Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Buffalo (Nueva York, Estados Unidos) demostró que escuchar música en solitario puede ofrecer beneficios para las personas con poca conexión social.
Elaine Paravati, autora principal del estudio, explicó que este tipo de práctica aumenta el bienestar en las personas que pasan mucho tiempo solas, lo que contribuye con mejoras para la salud mental al evitar el aislamiento y la depresión.
“Escuchar música en solitario es una excelente manera de darse un impulso social y aumentar el buen ánimo”, destacó Paravati en el estudio publicado el 18 de marzo en la revista científica Psychology of Music.
El equipo de investigación, compuesto también por Esha Naidu, investigadora postdoctoral en la Universidad de Duke y Shira Gabriel, profesora de psicología, se centró en cómo la música puede actuar como un sustituto social.
A diferencia de estudios anteriores que exploraron el aspecto social de la música en contextos grupales, como conciertos o actuaciones, este análisis se enfocó en el impacto positivo que tiene disfrutar de las canciones favoritas de las personas sin compañía.

La música como sustituta de la interacción social
De acuerdo con la investigación, los seres humanos son inherentemente sociales y necesitan conexiones con otras personas para mantener el bienestar, ya que la falta de interacción social puede llevar a problemas como ansiedad, depresión y baja autoestima.
Aunque muchas personas satisfacen su deseo de relacionarse a través del tiempo compartido con amigos y familiares, para los autores del estudio existen alternativas menos convencionales que pueden cumplir funciones similares.
Estas opciones las calificaron como sustitutos sociales ya que ayudan a mitigar los sentimientos de soledad e impactos negativos en la salud mental derivados del aislamiento o el rechazo.
Entre los ejemplos mencionados por Paravati se encuentran las relaciones parasociales, como vínculo entre fans y celebridades, la inmersión en mundos ficticios a través de las letras y los recordatorios sobre la presencia de otros en nuestro entorno.
“Escuchar música a solas funciona como un sustituto social en estas tres vías porque permite a las personas sentirse menos solas y más integradas. No solo conecta a los oyentes con los artistas, sino que también les sumerge en un mundo musical y les recuerda a otras personas”, señaló la autora principal del estudio.

¿Cómo se realizó el estudio?
En la primera fase del estudio, los investigadores solicitaron a un grupo de participantes que reflexionaran sobre su uso de diferentes sustitutos sociales, incluyendo ver programas de televisión o escuchar música.
Los resultados revelaron que escuchar canciones ayudaba a las personas a sentirse menos solas, sin embargo, este efecto era más notable cuando se trataba específicamente de su música preferida en comparación con escuchar ritmos al azar.
“Este trabajo es otra pieza del rompecabezas que muestra cómo las pequeñas cosas que hacemos en nuestra vida cotidiana nos ayudan a ser lo más saludables y felices posible”, acotó Paravati.
En una segunda parte del experimento, otro grupo participó en un juego virtual diseñado para medir su respuesta ante una amenaza social, que simulaba situaciones de exclusión mediante un lanzamiento virtual de pelota.
Los resultados mostraron que aquellos que escucharon sus canciones favoritas experimentaron un mayor sentido de pertenencia en comparación con el grupo control. Lo que permitió a los investigadores concluir que la música podría amortiguar los efectos negativos asociados con sentirse excluido.
Las conclusiones del estudio enfatizaron que continuarán realizando pruebas para demostrar cómo impactan diferentes géneros musicales en los sentimientos de las personas y cómo varían las respuestas individuales al utilizar estos sustitutos sociales.