el telescopio James Webb identifique haluros de metilo en los exoplanetas calificados como hicéanos, lo que sería un indicativo de actividad biológica que confirmaría que la vida es posible en ese mundo.
Limitaciones del telescopio James Webb
Los científicos de la universidad estadounidense señalaron que una de las dificultades del estudio es que los exoplanetas similares a la Tierra tienden a ser demasiado pequeños y tenues para ser analizados adecuadamente por el telescopio James Webb.
Como una posible solución, sugirieron que el telescopio se enfoque principalmente en planetas más grandes que orbitan estrellas pequeñas y frías, conocidas como estrellas rojas, las cuales permiten la existencia de océanos profundos y densas atmósferas ricas en hidrógeno, para facilitar la detección de los gases indicativos de formas de vida.
Eddie Schwieterman, astrobiólogo y coautor del artículo, explicó que otra limitación para el telescopio es el ruido atmosférico y las limitaciones tecnológicas que dificultan la identificación de biofirmas, que son los indicadores químicos o físicos que sugieren la presencia de vida en planetas similares a la Tierra.
Sin embargo, el investigador destacó que este reto podría disminuir al enfocarse en los planetas hicéanos, ya que podrían ofrecer señales más claras de cómo podrían sobrevivir en estos ambientes extremos ciertos microbios y pequeñas formas de vida.

Michaela Leung, científica planetaria y primera autora del estudio, destacó que los haluros de metilo son fáciles de detectar con las tecnologías actuales, en especial por el telescopio James Webb.
Ventajas de la técnica para detectar vida en exoplanetas
Los investigadores determinaron que una de las ventajas de este método es la rapidez con la que se pueden realizar los cálculos, una vez que el telescopio James Webb haya identificado los gases.
El equipo podría detectar haluros de metilo en 13 horas, lo que representa una reducción de tiempo considerable en comparación con las semanas e incluso meses que se requiere para encontrar otros gases como el oxígeno o el metano. Esta ventaja implica menores costos y búsquedas más económicas para las agencias espaciales internacionales.
Los investigadores también notaron que los planetas hicéanos tienen composiciones atmosféricas muy diferentes a las del planeta Tierra y orbitan tipos distintos de estrellas, lo que podría permitir una acumulación de haluros de metilo en sus atmósferas que los hicieran detectables desde distancias astronómicas a través del telescopio.

Schwieterman sugirió que cualquier forma de vida que hallaran en los exoplanetas podría ser anaeróbica, es decir, adaptada a vivir sin oxígeno.
“No podemos imaginar cómo sería eso, sin embargo, estos gases podrían ser un resultado del metabolismo microbiano y las biofirmas (indicadores químicos o biológicos que sugieren la existencia de vida) presentes en otros mundos”, señaló el coautor del estudio.
La investigación se centra únicamente en los haluros de metilo debido a que poseen propiedades de absorción de luz infrarroja y un alto potencial de acumulación en atmósferas fáciles de captar por el telescopio James Webb.
Además, el estudio tomó en consideración investigaciones previas que exploraron los diferentes gases encontrados en exoplanetas, incluyendo el sulfuro de dimetilo, que también sugiere que la vida podría existir en formas y entornos distintos a los que se conocen en la Tierra.
Con este avance, los científicos podrían investigar cómo estas formas de vida pueden existir sin oxígeno y de qué manera estos gases intervienen en el proceso.